tag:blogger.com,1999:blog-56625704577820662952024-01-12T02:19:23.349-08:00falla de cortanteUnknownnoreply@blogger.comBlogger76125tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-33923917458705388952023-05-16T18:47:00.008-07:002023-05-16T19:24:11.581-07:00de la serie 'breves relatos sobre lo intrascendente'<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEIMexxpf__7yXFWV2WH_joesTojHcpJPj6LmSEnVV94OFAt8vaJz7tinT73QJZc9dAfotqeWBKze0FV8MS2mcTSpPeXeSERAizotBS7RsIHPrqbtfXVnRhirssjBAFWm7JIwq6pEfH08sSTBcS3G3sZbdav8JXBFYf0N6pApLsAAvCrF8X7skWhFR7w/s2060/20230516_195109~2%20copia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1440" data-original-width="2060" height="333" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEIMexxpf__7yXFWV2WH_joesTojHcpJPj6LmSEnVV94OFAt8vaJz7tinT73QJZc9dAfotqeWBKze0FV8MS2mcTSpPeXeSERAizotBS7RsIHPrqbtfXVnRhirssjBAFWm7JIwq6pEfH08sSTBcS3G3sZbdav8JXBFYf0N6pApLsAAvCrF8X7skWhFR7w/w475-h333/20230516_195109~2%20copia.jpg" width="475" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;">tengo un problema. poseo una sorprendente habilidad para fundir bombillas. entiendo que resulta difícil de creer y más aún de comprobar, pero es así. simbólicamente mi ‘habilidad’ empezó una noche hace 14 o 15 años cuando fundí la mitad del edificio donde vivía. sucedió cuando conecté una aspiradora al enchufe de mi recámara. en un instante —sin prender la aspiradora— la mitad derecha del edificio de seis pisos, se apagó. aquella noche estaba furiosa y frustrada. tenía una urgencia por ‘aspirar’, por remover el insoportable asentamiento de lo estatizado. necesitaba limpiar lo que fuera, quitar polvo, mejorar algo, tranquilizarme. </span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 14px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;">de ese memorable apagón he dado lugar a un sin fin de ‘fundimientos’. suceden cuando estoy alterada y enciendo algún tipo de lámpara, de techo, de pie, de muro, de mesa o de mano. al paso de los años he constatado mi capacidad de fundir bombillas, aparatos, habitaciones y apartamentos. dejé de creer que esas sobrecargas eléctricas eran coincidencias recurrentes.</span></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 14px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;">a este problema se suma la inestabilidad que me recorre cuando desenrosco una bombilla recién fundida. cuando la tengo en la mano, apenas iniciada la tibieza de sus bordes, me resulta imposible tirarla a la basura. y, en lugar de hacer lo que resultaría normal, es decir, depositarla sin mayor consideración sobre la pila de desechos inorgánicos, me detengo. los filamentos ya quebrados, quemados, rotos, son los que invariablemente me atrapan. cada vez, como la primera, esos delgadísimos hilos metálicos que cuando continuos, unen los polos, me vencen, sucede que son ellos finalmente los que me funden. tan sutiles y silenciosos, pudorosos e inteligentes, envuelven enroscados aquello que imagino como la huella del espacio que ocupaba otro filamento, éste recto, directo, horizontal, inamovible e invisible, de aire solidificado. el filamento imaginario guía y mantiene en su sitio y a distancia cada uno de los giros, estrechísimos, que conducen la corriente eléctrica al encenderse una bombilla. es en ese condensado territorio casi deshabitado a la mirada cuando resuelvo no sólo impensable sino reprobable tirar ese cuerpo de delgadísimo vidrio que —excepto por esa mínima des-unión, que suele quemarse y trozarse casi siempre a la mitad del filamento enroscado— mantiene intacta su vulnerable integridad. </span></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 14px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;">una vez fundida, no encuentro una segunda razón para deshacerme de una bombilla.</span></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 14px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;">fue la suma de ambas acciones —la primera impredecible, la segunda provocada— por lo que empecé a acumular una considerable cantidad de bombillas de distintos tamaños, ‘wattajes’, tonalidades, marcas, formas y orígenes. rechazado su tránsito al submundo de los desechos, he ido acomodando las bombillas en peceras redondas, también de vidrio, de tal manera que queden siempre a la vista. así reposan como burbujas vidriadas una y todas las bombillas que, por injerencia mía o no, en su momento dejaron de iluminar. lo hago pues encuentro en un objeto de tan sencilla y apacible estética, escueta y exacta manufactura, como es el cuerpo de una bombilla, un recordatorio sobre la extrema fragilidad que protege la infinita potencia de la electricidad. discreto y delicado objeto que, cuando fundido, abre el tiempo de su existencia al infinito, deslindado del apremio de su destinada caducidad, para permitirme observar en su interior la creación de algo perfecto. de tal suerte que, cada vez que fundo otra bombilla me detengo a admirar con asombrada atención ese sencillo mecanismo que porta en sí la posibilidad de contemplar sus entrañas también de noche.</span></span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-44854569537900236292023-05-16T18:33:00.006-07:002023-06-15T11:37:34.495-07:00carta a mi familia...<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL0M9n-hhOr3-OuO5D8wAtBZjNoakXa_ksi_cYTabVn1WyO_bQDCJDVuCZhu3VI77gWodaFsvgWYsH3PgS6XwC8GkVXzp_HB-WH_XNg9QCFX9mV20iYjW5RjbYpZQ1q62dNXwk9gSX6iHmkGrrNuEMMOkGJ_etHc1hUAZcPRR2NJ5OIcBz49Ssq2heTg/s4160/20180728_170530_HDR.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="427" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL0M9n-hhOr3-OuO5D8wAtBZjNoakXa_ksi_cYTabVn1WyO_bQDCJDVuCZhu3VI77gWodaFsvgWYsH3PgS6XwC8GkVXzp_HB-WH_XNg9QCFX9mV20iYjW5RjbYpZQ1q62dNXwk9gSX6iHmkGrrNuEMMOkGJ_etHc1hUAZcPRR2NJ5OIcBz49Ssq2heTg/w320-h427/20180728_170530_HDR.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><span style="color: #666666; font-family: verdana; text-align: justify;">esta noche me di cuenta de que hace no sé cuantos años, o quizá toda mi vida, he buscado alguna versión de lo invisible. pues sí, en todos estos años me he dado cuenta de que lo invisible tiene versiones, gradientes, variables, potencias, creo que incluso valencias químicas –más allá de las asignadas en la tabla periódica de elementos.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">lo evidente, lo que aparentemente vemos uno o todos como lo que es, nunca me ha interesado demasiado. por eso no veo noticieros, pocas veces leo los periódicos y no confío en las opiniones generalizadas sobre nada.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">a algunos puede parecer esto cuestionable, quizá incluso un tanto arrogante, pero lo he aprendido a pulso, en silencio, con mucha paciencia. pues en todo mi trabajo, desde mi primer artículo en el periódico excelsior (cuando aún tenía una gaceta cultural los domingos y donde empecé a escribir crítica de arte a los 22 años), hasta el último proyecto entre los tres o cuatro que tengo esbozados para mi primera investigación posdoctoral a los 47 años que he vivido, en todo eso y lo mucho que ha habido entremedio, puesto o no por escrito, no resultaría difícil encontrar como hilo conductor ese interés por lo que no es obvio, ni evidente y, quizá, sobretodo —y ese es el reto que imagino me mueve por dentro— desgranar la intuición que me nace ante lo improbable. y hablo de lo improbable no en el sentido de la probabilidad, sino en tanto que nombra aquello que no puede probarse, comprobarse, al menos no con los sentidos en los que más confiamos, iniciando claro, por la vista.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">pero buscar lo invisible tiene sus problemas, o sería mejor decir, sus agujeros, como esos pozos que habitan dentro del mar hechos por corrientes de agua circulares, incontrolables, mortales y fascinantes. a veces resulta inevitable caer en esos agujeros, que me gusta imaginar mucho tienen que ver con los hoyos negros en el espacio —de los que por cierto quiero escribir en mi siguiente libro, pero de los que aún me falta, por principio, mucho tiempo de investigación; en segundo, capacidad de comprensión; y en tercero, por supuesto, habilidad para hacer 'asible' de alguna forma uno de los misterios más maravillosos (a mi parecer) del universo.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">así resulta que entre esos pozos, remolinos o agujeros centrífugos, lo invisible se guarda, por obligación a su esencia, de quienes intentamos acercarnos. yo lo he hecho siempre por entradas ‘laterales’ digamos; puertas que nunca anuncian lo que buscan encontrar al otro lado. sería ésta una manera de describir la intuición, como una puerta que uno sabe que tiene que abrir sin certeza alguna de lo que encontrará detrás, pero sabiendo que lo que hay detrás es justamente lo que 'se necesita' encontrar.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">y creo que, a mi modo, he encontrado en las palabras y el inmenso disfrute que convierte mi vida en un tiempo no sólo sustancial sino absolutamente memorable, imprescindible para mí, he encontrado un cierto ritmo para poder acercarme respetuosamente a lo invisible. y cuando sucede que entre las frases lo encuentras, te encuentras ante eso que antes no tenía nombre, que nadie más había visto, y que no se había escrito de ésta o de ninguna otra forma —similar, cercana o completamente disímbola— es como si el mundo te regalara un pedacito de su maravilloso orden de existencia. pues nada es por azar, esto he aprendido también queriendo acercarme a lo invisible, todo tiene un sentido preestablecido y preexistente. saberlo ver o poderlo leer esa es la historia, el reto, la tarea. y no son muy frecuentes las veces en las que sabemos cómo leerlo, pero sí, y consecuentemente con lo que acabo de afirmar, cuando logramos entender esos sentidos, es como si esa misma maravillosa, divina ingeniería, se confirmara a nuestros ojos, como un secreto que sólo se nos ha dicho a uno, a cada uno, su propio y singular secreto, una sola vez, al oído. </span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">por eso es, por ejemplo, que me afano tanto en cultivar el silencio. pues si no estás poniendo atención cuando la vida te susurra los compases que enhebran la sinfonía que antes de ese preciso y único instante, parecía en el mejor de los casos un caos irreverente, muchas veces irreversible, doloroso y, si no sabes escucharlo, leerlo o al menos deletrearlo, es muy posible que sólo parezca una fuerza tan irrefrenable como injustificable, de destrucción.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">ahora, el otro lado de esta moneda de mil caras, sucede cuando lo invisible te encuentra a ti. y sucede, claro, cuando menos lo esperas, cuando parece tan absurdo como inconveniente. pero sucede. nada avisa, nada pregunta, nada perdona y pareciera que nada olvida, aunque incluso nosotros ignoremos qué fue lo que dentro de cada uno sí hicimos a un lado tratando de olvidar, lo invisible no se hace, como digo, en el momento más abrazador y/o abrumador, lo encuentras o te encuentra.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">pero, ¿a qué viene esto ahora, justo hoy, en medio de esta incesante vorágine escondida de lentitud? pues porque creo que a últimas fechas, meses, años, décadas, semanas, días, horas, micras de segundo, lo invisible nos ha encontrado a cada uno de nosotros en lo individual, en privado, en silencio, en intimidad; pero también en conjunto, como grupo, como familia. nos ha encontrado y como sucede con lo invisible cuando decide aparecerse, nos ha cimbrado desde lo más profundo a cada uno a su modo, en sus tiempos, formas y capacidades de contención, negociación y escucha sobre su intensidad.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">y me he dado cuenta que, cuando lo invisible nos ha apresado a todos de un solo manotazo, resulta que, a pesar de todo el remolino que comporta, acontece de una forma mucho más ‘llevadera’, soportable, incluso, amigable, que cuando llega en individual.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">por supuesto, uno nunca escoge, cuándo ni cómo su vida será —casi por entero, o por completo en lo que hasta entonces considerábamos que era nuestra integridad— desvencijada, o como gustan decir por ahí ‘puesta a prueba’.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">he tenido mucho tiempo, muchas palabras, muchos silencios y muchas imágenes encontradas agradecidamente en el arte como en la naturaleza como en un gesto bondadoso inesperado y anónimo, para entender que —cuando lo invisible se materializa en la forma de un tumor del tamaño de una toronja, de una enfermedad insospechada, de una inserción quirúrgica invasiva y lacerante; de una condición aparentemente inaguantable más allá de lo que de origen uno cree que podrá aguantar si acaso unos cuantos días y no más; no se trata de ‘pasar ninguna prueba’. </span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">curiosamente se trata, en cambio, desde mi experiencia y reflexión al respecto, de seguir buscando lo invisible aún dentro de lo que ya se ha hecho brutalmente visible en nuestro insospechado y desde entonces <i>para siempre</i> envidiable cotidiano, antes de ese día, esa cita, esa frase, ese estudio en el que lo invisible se presentó con nombre, apellido y consecuencias.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">¿por qué pues he encontrado que esos momentos no suponen ni exigen de nosotros el talante y la decisión de asumir el mal rato, o tanto peor –la noticia, el diagnóstico– presente, futuro, como una prueba por pasar lo más airosamente posible? ¿por qué creo que la mejor (y a mi entender, única) estrategia es seguir buscando lo invisible entonces? ¿cómo hacerlo? ¿buscando qué? o, ¿para qué?</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">válidas preguntas, vanas aparecerían casi todas las respuestas que buscaran convencernos de una forma más compleja o mejor fundamentada en su argumento que lo que pienso al respecto y quiero darles hoy a ustedes, mi familia. mis razones para seguir buscando lo invisible aún cuando una (supuesta) y brutal realidad está apostada en tu regazo, sobre tu cabeza, dentro de tu cuello, tu pecho, tu espalda o tus intestinos, está en que si no lo haces, si no lo sigues persiguiendo, si no sigues encontrando el sentido de la intuición en los detalles minúsculos que por segundo perdemos si no estamos atentos en el agradecimiento de estar vivos, nos quedaremos, nos quedamos, sólo con lo ‘visible’, con lo ‘comprobado’, con lo asignado, con lo que ya tiene un nombre —que en la mayoría de los casos supone de suyo una sentencia. ¿y les pregunto entonces, tiene sentido quedarse tan sólo con eso? ¿ con esa parte de la realidad? que por cierto, es una parte tan minúscula de todo ese vasto universo que esconde lo invisible, que incluso podría caber la frase, como símbolo, como imagen, más que como enunciación del vaso de agua (ya sea, “ahogarse en un vaso de agua” o, aquella de ver el vaso medio vacío o medio lleno).</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">podría seguir explorando entre las letras, las ideas y las ansias por hacer de las palabras un abrazo que nos abarque a todos y nos mantenga unidos, albergado, cobijados, juntos y protegidos, pero entiendo que este pequeño escrito necesita sembrar ya su sentido —primero y último— con la contundencia de un final que, de haberlo hecho bien, no será sino un principio.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">y digo que sigamos buscando lo invisible en el afuera, desde la hormiga que avanza temerosa y ágil entre los afilados e inciertos bordes de una hoja de pasto más larga y recta que el resto, hasta el último descubrimiento de la posibilidad de regeneración neuronal; como —y he aquí lo más importante, y posiblemente lo que parezca más difícil (aunque desde ahora puedo asegurarles que es infinitamente más sencillo de lo que se puede escuchar como reto)— busquemos el poder de lo invisible, su inimaginable magnitud, potencia y milagro dentro de nosotros. en los pequeños gestos que antes no acostumbrábamos hacer, quizá ni se nos ocurrían; en los cambios ‘menores’ de actitud pero con inmensamente positivas consecuencias; en la mano que es tendida antes de que quien la necesita la pida o siquiera note que la va a necesitar en un par de minutos más; en la observación atenta de todo lo que hay por hacer entre y para quienes aquí estamos reunidos por amor, por familia, por vida, por fe, por esperanza, por continuar la salud, pero sobretodo por mantener y potenciar la alegría por la vida que siempre ha alimentado el alma y hacer de nuestros padres. del padre que se ha ido y, sobretodo, de la madre que sigue aquí, pese a todo.</span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 16px; text-align: justify;"><span style="color: #666666; font-family: verdana;"><span style="-webkit-font-kerning: none; font-kerning: none;"></span><br /></span></p>
<p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span style="-webkit-font-kerning: none; color: #666666; font-family: verdana; font-kerning: none;">pues resulta, al final —que como he dicho, jamás será el final sino el principio de lo que habremos de ser todos, en lo personal como en familia— si hacemos de/con lo visible, el milagro de lo invisible, será dentro de cada uno donde encontremos tanto y todo de lo que hasta ahora no hemos sabido ver, encontrar, reconocer, nombrar o describir. todo eso que tenemos dentro pues compartimos los mismos genes con ligeras mutaciones, sí, pues hagamos de esos pequeños y fundamentales giros genéticos el tiempo para convertir nuestras diferencias en destellos de lo invisible, de lo indecible, de lo inconmensurable, de lo infinito, de quienes somos y de quienes provenimos.</span></p><p style="font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><br /></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-17539058963668320692018-04-25T11:20:00.002-07:002023-05-16T18:35:10.024-07:00entre tornados y frases lapidarias<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span lang="ES-TRAD"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp7b2YxNxqcpuVnN3rQESNHb1gY1W_-NysaTf8Vt5U9IxSVQegmebGtIdWsJeR98BUjUfbs2ljHiQhyphenhyphenFqM3jMEl-UwIYSN-InJr3xUbqO0OqVIdhz2Q4aIep7-S_kvEgThlZv0UJs4_dq8/s1600/polvadera_alys_.jpg"><img border="0" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp7b2YxNxqcpuVnN3rQESNHb1gY1W_-NysaTf8Vt5U9IxSVQegmebGtIdWsJeR98BUjUfbs2ljHiQhyphenhyphenFqM3jMEl-UwIYSN-InJr3xUbqO0OqVIdhz2Q4aIep7-S_kvEgThlZv0UJs4_dq8/s400/polvadera_alys_.jpg" width="400" /></a></span></div>
<div class="MsoNormal">
se dijo que ese día empezaba mi vida.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt;">al menos, entre mi generación y anteriores, solían decirle a una 'pensamientos' de este tipo en voz de las mujeres
mayores de la familia, madres, tías, abuelas, hermanas, etc. “¡hoy empieza tu vida!” a lo que solía seguir un silencio ceremonial cautivo entre las presentes.</span><br />
<span style="font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt;">debo decir que la primera vez que recibe uno el eco de esta ‘gloriosa’ frase sobre el cuerpo, sí es capaz de sentir el roce de una delicada ilusión.
pero en ese momento queda también plantada, ya irremediablemente, una sospecha:
si es así, entonces ¿qué había estado haciendo de mi vida, con mi vida, o ‘en’
ella, antes de este día en el que 'empieza'?; ¿es que estaba sólo ‘preparándome’ para </span><i style="font-size: 12pt;">empezar</i><span style="font-size: 12pt;"> 'mi' vida? qué pensamiento más disturbador y qué momento más inoportuno para ponerlo en la mente de ese alguien al que se quiere inmortalizar en dicha ocasión.</span><br />
<span style="font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">el asunto es que entre abrazos, bendiciones
y lágrimas ‘de felicidad’ este tipo de bienaventuranzas no se cuestionan, se
reciben, como llegan y como caigan. a lo que precede la implantación de la más
férrea y tenaz intención de consolidar lo que le ha sido a una confesado. y
ante anunciamientos lapidarios, parece que no queda sino confiar ciegamente en
ellos —al menos eso impone el momento. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">y así te lanzas al vacío sin certeza alguna
más allá de la turbación interior que ese (im)perfecto parteaguas abisma desde
ahí el resto de tu vida, marcándola indefectiblemente.</span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">luego, claro, con el tiempo y la
distancia, se hace evidente el infinito cuestionable del que se desprende esa frase
insuflada de aires tranquilizadores, reafirmantes y triunfales. (si bien,
cuando se recita dentro un par de veces en silente escucha, el parecido con una
consigna terrorista extrema se traza sobre los mismos bordes), señalando el día
del matrimonio como ese que —finalmente— habría de permitir el <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>‘inicio’ de una vida. y no sólo eso. al
perjurio que conlleva ese decir, suele sumarse otra afirmación, quizá aún más
escabrosa: “hoy es el día más feliz de tu vida”. </span>quienes lo enuncian vibrantes de emoción,
parecen ignorar el hecho de que lo que con tanto entusiasmo afirman, más se parece
a una sentencia que a un festejable empeño logrado.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">‘infiable’<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "century gothic";"><span style="font-size: xx-small;">[1]</span></span></span><!--[endif]--></span></span></a>(des)cubrimiento
hasta entonces silenciado. avistamiento como irrebatible por impuesto sobre la
realidad venidera: ninguno de los días del resto de la vida propia alcanzarían
la intensidad de felicidad que ese singular y único día sea dable conjugar.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">afortunadamente pasan muchos años antes
de que la memoria permita resurgir el delirio de tales frases. cuando sucede,
aparece la esquivada conjetura: ¿entonces, si no me hubiera casado, mi vida no
habría ‘empezado’?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">así pues, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuando apareció, burlona y paradójica, esa
pregunta entre el afectado cúmulo de ‘reflexiones’ pos-divorcio, vino a mi
mente una imagen/acto repetido como por accidentada inercia en una de las obras
en video de francis alys, <i>tornado </i>(2000-2010).<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">una y otra, y otra vez, vemos su cuerpo
de hombre flaco que corre hacia el centro de los tornados que
recorren, hartos de sequedad, la desgastada superficie sobre un vasto terreno descampado. el registro de esta reiterada a(tra)cción de alys al paso de 10 años (uno menos que mi matrimonio) me resulta fascinante y
extrañamente cercano, familiar, en su absurdo y aparentemente fútil empeño e
intenciones. en este caso, el acto de penetrar y mantenerse en pie al centro de
cada tornado que en una secuencia de persecuciones acontece casi frenética. y
todos esos tornados que persigue cuyas dimensiones y magnitud centrífuga superan
sin mayor esfuerzo la estabilidad de la reconocible silueta del cuerpo del
artista —alto, delgado con un aire casi desvencijado pero asido al suelo como
por un peso de gravedad ligeramente mayor al común— pasan entorno a su cuerpo y
la lente de la cámara que porta el cuerpo, como escudo franco, vidente talismán, intentando filmar las vistas de lo
incapturable, cuando, adentro de uno y otro remolino, logra resistir en pie con
los ojos cerrados y la lente apresta. <o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">los resilentes tornados hacen de su
pasajera existencia un enfrentamiento de levedades fincado como ejercicio de conforntamiento, vencimiento y r</span>esistencia<span style="font-size: 12pt;">. los tornados, </span>engrandecidas y furiosas tolvaneras, lo envuelven de
opacidad, lo desaparecen, se tragan al hombre. entre segundos como si alongados
por esa sola injustificable insistencia que funda de origen la acción en su
evidente e inexplicable necedad y lo escupen conforme siguen su paso menguado,
si tan sólo por unos instantes, entre la desconfiable trayectoria y fortaleza
que guiará la imprecisa duración de su existencia.<br />
<span style="font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">así, de tornado en tornado, el hombre se
enfrenta decidido a un presente-destino —tan impredecible como cegador— por él
elegido. una y otra, y otra vez. hasta (des)aparecer igualmente enloquecido por
incontables las veces del extremo enfrentamiento. extasiado hasta el agotamiento
que conforme consume al cuerpo, alimenta su delirante pasión.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">cuando pienso en esta obra a la luz de los
tornados que he perseguido y atravesado hasta mi propio apresamiento centrífugo
con esa fuerza enfebrecida que tanto inflama como consume, me pregunto si
cuando el artista logró penetrar y sostenerse de pie en busca de esa (im)pasividad
que creemos reside al centro inasible de toda pasión<span style="font-size: xx-small;"><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "century gothic";"><span style="font-size: xx-small;">[2]</span></span></span><!--[endif]--></span></span></a>
</span>de su primera tolvanera, ¿habrá sentido que era ese el momento exacto en que, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">finalmente</i>, iniciaba su vida. y/o habrá sido ese su día más feliz..?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><b>marcela quiroz </b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD">guanajuato | abril 25, 2018</span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "century gothic";"><span style="font-size: xx-small;">[1]</span></span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"> Intercambio este neologismo en lugar de
utilizar alguna palabra existente que aparentemente funcionaría con equidad
como por ejemplo, ‘desconfiable’, por la intrusión, internalización aguda,
inflicta que demarca el prefijo ‘in’ tanto como por la cercanía con una palabra
aún más interesante y en este caso casi consecuente: inflamable.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "century gothic";"><span style="font-size: xx-small;">[2]</span></span></span><!--[endif]--></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"> considerando que la pasión comporta una
pasiva impasividad que deviene absolutamente adictiva conforme se va
consumiendo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
<div>
<div id="ftn2">
<div class="MsoFootnoteText">
<span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-small;">imagen: <b>francis alys. tornado. (2000-2010) </b>[</span></span><span style="font-size: x-small;"><i>still </i>de video]</span></div>
</div>
</div>
</div>
</div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
</div>
</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVJzum6tD9FZjpQljvhiXyziIrpEH97qrE_SwxJdwgjntJLSNE2fW9XIJKwsL0i3_qGiv6IFGM8rPSSRfpXnla-5SoGKW5UBteJj41Cr-dO_y0bcvfcR0kIWKX5QDEINE2wkbmsFHhj8Ev/s1600/IMAGEN+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="383" data-original-width="533" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVJzum6tD9FZjpQljvhiXyziIrpEH97qrE_SwxJdwgjntJLSNE2fW9XIJKwsL0i3_qGiv6IFGM8rPSSRfpXnla-5SoGKW5UBteJj41Cr-dO_y0bcvfcR0kIWKX5QDEINE2wkbmsFHhj8Ev/s400/IMAGEN+2.jpg" width="400" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD"><br /></span>
<span lang="ES-TRAD">“En esta ciudad nunca llueve, hoy diluvia”—escribía
esta frase como inicio de la introducción de mi primer libro sobre teoría de
arte publicado en 2007. Aquel por el que durante más de dos años viví inmersa
entre archivos de imágenes estenopeicas; en el mundo de un hombre fantástico,
único, inasible e indescriptible —Carlos Jurado. Quien a su vez, treinta años
atrás había escrito un libro ‘mágico’ en el que afirmaba, con la certeza del
hecho histórico, que en siglos pasados se creía que la puntura de la caja/cámara
estenopeica, tenía que ser perforado por el cuerno de un unicornio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Adojur era el nombre de ese misterioso
científico medieval de procedencia no bien situable o asible, cuyos escritos,
Jurado refería haber encontrado (sin explicar cómo, ni dónde) citando en su
propio libro aquella leyenda francamente entrañable y a mi parecer, míticamente
perfecta. Varios estudiosos contemporáneos creyeron en la existencia de este
posible manuscrito, y retomaron sin más cuestionamiento de veracidad, la (in)existencia
de Adojur en diversos textos sobre la imagen estenopeica; hasta que
eventualmente se dieron cuenta de que el antiguo y mítico autor-mago venido de
algún lugar del Oriente Medio, Adojur, no era sino un acrónimo de su propio
apellido: JurAdo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Carlos Jurado estaba, como suele, divirtiéndose
con la fotografía, usándola para hacer de la vida otra cosa menos ‘cotidiana’,
reconociendo justamente, su esencia completamente mundana, lejos de mitos y
misterios. No por casualidad sus sujetos siempre fueron objetos completamente
comunes, incluso algunos de ellos carentes de valor (monetario digamos)
—piedras, vaso con agua, una fotografía re-retratada; y sus sujetos no fueron
muchos, algunas mujeres, su adorada esposa, su hija y él mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Embriagada un poco de esa magia
mitológica que convertía el mundo estenopeico en una especie de logia
imaginaria, elegí el título que entonces consideraba claramente adecuado para mi
libro. Desafortunadamente al poco tiempo me pareció un craso error: “La ilusión
de ser fotógrafo.” (¡¿…?!) por supuesto, con los años no he hecho sino
confirmar mi infortunada ocurrencia. Por lo menos, la segunda parte a esta
fatídica frase-concepto, es decir, en el subtítulo, lograba recuperaba la
dignidad de la innegable cursilería que ya inevitablemente, lo de-marcaría
hasta la fecha: “Hacia una filosofía de la fotografía estenopeica a partir de
la obra de Carlos Jurado.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">El gran problema nació y permaneció
porque nunca me di cuenta que lo que yo quería decir cuando hablaba de la
‘ilusión de ser fotógrafo’ no tiene que ver, como en su mayoría debe leerse,
como si hablara de la ilusión como una intención anhelada, un logro ensoñado, o
una suerte de paraíso por alcanzar. ¡No, no y NO! <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Muy, pero muy lejos de esta idea, lo que
esa ‘ilusión’ quería referir responde a una de la tesis centrales del libro, es
decir: que el fotógrafo estenopeico es en realidad un fotógrafo que nunca ‘ve’
a ciencia cierta lo que está retratando. Así que el acto fotográfico estenopeico
es en sí, como acción fotográfica ‘común’, una mera ilusión, como el agujero de
la cámara estenopeica punzado por el cuerno de un unicornio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Uno de los capítulos del libro se titula
y dedica a explicar mi propuesta teórico-fenomenológica sobre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la cámara estenopeica y su ‘no-mirada’</i>;
refiriéndome a esa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no-mirada</i> que
es-sin-ser, lo que efectivamente ‘materializa’ las tomas fotográficas estenopeicas
—<i style="mso-bidi-font-style: normal;">sin</i> el ojo del fotógrafo —ésta es la
‘ilusión’ que quise (pre)afirmar en el título del libro. Logrando
fracasadamente, un título por demás vago y cursi.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Confieso que cada vez que lo leo, lo
escucho, lo escribo o lo enuncio, me recorre una especie de vértigo neuronal,
pues me doy cuenta una y otra vez lo equívocamente simple que parece decir y lo
meloso que puede ser enunciar que alguien, quien sea, vive (en/de) la ‘ilusión’
de ser fotógrafo… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Estoy segura que entienden y comparten lo
que digo, elegir ese título fue un inmenso error. Equívoco primerizo que ni
siquiera tuvo la suerte de correr con una vena que pudiera darle al menos un
ligero matiz poético. Nada. La frase es simple y llanamente cursi. Por ello
este texto aclaratorio que, sí, aparece más una década después de publicado el
libro (indicativo de que la cursilería implicada realmente me perturba hoy día
como desde el primero en el que se reveló a mi conciencia —ya muy tarde para
reimprenta). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Ahora, aparte de evidenciar mi propia
desgracia nominal destinada a mi primera obra académica publicada en forma y
cuerpo de libro autoral, aprovecho para entretejer en ello un anuncio
preventivo para avisar que, cuando publique la segunda edición del libro (la primera
edición editada por la Universidad Iberoamericana, agotada hace varios años),
incluiré un prefacio explicitando el cambio de título y el sentido —completo— del
concepto de ‘ilusión’ originalmente planteado en el libro sostenido debidamente
por fundamentos fenomenológicos y lejos de la cursilería —equivocadamente
‘asible’ con absoluta facilidad e inequívoca claridad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Probablemente este segundo y definitivamente
más honroso título —como corresponde a la obra (y al artista) del que germinan,
será algo similar a: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la no-mirada. hacia
una filosofía de la fotografía estenopeica a partir de la obra de carlos jurado</i>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">será también en esta segunda edición,
cuando finalmente lo escriba completamente en minúsculas —como fue siempre mi
intención—, pero por convenciones editoriales, en ese periodo mi propuesta no
fue admitida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">y es que las minúsculas responden tanto a
la personalidad de carlos jurado (y en buena parte a mi personalidad, es decir,
escapadas a la succión de todo aquello que se peligrosamente se acerque a la
grandilocuencia como autoalabanza frente a los reflectores); tanto como tiene
que ver con el tipo de imágenes que conformaron su archivo durante las cuatro
décadas en las que fotografió tomas estenopeicas, retratos sin-mirada; imágenes
de cierto modo anónimas, creadas por la caja oscura con ayuda del fotógrafo,
pero que estricta y esencialmente podrían afirmarse como imágenes sin-autor —si
consideramos estrictamente que el autor/fotógrafo es aquel que presiona el
obturador cuando detecta exactamente lo que observa y destina lo que quiere
capturar. en el caso estenopeico, el fotógrafo tapa o destapa —por una suma de
práctica e intuición, el orificio de entrada de la imagen/luz a la cámara/caja
oscura sin ver/saber —hasta no revelar la película, placa o papel emulsionado— lo
que su cámara/caja oscura<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> observó en su
lugar</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">esa falta de avidez por el reconocimiento
y galardonada autoría, algo que a mi juicio ha distinguido biográficamente una
de las esenciales y extrañas (por singulares) virtudes de la obra de carlos
jurado. por eso es que también, mi libro sobre su obra —empezando por el
título— ha de iniciar y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dejarse ir</i> de
la misma manera, libre de pretensiones, sin marcajes de importancia —por ello
sin mayúsculas que alteren visualmente la lectura y la escritura sobre una obra
fotográfica que nació no-mirada por un orificio en una caja de cartón
‘ilusoriamente’ perforado por el cuerno de un unicornio. invento que devela una
aproximación lúdica a la creación propia dando cuenta, como muchas veces lo ha
declarado jurado, que el suyo, es un trabajo fotográfico cuyo origen lejos
estuvo de las pretensiones del éxito radiante, el reconocimiento, la fama y
fortuna; que finalmente, cerca de cumplir 90 años, incitado por mi ‘culpa’ y
pronto sin escapatoria, habrían de acaecer sobre su vida y obra. (finalmente,
el anonimato de una obra de tan importante y potente magnitud, no podía
restarse y/o permanecer ajeno a la historia fotográfica del siglo xx.) <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">reconocimiento estético e histórico que la
publicación de mi libro de cursilería intitulado, ‘iluminó’ histórica y
teóricamente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">por primera vez</i> la
sólida contundencia e importancia de su obra, actuando como un potente
catalizador para la atención de otros sobre él; catapulta silenciosa, que, en consonancia
con su objeto de estudio, tampoco buscó un reconocimiento, grandilocuente y
gloriosamente afamado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">tal es así que mi estudio, producto de la
investigación que realicé durante la maestría en estudios de arte en la uia,
fue/es la primera obra teórica-fenomenológica sobre fotografía estenopeica,
publicada no sólo en méxico, sino en el mundo de habla hispana. sí, hoy lo veo
y puedo decir sin temor a padecer de arrogancia, que ese ‘pequeño’ libro fue la
piedra clave que despertó el interés de los historiadores ‘más reconocidos’ de
la fotografía en el país, sobre el trabajo de este singular fotógrafo de origen
chiapaneco. la inesquiva calidad y cualidades estéticas casi-mágicas de su obra
fueron, sin duda, aquello que sostuvo el interés entre los autores-directrices
del medio fotográfico en méxico, quienes poco después de publicado mi libro,
coincidentemente concibieron una magna exposición retrospectiva autoral de la
obra de jurado en el centro de la imagen —adquiriendo a la vez todo su archivo
de imágenes; como también, la publicación de un ostentoso y caro libro— como si
hubiera sido el autor/editor (cuyo nombre tiendo a olvidar), quien por vez
primera reconociera la tan urgente como esencial valoración de la vital importancia
de las imágenes estenopeicas de carlos jurado; así como la fundamental y
definitoria inclusión de su trabajo dentro de la historia de la fotografía
moderna y contemporánea en méxico. en ese libro de grandes dimensiones, pasta
dura, e impecable impresiones, parece también que dicho autor/editor fue quien
reconoció —antes que cualquiera— la incalculable valía de la vida de este
hombre sencillo, austero, desconfiado de las adulaciones, los aplausos y las
escenificaciones de alabanza y reconocimiento que —sin duda merece— pero, acaso
con menos mayúsculas (metafórica y literalmente); y sobretodo, con una vena
mucho más honesta respecto al origen del rescate y valoración tal artista y
obra; reconociendo también el origen —no espontáneo— de ese súbito y ávido
interés que se despertó en torno a la fotografía estenopeica en méxico “…<i style="mso-bidi-font-style: normal;">a partir de la obra de carlos jurado.”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">quizá, después de todo, la ‘ilusión’ del
cursi-título de mi libro, me enseñó una lección sobre el sentido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">real</i> de la ‘autoridad autoral’; del peso
de las relaciones, funciones y puestos públicos; así como de todas esas
asonancias entrelíneas que —cada vez más (des)ilusionadamente— trasluce cuanto
acompañan toda escritura, interés y acción en el medio artístico/fotográfico.
durante un tiempo sentí lo que sucedió <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como
si</i> (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">pace</i> derrida) esa ‘no-mirada’
fenomenológica de la fotografía estenopeica, hubiera contagiado —y de cierta
forma congelado— mi mirada en cuanto al valor, precisa temporalidad y
reconocimiento que mi estudio marcó y destapó. siendo que simplemente me senté
a ver sin-mirar la ola de reconocimientos ajenos dirigidos hacia otros
escaparates más ‘vistosos’, poco tiempo después de haberse publicado mi estudio
sobre la estenopeica y carlos jurado. hoy, me felicito por no haber hecho
‘nada’ más de lo que ya había escrito, entregado, publicado y presentado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">volviendo por última vez al título del
libro, a pesar de la simpleza con la que creo que se lee en un primer encuentro
la palabra ‘ilusión’ (y asumo la posibilidad de que esto pueda ser más un
problema personal con esa palabra específica). pero cuando vi impresa la frase
—<i style="mso-bidi-font-style: normal;">la ‘ilusión’ de ser fotógrafo—</i> me
frené en seco, inmediatamente vislumbrada la nefasta y casi garantizada
posibilidad de verla asignada a una lectura poco o nada propensa a la reflexión.
afortunadamente, el subtítulo —<i style="mso-bidi-font-style: normal;">hacia una
filosofía de la fotografía estenopeica a partir de la obra de carlos jurado</i>—
parece haber situado los resultados de mi investigación y desarrollo teórico,
justamente en el tiempo y espacio al que pertenece y del que vierte singular,
anticipado y sustancial, un contenido nunca antes atendido con el debido
tiempo, respeto y valoración estética, artística, teórica e histórica que, sin
duda alguna, la obra de carlos jurado reclama. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">atención, reconocimiento, cuidado, y
agradecimiento que finalmente, como perforado por la punta delgadísima punta
del cuerno de un unicornio, él iluso fotógrafo recibió cuando —sin haberlo
contactado durante ninguna parte del proceso de investigación ni de escritura—
terminado el libro y se lo entregué. sus claros ojos azules, se llenaron de una
luz como la que sólo rebota de las pupilas de un niño; y sorprendido más allá
de lo que imaginé, me preguntó con su modestia habitual: “¿pero marcela, por
qué se tomó usted la molestia de hacer esto?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">en esta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra</i> ciudad, llueve poco… curiosamente también aquí, hoy, diluvia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14.0pt;">marcela quiroz<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD">guanjanuato,
gto. mx<o:p></o:p></span></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD">septiembre
2017<o:p></o:p></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><br /></span>
<span lang="ES-TRAD">imagen: carlos jurado, autorretrato con cámara, fotografía estenopeica, plata/gelatina, 1974.</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-51549859049400170362016-09-15T05:19:00.001-07:002016-10-17T19:39:18.346-07:00entre un cuerpo funambulista y su mirada<br />
<span style="color: #666666;">hace un par de meses que conocí la obra de james reeve, pintor británico, amante de xilitla, la huasteca potosina; y, apasionado por los diez años en los que vivió en la ciudad de méxico. al devenir de su desarrollo artístico, reeve se ha dedicado a retratar con exhaustivo detalle a todo tipo de personas con las que se encuentra; claro, aquellos </span><span style="color: #666666;">sujetos</span><span style="color: #666666;"> </span><span style="color: #666666;">que a él le parecen interesantes, diría incluso seductores por algún motivo ya sea biográfico, fisionómico o quizá por algún elemento de la historia </span><span style="color: #666666;">íntima,</span><span style="color: #666666;"> </span><span style="color: #666666;">personal, que al espectador no le queda más que intuir. esta parte, de hecho, puede ser tremendamente divertida. [he de comentar que si bien reeve es seriamente reconocido por sus retratos —saatchi gallery lo representó durante muchos años—, sus paisajes, obras ‘urbanas’ y vistas arquitectónicas, son realmente excelentes en la intuición y capacidad de valoración intuitiva.]</span><br />
<span style="color: #666666;"><br /></span><span style="color: #666666;">recuerdo con especial detalle un retrato que, desde el instante en el que lo observé detenidamente, regresa a mi memoria en los momentos más inesperados, entre los muchos retratos que, hace ya varias semanas exhibió </span><span style="color: #666666;">e</span><span style="color: #666666;">l museo diego rivera </span><span style="color: #666666;">en guanajuato, </span><span style="color: #666666;">en las nuevas salas destinadas a la inclusión de muestras de arte contemporáneo local y extranjero </span><span style="color: #666666;">que se anexaron y adecuadamente acondicionaron</span><span style="color: #666666;">—esfuerzo que aplaudo—</span><span style="color: #666666;"> donde</span><span style="color: #666666;"> fuera casa de nacimiento e infancia del pintor</span><span style="color: #666666;"> mexicano que dio hizo presente </span><span style="color: #666666;">el arte moderno mexicano, en el </span><span style="color: #666666;">extranjero.</span><br />
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<span style="color: #666666;">la pintura en óleo es de una mujer vieja, pequeña —más pequeña incluso de lo que sería sino posiblemente por su condición o estado irreversible; pues la mujer está en silla de ruedas a la que parece estar casi adosada de tantos años de uso cómplice. su mirada viene de lejos inquietante, pero al ir acercándose, es como si uno fuera recorriendo la historia de la mujer hacia atrás, hasta el momento en el que felizmente trabajaba como </span><span style="color: #666666;">como equilibrista —</span><span style="color: #666666;">atracción principal— en el barnum & bailey circus. durante una de sus presentaciones, cayó al suelo desde una gran altura, se rompió el cuello. quedó paralítica. era realmente joven cuando el accidente. y esa mirada, la que en ella permanece y en el fondo deja ver que todavía anhela otro destino (o, si acaso una última oportunidad funambulista), este deseo sabido imposible, es lo que reeve capta con una asombrosa empatía y reveladora claridad; resultando así en una imagen realmente avasallante.</span><br />
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<span style="color: #666666;">un cuerpo al que lo que le interesaba era poder no sólo moverse de mil maneras poco comunes, sino volar se postra ante nosotros toda una vida condenada al no-movimiento corporal; sentenciada a y a pesar de los años acumulados sobre el cuerpo y el rastro arrugado, en el cuadro de reeve (óleo s/ tabla o tela por lo general), la mirada aún muestra una estancia de juventud aún-no-truncada, inquebrantablemente embelesada por la posibilidad de seguir suspendida en el aire, etérea, desafiando toda ley de peso y gravedad. esa es la mujer que nos ve y es esa mirada la que no puedo sacarme de la cabeza. ¿por qué?</span><br />
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<span style="color: #666666;">quienes conocen mi historia personal y mi condición presente seguramente contestarán esta pregunta sin demora y por obviedad. pero quizá la respuesta no necesariamente es tan sencilla; quienes no saben nada de ‘eso’ —y es ese grupo el que me interesa en este momento— posiblemente sientan una inquietud vestida de duda. </span><br />
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<span style="color: #666666;">entre todos los retratos de personas/personajes de toda condición, estirpe, origen y complexión reunidos entre las salas del museo, ella es la única que está ahí, <i>como si </i>desamparada. y sin embargo, es la única, entre todos los y las otras que durante décadas han posado para reeve, la joven equilibrista atrapada en un cuerpo viejo, es la única que mantiene una mirada esperanzada. todos los demás —a pesar de las poses gallardas o seductoras, casuales o elegantes en cuya faceta han decidido ser retratados parecen seguros de sí mismos, de la silente memoria de sus historias privadas y de los por qué’s de su presente. pero son los ojos de cada uno (como sucede con los retratos de otro </span><span style="color: #666666;">guanajuatense, </span><span style="color: #666666;">hermenegildo bustos, reconocido heladero —entre una decena de oficios que con equivalente detallle y respeto llevaba a cabo en su pueblo) creó uno de los cuerpos de obra más significativos en el registro del retrato durante el siglo xix), son los ojos los que no pueden ‘posar’, les resulta difícil, si no imposible, mentir, sobre el estado de soledad que los marca por dentro y que exhalan —seguramente sin intención, capturados por la mirada y la mano maestra del pintor. ese atento y pulido maestro británico detenido finamente sobre cada detalle; inmiscuyendo aquí y allá bichos de toda clase, que aparecen </span><span style="color: #666666;">en todas sus obras </span><span style="color: #666666;">(sin justificación evidente); así como sucede también con los perros.</span><br />
<span style="color: #444444;"><br /></span>
<span style="color: #444444;">supongo pues que es por esto que se ha quedado fundida en mi memoria la imagen de esa joven-vieja en silla de ruedas; porque sólo en ella encuentro eso que dentro permanece como una luz de una esperanzada juventud que ignora el paso del tiempo. [otra explicación posible para no-definir el <i>punctum</i> bartheano]</span><br />
<span style="color: #444444;"><br /></span>
<span style="color: #444444;">—<i>quiero tanto que, de llegar a la vejez, mis ojos mantengan algo de ese secreto cómplice consigo mismo, pleno de seguridad, desnudo e iluminado</i>—</span><br />
<span style="color: #444444;"><br /></span>
<span style="color: #444444;">difícil tarea sin duda, aguantar los embates de la vida sin perder ese brillo, sí, pero no imposible. no imposible. igualmente difícil debe ser capturar en una pintura la calidad de esa mirada que sigue sintiendo a lo lejos la tensión de un alambre casi invisible que recorre el aire contenido en una carpa; difícil como atrapar la soledad —intentando hacerse digna y altanera— pero reeve lo sabe, y quienes quieren verlo lo notan enseguida. la obra no está en los mil y un detalles magistralmente reproducidos de contextos imaginados (pero reales), yuxtapuestos y recordados. la fuerza de esas obras está presa en los ojos de cada cuerpo posado-en-personaje. la mirada no miente cuando se atreve a ver de frente algo que quizá ha esquivado toda la vida, y ese esa no-mentira la que la envejecida equilibrista sostiene con candidez y un dejo —claro— de convicción… como si pensando para sí, “es sólo cuestión de tiempo; pronto volveré a trepar hasta ese último peldaño y estaré lista para sorprender a la audiencia con la agilidad de mi cuerpo suspendido en el aire. únicamente necesito un poco más de tiempo y paciencia para que vuelva a sorprenderme la vida, volando.”</span><br />
<span style="color: #444444;"><br /></span>
<b><span style="color: #444444;"> marcela quiroz </span></b><br />
<span style="color: #444444;"><br /></span>
<span style="color: #444444;"> guanajuato, septiembre 12, 2016</span><br />
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-60271509843206614232016-09-02T10:40:00.004-07:002016-09-26T10:33:27.314-07:00de ser cierto, ya no habría más limones<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7gA7Qe-G1Xu6Q5th77BdPWnBWIEjrX0Fa2ol0w2bvf-NTA4oCyPiqVrxdsxzEilb5WzCJ3wFBCvEvZMlqrtaciSZUMhnn1q-Us6Y0zPaqT037S40m879X87aHbb4v1ZrwrakJ1PagOyDn/s1600/CSM_2016_dont+cry.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7gA7Qe-G1Xu6Q5th77BdPWnBWIEjrX0Fa2ol0w2bvf-NTA4oCyPiqVrxdsxzEilb5WzCJ3wFBCvEvZMlqrtaciSZUMhnn1q-Us6Y0zPaqT037S40m879X87aHbb4v1ZrwrakJ1PagOyDn/s320/CSM_2016_dont+cry.png" width="162" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">es tristemente común escuchar una y otra
vez la siguiente frase: “cuando la vida te da limones, haz limonada.”</span></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">este consejo de ‘sabiduría existencial’ popularmente
adoptado y extendido (desde su origen sin duda anglosajón [inventada quizá por
algún ‘creativo’ de Hallmark a inicio de los 80): “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">When life gives you lemons, do lemonade.)</i> parece tranquilizar, e
incluso motivar a aquellos quienes lo escuchan cuando están inmersos en una
situación de la que no ven cómo salir (si es que van a ‘salir…’), pero no
pueden —o realmente no quieren— seguir en ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">sin embargo, ¿por qué no pensar en otra
alternativa para este asunto de los ‘limones’? </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">limonada no es lo único que puede hacerse
con ellos. de hecho, sus posibilidades de uso son infinitamente más variadas de
lo que muchos imaginarían. de tal suerte que, si hubiera de adoptar —muy a mi
pesar, pues detesto la frasecita— ese ‘consejo de vida’, lo alteraría de la
siguiente manera: “cuando la vida te da limones, haz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lemoncello</i>.”</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">¿por qué? </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">empecemos no sólo por su delicada y
efectiva capacidad ‘desestresante’ (del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lemoncello</i>,
claro), sino porque en el proceso que tarda su creación, digamos: el tiempo de
los limones —es decir en estos casos, el nuestro— se ve obligado a detenerse, a
observar, a escuchar, a conocerse más (o al menos uno poco). y detenido el
tiempo de desesperada búsqueda por ‘hacer’ algo con esos limones, la vida
empieza a develar sus matices. los problemas muestran otras facetas, las
preocupaciones se entienden desde otro lado y las angustias dan cuenta de su
carencia absoluta de sentido o de nuestra absoluta carencia de lucidez.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">esperar el tiempo que requiere hacer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lemoncello</i> es un reto contra la
adversidad y la urgencia por comprobarse —a uno mismo— (tanto como al entorno)
que no nos dejaremos vencer por media docena de limones. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">esperar no es rendirse, es un acto/acción/decisión/condición
de lo más complicado que se le puede pedir a la conducta cotidiana: tener
paciencia. [de hecho, es muy probable que de haber tenido y ejercido la
paciencia necesaria de origen, no habría uno acabado escuchando “pues mira, si
la vida te da limones…”.]</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">sea pues momento de perforar y deslizar
el sentido de este particular y tan bien recibido consejo popular y ‘darnos el
lujo’ —siendo que ciertamente ante los problemas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">darse tiempo</i>, es un lujo— de esperar a que maceren las cáscaras de
limón, el azúcar y el toque de alcohol que requiere el reposo de la futura
bebida italiana de tan alegre nombre.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">no será la primera vez que tengamos que tener
paciencia —por ganas, necesidad, urgencia u obligación—, ni será el único
momento en el que podamos aprender mucho de ello si nos decidimos a verla efectivamente
como un ‘lujo’, y no como un estancamiento, una condena —esperanzadamente
pasajera.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">así que, mi consejo de hoy es como una de
las creaciones de la casa de moda francesa, central saint martin (csm),
presentó hace unos meses en la semana de la moda en londres como parte de su
colección otoño 2016. un ‘atuendo’ para mujer con un diseño en color mostaza en seda satinada-semimate, de gabardina corta y pantalón, iguales en color y textura, holgados pero afianzados seriamente en la cintura, zapatos negors altos y cerrados. si bien lo interesante no es esto sino que la modelo cubría
toda su cabeza —rostro, cráneo e incluso parte del cuello— con una especie de
capucha de finísimo tul blanco en varias capas que impedía verle el rostro.
sobre ella, a la altura de los ojos, una sola frase bordada en letras negras en
manuscrita diciendo, con la siguiente frase, orden, consejo o consigna: “don’t
cry.”</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">en esta imagen se avista un paralelo perfecto
a la absoluta ineficacia del ‘hacer limonada’ que tanto se recomienda, cuando
se siente que la vida se está yendo por la alcantarilla con alarmante velocidad
y no necesariamente por motivos inteligibles (o al menos no comprensibles en
esos momentos de pánico). siendo que, no sólo no vemos lo que es ‘eso’ que está
‘mal’, sino que nos nublamos en capas extra lo que podría ser una mirada más limpia,
integral y claro, enterada de los diversos ángulos de ‘ataque’-por-espera de
las condiciones ante las que nos sentimos indefensos. </span></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">no. por lo general, escondemos la cara y
nos obligamos a hacer lo que sea necesario para —a nuestro entender y el del
común social— actuar velozmente frente al surgimiento de un pequeña pero
intenso drama, o una catástrofe potencialmente destructiva. dando cuenta con
ello que no nos hemos dado por vencidos y que estamos desde-ya, ‘resolviendo’
la situación.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">de nuevo, no. no va por ahí, eso sí es
seguro. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">por principio y sencillamente por el
intenso desgaste que supondrá para todo y todos los implicados. con la
confianza propia y si es necesario silenciosa [aún si absolutamente solitaria y
posiblemente criticada por nuestros allegados] sabiendo que la maceración (es
decir la espera=‘no hacer nada’) trae siempre consigo el sabor agridulce y
seguro de la batalla ganada al ritmo que el problema requería; y no, al ritmo al
que frenéticamente quisimos o rogamos por poder darle salida, muerte, resultado
o solvencia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">lemoncello</span></i><span lang="ES-TRAD">. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">quitar las vendas del rostro —siguiendo
sí el consejo bordado en negro por csm para, en cambio, poder usar esa
bellísima en su agresiva y sutil malla de encaje, para hacernos de unos guantes
que suban acariciando apenas el borde de la muñeca; <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>convirtiendo la espera en un experiencia mucho más estética y
amable, cuanto posiblemente erótica e inteligente.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">los ‘problemas’ se resolverán a su ritmo,
en forma, condición y materia predestinada por más ‘limonada’ que queramos o
intentemos hacer. lo que sí resulta vital es mantenerse en todo momento atento
a las señales, y no ignorar cualquier indicio de posibilidad de acción, en pos
de una falsa velocidad resolutoria. [cuidado: tampoco implica no hacer nada y
punto.]</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">dicho lo anterior, no queda más que
brindar por aprender a saborear esa espera cautiva en ‘tiempos de limones’.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDlN9sYaDu2EKtrfuYLH4HZbJYFGtdggPuEOxksRWaAl97PBhyphenhyphen11XHrsK-4pa_HZTIwY6S_I8Eqav4iaKLeqOcZN9zuX58XIIZBNi9uMlgZHNNKYoxkKXLvntDhhSGfvoVjORgJRLtlzQq/s1600/CentralStMartins+MA+Fashion+Show+2016.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDlN9sYaDu2EKtrfuYLH4HZbJYFGtdggPuEOxksRWaAl97PBhyphenhyphen11XHrsK-4pa_HZTIwY6S_I8Eqav4iaKLeqOcZN9zuX58XIIZBNi9uMlgZHNNKYoxkKXLvntDhhSGfvoVjORgJRLtlzQq/s320/CentralStMartins+MA+Fashion+Show+2016.png" width="290" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><o:p><span style="color: #666666;"><br /></span></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">marcela
quiroz</span></span></b><br />
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: x-small;">septiembre, 2016</span></span></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-44168059298461635862016-09-02T10:40:00.002-07:002016-09-02T10:46:19.937-07:00de ser cierto, ya no habría más limones<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7gA7Qe-G1Xu6Q5th77BdPWnBWIEjrX0Fa2ol0w2bvf-NTA4oCyPiqVrxdsxzEilb5WzCJ3wFBCvEvZMlqrtaciSZUMhnn1q-Us6Y0zPaqT037S40m879X87aHbb4v1ZrwrakJ1PagOyDn/s1600/CSM_2016_dont+cry.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7gA7Qe-G1Xu6Q5th77BdPWnBWIEjrX0Fa2ol0w2bvf-NTA4oCyPiqVrxdsxzEilb5WzCJ3wFBCvEvZMlqrtaciSZUMhnn1q-Us6Y0zPaqT037S40m879X87aHbb4v1ZrwrakJ1PagOyDn/s320/CSM_2016_dont+cry.png" width="162" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">es tristemente común escuchar una y otra
vez la siguiente frase: “cuando la vida te da limones, haz limonada.”</span></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">este consejo de ‘sabiduría existencial’ popularmente
adoptado y extendido (desde su origen sin duda anglosajón [inventada quizá por
algún ‘creativo’ de Hallmark a inicio de los 80): “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">When life gives you lemons, do lemonade.)</i> parece tranquilizar, e
incluso motivar a aquellos quienes lo escuchan cuando están inmersos en una
situación de la que no ven cómo salir (si es que van a ‘salir…’), pero no
pueden —o realmente no quieren— seguir en ella.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">sin embargo, ¿por qué no pensar en otra
alternativa para este asunto de los ‘limones’? </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">limonada no es lo único que puede hacerse
con ellos. de hecho, sus posibilidades de uso son infinitamente más variadas de
lo que muchos imaginarían. de tal suerte que, si hubiera de adoptar —muy a mi
pesar, pues detesto la frasecita— ese ‘consejo de vida’, lo alteraría de la
siguiente manera: “cuando la vida te da limones, haz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">limoncello</i>.”</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">¿por qué? </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">empecemos no sólo por su delicada y
efectiva capacidad ‘desestresante’ (del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">limoncello</i>,
claro), sino porque en el proceso que tarda su creación, digamos: el tiempo de
los limones —es decir en estos casos, el nuestro— se ve obligado a detenerse, a
observar, a escuchar, a conocerse más (o al menos uno poco). y detenido el
tiempo de desesperada búsqueda por ‘hacer’ algo con esos limones, la vida
empieza a develar sus matices. los problemas muestran otras facetas, las
preocupaciones se entienden desde otro lado y las angustias dan cuenta de su
carencia absoluta de sentido o de nuestra absoluta carencia de lucidez.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">esperar el tiempo que requiere hacer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">limoncello</i> es un reto contra la
adversidad y la urgencia por comprobarse —a uno mismo— (tanto como al entorno)
que no nos dejaremos vencer por media docena de limones. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">esperar no es rendirse, es un acto/acción/decisión/condición
de lo más complicado que se le puede pedir a la conducta cotidiana: tener
paciencia. [de hecho, es muy probable que de haber tenido y ejercido la
paciencia necesaria de origen, no habría uno acabado escuchando “pues mira, si
la vida te da limones…”.]</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">sea pues momento de perforar y deslizar
el sentido de este particular y tan bien recibido consejo popular y ‘darnos el
lujo’ —siendo que ciertamente ante los problemas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">darse tiempo</i>, es un lujo— de esperar a que maceren las cáscaras de
limón, el azúcar y el toque de alcohol que requiere el reposo de la futura
bebida italiana de tan alegre nombre.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">no será la primera vez que tengamos que tener
paciencia —por ganas, necesidad, urgencia u obligación—, ni será el único
momento en el que podamos aprender mucho de ello si nos decidimos a verla efectivamente
como un ‘lujo’, y no como un estancamiento, una condena —esperanzadamente
pasajera.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">así que, mi consejo de hoy es como una de
las creaciones de la casa de moda francesa, central saint martin (csm),
presentó hace unos meses en la semana de la moda en londres como parte de su
colección otoño 2016. un ‘atuendo’ para mujer con un diseño en color mostaza en seda satinada-semimate, de gabardina corta y pantalón, iguales en color y textura, holgados pero afianzados seriamente en la cintura, zapatos negors altos y cerrados. si bien lo interesante no es esto sino que la modelo cubría
toda su cabeza —rostro, cráneo e incluso parte del cuello— con una especie de
capucha de finísimo tul blanco en varias capas que impedía verle el rostro.
sobre ella, a la altura de los ojos, una sola frase bordada en letras negras en
manuscrita diciendo, con la siguiente frase, orden, consejo o consigna: “don’t
cry.”</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">en esta imagen se avista un paralelo perfecto
a la absoluta ineficacia del ‘hacer limonada’ que tanto se recomienda, cuando
se siente que la vida se está yendo por la alcantarilla con alarmante velocidad
y no necesariamente por motivos inteligibles (o al menos no comprensibles en
esos momentos de pánico). siendo que, no sólo no vemos lo que es ‘eso’ que está
‘mal’, sino que nos nublamos en capas extra lo que podría ser una mirada más limpia,
integral y claro, enterada de los diversos ángulos de ‘ataque’-por-espera de
las condiciones ante las que nos sentimos indefensos. </span></span><br />
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">no. por lo general, escondemos la cara y
nos obligamos a hacer lo que sea necesario para —a nuestro entender y el del
común social— actuar velozmente frente al surgimiento de un pequeña pero
intenso drama, o una catástrofe potencialmente destructiva. dando cuenta con
ello que no nos hemos dado por vencidos y que estamos desde-ya, ‘resolviendo’
la situación.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">de nuevo, no. no va por ahí, eso sí es
seguro. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">por principio y sencillamente por el
intenso desgaste que supondrá para todo y todos los implicados. con la
confianza propia y si es necesario silenciosa [aún si absolutamente solitaria y
posiblemente criticada por nuestros allegados] sabiendo que la maceración (es
decir la espera=‘no hacer nada’) trae siempre consigo el sabor agridulce y
seguro de la batalla ganada al ritmo que el problema requería; y no, al ritmo al
que frenéticamente quisimos o rogamos por poder darle salida, muerte, resultado
o solvencia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">limoncello</span></i><span lang="ES-TRAD">. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">quitar las vendas del rostro —siguiendo
sí el consejo bordado en negro por csm para, en cambio, poder usar esa
bellísima en su agresiva y sutil malla de encaje, para hacernos de unos guantes
que suban acariciando apenas el borde de la muñeca; <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>convirtiendo la espera en un experiencia mucho más estética y
amable, cuanto posiblemente erótica e inteligente.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">los ‘problemas’ se resolverán a su ritmo,
en forma, condición y materia predestinada por más ‘limonada’ que queramos o
intentemos hacer. lo que sí resulta vital es mantenerse en todo momento atento
a las señales, y no ignorar cualquier indicio de posibilidad de acción, en pos
de una falsa velocidad resolutoria. [cuidado: tampoco implica no hacer nada y
punto.]</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">dicho lo anterior, no queda más que
brindar por aprender a saborear esa espera cautiva en ‘tiempos de limones’.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDlN9sYaDu2EKtrfuYLH4HZbJYFGtdggPuEOxksRWaAl97PBhyphenhyphen11XHrsK-4pa_HZTIwY6S_I8Eqav4iaKLeqOcZN9zuX58XIIZBNi9uMlgZHNNKYoxkKXLvntDhhSGfvoVjORgJRLtlzQq/s1600/CentralStMartins+MA+Fashion+Show+2016.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDlN9sYaDu2EKtrfuYLH4HZbJYFGtdggPuEOxksRWaAl97PBhyphenhyphen11XHrsK-4pa_HZTIwY6S_I8Eqav4iaKLeqOcZN9zuX58XIIZBNi9uMlgZHNNKYoxkKXLvntDhhSGfvoVjORgJRLtlzQq/s320/CentralStMartins+MA+Fashion+Show+2016.png" width="290" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><o:p><span style="color: #666666;"><br /></span></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;">marcela
quiroz</span></span></b><br />
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: x-small;">septiembre, 2016</span></span></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-5874337975266309402016-07-04T17:15:00.000-07:002017-10-13T00:40:47.914-07:004'33'' [o sobre el tiempo y el duelo]<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSZi438DecVF5rPuS1TUYPSCfbwZnqhZM44VV-998dsjf8TYHEk4g0XfCGWOL4-VO4CikdziaACFPlc-sR0tZgYkYecSFdJhKrDCCKCMAvLL3o6BAa_SMimkiS0v5jUO05HAUpHXKypPNC/s1600/1._pink_chair_salton_sea.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSZi438DecVF5rPuS1TUYPSCfbwZnqhZM44VV-998dsjf8TYHEk4g0XfCGWOL4-VO4CikdziaACFPlc-sR0tZgYkYecSFdJhKrDCCKCMAvLL3o6BAa_SMimkiS0v5jUO05HAUpHXKypPNC/s320/1._pink_chair_salton_sea.jpg" width="320" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">supongamos que la cifra que titula esta
nota ya ‘viene cargada’ —incluso sobrecargada— pues es virtualmente imposible
estar en el medio del arte y no conocer el magistral acontecer del ejercicio de
silencio de john cage</span><span style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">.</span></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">si por el motivo que sea quien lea
esto y se encuentre en una situación similar a la descrita, negándose a
‘verla’, ‘cronometrarla’ o simplemente sentirle, conciente de que su vida
presente pierde todo sentido si no logra aferrarse a esta nueva y
extraveloz-temporalidad relacional, intenten pedir 4’33’’ —quizá cage no
sólo hablaba de música, sino de todos los efectos posibles del silencio —buenos
y malos, sanadores e hirientes, comprensivos y déspotas, compañeros o enemigos,
enamorados o (des)interesados.</span></span><br />
<br />
<span style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">pero estuve pensando que esta cifra puede
usarse para otras cosas también, —debiera usarse incluso— (finalmente quiénes
somos para dudar de cage). así que me propongo a poner a práctica mi teoría.
esta temporalidad tan precisa es justamente la cantidad de tempo justo para
‘algo’ que puede serlo todo —tanto como puede dejar de serlo—<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ése</i></b>
es su gran descubrimiento. el sosiego, la pausa, el no-tocar, no expresar, no
explicar, no contradecir, no-‘hacer-sonido’ más allá del ajeno.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">últimamente —y lo digo no sin amplia
tristeza— se tienen, si acaso, 4’33’’ para lo que sea que involucre algo más
que el bienestar propio o la conveniencia futura. antes (no preciso las fechas
del ‘antes’ porque realmente no sé cuando empezó a ser cinco como también
ignoro si antes eran diez o veinte), cuando había algún desacuerdo —del tipo
que fuera— esto es lo que como último recurso se pedía: dame cinco minutos de
tu tiempo. hoy, imposible! impensable. proponerlo siquiera encierra su
propia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muerte pues no sólo no
habrás de recibir los cinco, sino ni uno, ni medio. has pedido demasiado. y ya
nadie perdona —o tiene tiempo para perdonar— cuando pides de ellos lo más
preciado, ’su tiempo’ (con todas las implicaciones psicoanalíticas que conlleva).
</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">debes estar fuera de ti, cinco minutos son
más valiosos que casi cualquier cosa que puedas decir, hacer, enseñar,
demostrar, explicar, tratar de hacer hablar y escuchar. no cinco; olvídalo.</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">encontrarse pues en una situación en la
que la contraparte —sea quien sea, en el escenario que cada uno quiera
imaginarse— es decir, cuando no están dispuestos a concedernos ni cinco
minutos, es tan patético, como doloroso, como burlesco y casi irreal. lo
trágico es que sucede. y muchas más veces de las que pensamos, especialmente en
relaciones que creíamos ‘casi perfectas’.</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">no. no pidas tiempo. nunca pidas el
tiempo del otro así como tal —es decir, como tiempo— pues hacerlo, enunciarlo,
causará estragos irrecuperables, lo puedo asegurar.</span><br />
<span style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">dada esta lamentable estado de
las cosas, no queda sino acordarse —con la debida ironía— de los cuatro minutos
treinta y tres segundos de cage. posiblemente no sólo revolucionó por completo
la comprensión de la música a partir de su a-concierto, sino que es muy posible
que podamos entender su obra, ésta obra 4’33’’ como una clave de reposición —de
tomarse en cuenta cuando se debía. así pues, lo único que queda es, si acaso es
uno —aún— alguien que confía en el otro, en los sentimientos y especialmente en
el amor, aconsejo no pedir más de 4’33’’ de atención a la pareja en
turno. </span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">pero si —efectivamente— acaso es uno
—aún— alguien que confía en el otro, en los sentimientos y especialmente en el
amor. cuando te sean negados los cinco minutos no hagas más que un breve duelo,
digamos de 4’33’’ y aléjate lo más pronto y lejos que puedas de aquel ser tan
‘ocupado’[es decir, egoísta —hoy día se entienden como sinónimos] incapaz de
escucharte, ayudarte, verte, abrazarte, o simplemente sentarse a tu lado en
silencio durante cinco minutos en la banca de un parque tan hermoso y
avejentado como —precisamente quizá como ha de sentirse interiormente [y
seguramente al fondo de la mirada] ése que ya no concede tiempo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>‘a ciegas’ —es decir— sin tener
asegurado algún tipo de beneficio inmediato o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>corto plazo. ¡cinco minutos! ¿de qué hablas? ¿crees que no
tengo nada que hacer?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;">quienes en cambio, se den cuenta cabal de
que —para el otro que dice estar a su lado— cinco minutos es demasiado pedir,
les sugiero —lo más pronto posible— hacer un respetuoso duelo por la inminente muerte de su relación. </span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
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<!--StartFragment-->
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.0pt;">con derecho y causa sugiero que el duelo no
dure más de 4’33”.</span><!--EndFragment-->
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.0pt;"><br /></span>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #444444; font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-38577034566950513182016-02-12T14:37:00.003-08:002016-02-12T14:42:54.692-08:00fragmentos sobre lo impenetrable<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">hay una forma de dejar ir, sólo una. lo que cambia es
el tiempo en el que haces que suceda esa ‘ida’. cuando mueves el arco de cierta
manera, extiendes la última nota hasta su último reverbero, como si quisieras
que nunca terminara. y quizá, algunas veces, no terminará. será un eco que
quede dentro como un recuerdo silenciado, precioso, pero silenciado. depende de
la presión que apliques sobre la cuerda con el arco. es esto lo primero que entiendo
durante mi primer ensayo a puerta cerrada entre un cellista y un violinista en el salón de una antigua casona guanajuatense.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">si vas soltando la presión poco a poco, la nota se
extiende. sí, es cierto —sucede casi visualmente— la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ves</i> irse del cuerpo, del instrumento, de la cuerda, del arco, de
las manos, del espacio y del alma; sucede cuando sigues el movimiento de la
mano con el arco hacia fuera.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">fue viendo esa nota irse que lo entendí; en esa
primera nota aprendí los distintos tiempos de la desaparición y los
decrecientes grados del desaparecer; aprendí también que sólo hay una manera de
hacerlo. desaparecer es dejar ir.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">entonces, sentada a unos pasos del hombre que ha cambiado,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">ya para siempre,</i> mi vida, me
preguntaba: ¿qué es lo que se va?; ¿qué desaparece cuando se deja ir esa nota
alargada? pues, a pesar del ruido y a pesar del silencio, a veces el cuerpo la
sigue escuchando, sigue sintiendo la lejanía de su vibración y a pesar de —todo
está ahí— el cuerpo, las manos, el cello, la escucha, la irrenunciable
vibración. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">¿qué fue entonces lo que desapareció esa primera tarde?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">hace muchos meses escribí un texto para mí, sólo para
mí (de ese tipo de textos, los que sólo escribo para leerlos yo, hago pocos)
pero ese era esencial porque quería entender qué es lo que me provocaba esa
fascinación por la música que produce un solo instrumento: el cello. recuerdo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>bien que en esos párrafos intentaba
explicar por qué generaba en mí tantas otras sensaciones dentro que aún no sé
describir; acontecimientos que nunca he sentido en el cuerpo de mi cuerpo
escuchando ningún otro instrumento, alejado, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ya para siempre,</i><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]--></span></span></a>
de otro sonido.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">supongo que en ese escrito no mencioné —pues no lo
sabía con esta certeza— la abiertamente erótica relación que mantiene el
instrumento y su intérprete cada vez que se tocan. es un entendimiento corporal
que habita otro tipo de espacio y cadencia del que pudiera querer asirse
cualquier otro instrumento y, adivino, todo cuerpo despierto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">de la cintura hacia abajo parece que el
cuerpo-que-toca está ya <i style="mso-bidi-font-style: normal;">desde siempre</i>
vencido, entregado al instrumento, a su merced, gustoso y sin preguntas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">pero el rendimiento tiene una contraparte, igualmente
fuerte. creo que lo que estoy por relatar quizá no sea un gran descubrimiento,
lo sé. de hecho, lo dijo la física hace cientos de años: “a toda acción
corresponde una reacción de la misma intensidad pero en sentido contrario.”
pero verlo suceder, todo, ambas acciones/reacciones a un mismo tiempo en un
mismo cuerpo es algo que quita el aliento y roba las palabras antes siquiera de
poder ser enunciadas, antes de ser incluso pensadas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">es el cuerpo: los brazos, los hombros y la espalda dan
cuenta de una fuerza que parece invencible. dejan ver el absoluto dominio de sí
mismos. la tensión es perfecta, clara y sin tribulaciones idiotas.<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[2]<!--[endif]--></span></span></a>
esta ahí y no para otra cosa sino para hacer suyo ese instrumento; para sacar
de él todos los sonidos y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tempos</i> que entonces
—ese mismo cuerpo— puede apenas imaginar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">“y la música comienza. poco a poco. ahora a toda
velocidad. el techo desaparece y naturalmente flotas; flotas arrancado,
arrastrado, llevado, elevado, en alas y por esa infinita y constante cadencia…”
algo así es lo que decía reinaldo arenas —uno de mis dos escritores favoritos.
pero arenas hablaba sobre el sonido del tecleo de las manos sobre una vieja
máquina de escribir, no de música; y a su vez, sí, por supuesto que hablaba de
música —ahora me doy cuenta, hasta ahora me doy cuenta. otra coincidencia
destinada.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">la batalla comienza, el enamoramiento, la dulzura, el
cuidado, la entrega. todo está ahí, frente a mí, entre ellos. el mundo nace y
muere ahí dentro, entre ellos que son cuerpo y cello. yo observo, escucho y
trato de escribir, pues es esto lo que hago cuando el mundo me destroza y me
maravilla, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">escribo</i>. escribo para
decir que entre ellos el aire se ha vuelto el mismo, la respiración, el dolor,
la delicia, la razón. y es así. ¿qué más pudiera importar?, me pregunto. existe
incluso lugar, sentido, tiempo ¿para algo más, para alguien más?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">la respuesta me resulta tan obscena como la pregunta.
dejo de escribir y me doy cuenta de que escribo porque estoy aterrada,
atemorizada de dejar de ser-oración y ver si esto que estoy respirando entre
notas que me transforman, es la vida. me atrevo a levantar la mirada, me separo
de un golpe —<i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn3" name="_ftnref" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[3]<!--[endif]--></span></span></a>
mortal— de la hoja, de las palabras, de mi mundo impenetrable, de mi cadencia.
dejo de escribir para verte y es esto lo que veo. he aprendido a escuchar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">marcela quiroz</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">guanajuato,
mx, 19 de noviembre, 2015<o:p></o:p></span></span></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br clear="all" />
</span><br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
esta figura autoral —‘ya para siempre’— será explicada en su integridad en los
siguientes movimientos de este libro que aquí y así comienza.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[2]<!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Pensando la idiotez en el ‘tono’ que configura <i style="mso-bidi-font-style: normal;">el idiota</i> de dostoievski.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[3]<!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Ese ‘<i>como si</i>’ al que recurriera jacques
derrida, retomándolo a su vez del inmenso pensador árabe-egipcio, edmond jabès.</span></span></div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-57302231518935691072016-02-10T20:31:00.003-08:002016-02-12T13:58:35.496-08:00desencuentros y reiteraciones | eisenstein en guanajuato<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">la sola asociación cinematográfica que convocan los nombres
sergei eisenstein y peter greenaway sería suficiente para imaginar un sin fin
de excitantes conjunciones con una potencia dirigible en infinitas e
inesperadas direcciones —aún, como es el caso que aquí nos ocupa— sabiendo que
el tema/tiempo al que habría que ceñirse es breve siendo que atiende
exclusivamente los diez días que eisenstein visitó guanajuato, méxico. enunciar
en un mismo proyecto ambos cineastas hace casi imposible no creer, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i> (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">pace </i>derrida) con garantía absoluta, que se va a encontrar uno en
la oscuridad de la sala inmerso en un cuerpo cinematográfico estética y/o
históricamente sustancial, digamos incluso ‘importante’ dentro de la
historiografía fílmica tanto del autor ‘vivo’, como del autor referido, como
del género cinematográfico en sí mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">desafortunadamente, lo que quedó en mí fue —por
decirlo de la manera más ‘políticamente correcta’ (por el momento) un azoro
bastante mayor a las<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>altas
expectativas con las que asistí al esperado estreno de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">eisenstein en guanajuato</i> (2015) dirigida por peter greenaway. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">así, sobre mi experiencia como espectadora (digamos
‘medianamente conocedora’ tanto del contexto del filme como de los personajes
en cuestión) el efecto y/o ‘resultado’ gestado fue muy claro: una trágica
decepción imposible de justificar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF55IilB0EIPcBXyLQorGk7_mj7NkFbMIOyP_NctuTuQJlLuOE2wGTiucfUm9uKm5NJGI2S3Ajvv01wysmK0jcEX3r7jwIlgddC4t6O7h53cVuUqezo4K1zNiydX9HoLjiUbtOf4M1kFSd/s1600/Eisenstein-en-Guanajuato-poster.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF55IilB0EIPcBXyLQorGk7_mj7NkFbMIOyP_NctuTuQJlLuOE2wGTiucfUm9uKm5NJGI2S3Ajvv01wysmK0jcEX3r7jwIlgddC4t6O7h53cVuUqezo4K1zNiydX9HoLjiUbtOf4M1kFSd/s400/Eisenstein-en-Guanajuato-poster.jpg" width="280" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">para empezar habría pues que decir que lo único que
consiguió greenaway en ésta, su más reciente obra cinematorgráfica fue rodar,
editar, montar y presentar al mundo una aburridísima película pornográfica
‘ligera’ plena de figuras desenlazables e inexactitudes históricas, entre otras
varias ‘fallas’, ausencias o desintereses ‘contextuales’ —en el más amplio sentido
del término. lo que supongo devela aquello que al muy reconocido director
británico le pareció ‘suficiente’ información documental (tanto en cantidad de
‘material’ como en calidad, contenido, intención, significación, pertinencia,
necesidad, etc., y sus posibilidades de relectura contemporánea) para crear a
partir de ello una especie de engarzamiento por (des)encuentros físicos y
simbólicos cinemtográficos; así como una dudosa ‘continuidad’ entre situaciones
que ‘pudieron’ haber sido posibles (ya bastante criticadas y puestas en duda
por numerosos y respetados críticos y especialistas en cine europeos). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">configuraciones que aparentemente greenaway decidió
precisas y suficientes para crear un filme astuto, inteligente y hábil para desarrollarse
sobre su propia estructura —como hasta ahora lo había hecho en incontables
ocasiones durante su notable carrera como director. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">pero no esta vez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">tristemente, con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">eisenstein
en guanajuato</i> greenaway nos obliga a conformarnos con un abiertamente trágico
(por la absoluta evidencia de una infinidad de carencias para un cineasta de su
trayectoria) filme mini-biográfico (si tal) del brevísimo tiempo que durante la
primera mitad del siglo xx, pasó el director soviético sergei eisenstein reconocido
mundialmente —si tan sólo por la maestría creativa cuya revelación visual
convirtió su filme <i style="mso-bidi-font-style: normal;">battleship potemkin</i>
(1925) en un parteaguas fotográfico y de montaje narrativo en la producción cinematográfica—
aún cuando su producción fílmica incluiría durante su desarrollo otras obras de
gran sustancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">quienes hacen favor de leerme con mayor o menor asiduidad
en este espacio dado como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">falladecortante</i>
(mismo que he tenido descuidado por meses y me disculpo sinceramente con mis
lectores), como en los otros medios en los que publico (artforum, artnexus),
saben que muy rara vez escribo sobre cine. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">esta desatención sobre el tema o género
cinematográfico lejos está de responder a un falta de interés —siendo que el
mundo creado por el cine es una de mis pasiones; me temo que simplemente, hace
mucho tiempo que no he tenido el inmenso placer que supone ver un filme con la
calidad suficiente como para escribir sobre él. y, por obtuso que resulte, la
razón de este escrito tampoco responde a lo que gustosamente intencionaría mi
escritura cinéfila con mayor asiduidad como pretendo hacerlo en u futuro no tan
remoto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">así pues —si hubiera alguien a quien le interesara
‘defender’ <i style="mso-bidi-font-style: normal;">eisenstein en guanajuato</i> —
sobre mi postura ante la más reciente película de greenaway podría decir <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que no supe “apreciar debidamente la obra”
probablemente debido a mi “falta de práctica en el ejercicio de un aparato
crítico propiamente cinematográfico”; así como se pudieran atacar mis
“carencias de conocimiento profesional sobre el género cinematográfico” —ambos
argumentos perfectamente sostenibles, en un dado caso. sin embargo, me temo que
no se requiere más que de un mínimo sentido común para poder articular algunos
comentarios justos y certeros sobre el filme de greenaway, —a quien, he de
confesar, hasta antes de ver esta obra— admiraba profundamente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">por enunciar solamente un ejemplo, pensando en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">the draughtsman’s contract</i> (1982) desde
este mismo escritorio, momento y lugar podría con gran orgullo y respeto escribir
un libro —si tan sólo sobre una o dos de las tomas; o bien, un compendio de
ensayos reflexionando sobre las capacidades narrativas, simbólicas y dialógicas
entre un par de las muchas brillantes secuencias que arman el cuerpo de esa
película. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">el asunto es que, con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">eisenstein en guanajuato</i>, mi altamente decepcionada mirada cinéfila
solamente encuentra en este intento de filme un remedo poscolonialista (si
fuera a merecer incluso el término, y esto sólo por coincidencia en
temporalidad histórica) pornográfico de muy baja calidad —aún a pesar de la
estética de violento atractivo que acertadamente (des)monta algunas aisladas
secuencias entre las sobreactuadas y patéticamente estereotipadas actuaciones
de los personajes en cuestión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">hablando por ejemplo de las locaciones elegidas para
rodaje, greenaway se conformó con tomar dos de los rincones más ‘lujosos’ de un
solo/mismo edifico —a saber el lujosos interior orientalista del teatro juárez,
inaugurado en 1910 por el ya casi exiliado-presidente porfirio díaz —dentro de
sus ‘afrancesados, elitistas y costosos festejos’ en conmemoración del
centenario de la llamada independencia del yugo español— para convertirlos en
sus ‘salones’ principales. uno —el escenario del teatro del que hizo uso para
emplazar la alta calidad interpretativa de la orquesta sinfónica de la
universidad de guanajuato, como una especie de música recortada en escenas
reiterativas como temas visuales, sin mayor respeto a ninguno de los
componentes sino al ‘efectismo’ buscado por el cineasta; y el otro ‘salón’ fue
convertir el lobby de la segunda planta del teatro en una supuesta habitación
de hotel de eisenstein. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhklBqZszp9tzOoUM8uVHtvzhyphenhyphenXdDppLgOYeu-PqavUWl7kUKdT0vC5k8CW-kJ0EClGvtGPc8jwZdBytFs2z-3lMttepGlA1TPeKjmQcvsQXFk_KTD_gMOZfa15wG5aUg2xzUmWXUnWGtVn/s1600/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><img border="0" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhklBqZszp9tzOoUM8uVHtvzhyphenhyphenXdDppLgOYeu-PqavUWl7kUKdT0vC5k8CW-kJ0EClGvtGPc8jwZdBytFs2z-3lMttepGlA1TPeKjmQcvsQXFk_KTD_gMOZfa15wG5aUg2xzUmWXUnWGtVn/s400/maxresdefault.jpg" width="400" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">queda claro que la elección reiterativa del espacio
responde no sólo a la estética de (in)visibilidad que el piso de bloques de
vidrio tallado que le permite jugar con lo ‘desconocido’ biográficamente
hablando de la sexualidad del visionario creador de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">strike</i> (1925), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">october</i>
(1928), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ivan the terrible</i> (1944),
entre otras, sino que greenaway inventa esa supuesta habitación donde acontece
gran parte de la película, con un supuesto despliegue y derroche de ‘lujo’ aún
cuando queda siempre absolutamente señalado y sobreentendido —un
“lujo-tercermundista”— que quizá ni el delirante dictador exiliado porfirio
díaz hubiera imaginado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">es así como la revelación/revolución sexual del
director ruso en manos del ‘actor secundario’ —quien asume la encomienda de ser
su guía las 24 horas del día desde que eisenstein pone un pie sobre el terroso
piso de las calles guanajuatenses, encargándose de hacerle conocer ‘todo’ lo
que podía haberle resultado de interés en la ciudad— se constituye (o mejor
dicho, intenta hacerlo) como el elemento que intenta sostener el esqueleto y
hacer vibrar la nervadura de la película. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">elección y desarrollo que deriva por completo
insuficiente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">tanto el esqueleto como las derivas nerviosas se
confiesan tempranamente en la película como elementos, construcciones,
situaciones y personajes absolutamente quebradizos y por completo carentes de
complejidad<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—aún en lo que podría
llamarse su ‘simplicidad’ estética; por supuesto no intento referir con este comentario
la obligatoria existencia de una complejidad narrativa como requisito o
comprobación de ‘calidad’ o ‘contenido’ de ninguna forma cinematográfica ni
artística. sucede que la ‘economía’ de recursos que la narrativa toma como
nodos con el peso suficiente para dar continuidad e interés suficiente a la
obra que greenaway eligió no consiguieron ni lo uno ni lo otro; configurándose
en una suerte de reiteraciones visuales de lo que sin dudarlo me atrevo a
llamar una aproximación crasa y francamente vulgar* de un ¿pos?-colonialismo
—en el mejor de los casos. (*nota: la vulgaridad a la que me refiere no tiene
nada que ver con los aspectos sexuales y/o sensuales que va (des)hilvanando la
trama, sino con un profundo y evidente desinterés cultural contextual histórico
que greenaway hace tan evidente que resulta obsceno.)<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRnANC12bgxOd5PSCF_qFP9W0ApE-a1GJczImoRrDRDm3pIQTMq0_pNOmfr6vWcDqoVpZFp1SXVqvisGLUGR3QWuAWZiOtGoJ2GA4xDmxxov6m0gC08W2MspXlwhX7fRsLeg4XRD-SGxDN/s1600/tumblr_nsqy2cbPzz1qa409eo1_1280.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><img border="0" height="165" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRnANC12bgxOd5PSCF_qFP9W0ApE-a1GJczImoRrDRDm3pIQTMq0_pNOmfr6vWcDqoVpZFp1SXVqvisGLUGR3QWuAWZiOtGoJ2GA4xDmxxov6m0gC08W2MspXlwhX7fRsLeg4XRD-SGxDN/s400/tumblr_nsqy2cbPzz1qa409eo1_1280.png" width="400" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">de tal suerte que, no hay necesidad de mantener en
estas palabras —como tampoco en el tiempo que involucra su lectura— sino la
temporalidad presente hasta aquí atendida, pues simplemente me resulta
imposible y fatuo tratar de encontrar en la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">eisenstein en guanajuato</i> de peter greenaway, nada más que valga la
pena discutir, intentar discernir, desentrañar, derivar, trazar relaciones o
simplemente recordar y representar ahora con el lenguaje escrito. quizá tan
sólo la franca urgencia de haberse ‘hecho cargo’ —como director de la calidad
con la que peter greenaway ha constituido su trayectoria—, y, por lo menos,
haber leído y comprendido las muchas esenciales reflexiones que edward said conjuga
en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">orientalism</i> (1978) —lectura que
debiera ser obligatoria para cualquiera que intente trabajar
—inevitablemente-con-una-mirada-que-viene-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">de-fuera</i>—
con una cultura —cualquiera que sea— que no es la propia; y no solamente
quedarse, si fuera éste el mejor de los pronósticos literario-contextuales, con
una hojeada de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">under the volcano </i>(1947) de malcolm lowry; o, en el mejor/peor de los casos, no
conformase con una (posible) lejana lectura de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ídolos tras los altares </i>(1929) de anita brenner. bibliografía mínima
e insuficiente que, sin embargo pudiera resultar aparentemente justificable por
los años en los que acontecen los sucesos atendidos por el filme. pero ni
siquiera pensando en este escuálido contexto cultural/histórico supongo la
suficiencia contextual cultural que intenta replicar o reinterpretar, exotizando hasta lo burlesco, el filme en el tiempo del presente que
evoca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV5HJdExCzxbFzODAixtIZEsTMZWeDeu1cM0XmeMRIO5ORsWs_7uqWZK4s041ZmCjWUVQ-_pjsuN2z6Czu-otvJ5EIbq7J1rWzrm8WtWkZ4aqe-lerKBD5QzftZhYFiVcI9QphcpzS2pe3/s1600/maxresdefault-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><img border="0" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV5HJdExCzxbFzODAixtIZEsTMZWeDeu1cM0XmeMRIO5ORsWs_7uqWZK4s041ZmCjWUVQ-_pjsuN2z6Czu-otvJ5EIbq7J1rWzrm8WtWkZ4aqe-lerKBD5QzftZhYFiVcI9QphcpzS2pe3/s400/maxresdefault-1.jpg" width="400" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">justamente en ello radicaría la gran diferencia entre
lo que jacques derrida y el infinitamente agradecible peso de su herencia nos
ha dejado la tarea de comprender no sólo la extranjería y sus infinitas capas
de significación, sino la importancia —diría yo incluso— la vitalidad por
comprender los velos y matices con los que debiera tratar de comprenderse y acercarse
a la representación del encuentro con la otredad; las infinitas implicaciones
que trae consigo la sola concepción de la hospitalidad; la responsabilidad y
despojos que devienen del ser hospitalario; por mencionar algunos temas
cruciales que debieron haber —por lo menos— matizado la estética contextual del
filme. extrañamente, pre-considerando que estaría uno frente a una obra de
peter greenaway, no era mucho creer que podíamos esperar la inteligencia
necesaria para poder <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver</i> ‘algo’ de lo
filmado si tan sólo con el dejo de una mirada-hospitalaria. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">marcela quiroz luna<o:p></o:p></span></b></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: windowtext; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="color: #666666; font-family: "verdana" , sans-serif;">guanajuato,
mx. febrero, 2016</span><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-32653010892564645522015-07-06T08:34:00.000-07:002015-07-06T09:57:30.855-07:00algunas cosas quedan | aldo guerra<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt;">la instalación se conforma por un video cuya temporalidad es extensa y
estática, proyectado sobre un papel blanco suspendido del techo separado del muro
de fondo lo suficiente para perderlo de vista. Así, a diferencia de una
proyección sobre muro o material/pantalla, la superficie se siente sutil, imperfecta,
poco pretenciosa, frágil, (im)permanente</span><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="font-size: x-small;">[1]</span><!--[endif]--></span></a><span style="font-size: 12pt;">
—absorbiendo la luz que no logra rebotar como imagen, </span><i style="font-size: 12pt;">como si</i><span style="font-size: 12pt;"> asumiendo (también) su ser transitorio, endeble, tendido. la
tela acentúa la verticalidad y altura a la que se encuentra un único sujeto
(sostenido en una precaria base superior de una antena eléctrica
aproximadamente a unos 30 metros del suelo) —condiciones que serán
determinantes al transcurrir de la obra. sobre los tres muros restantes de la
sala, una secuencia de marcos de pequeño formato colocados uno a uno sin
espacio entre sus cantos parecen a su vez rodear esa imagen, casi idéntica a la
que apareció en los periódicos locales en tijuana algunos meses atrás. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt;"><br /></span></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl5uM-PFoTtsGiuDAiDq7kPnfu9yX0n4D9tgaKcIZBkTElzsryVWrS5mnRC2rBzoGtvzlgQAZLuZoYnuFvoB2VIiSuSfOesGK-h4xtKPO7kUy1Sy0jCj6dQQLI1goFZBjB8rgjip-VpFZq/s1600/Aldo+registro+4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl5uM-PFoTtsGiuDAiDq7kPnfu9yX0n4D9tgaKcIZBkTElzsryVWrS5mnRC2rBzoGtvzlgQAZLuZoYnuFvoB2VIiSuSfOesGK-h4xtKPO7kUy1Sy0jCj6dQQLI1goFZBjB8rgjip-VpFZq/s320/Aldo+registro+4.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">al acercarnos a los cuadros casi idénticos podemos ver y leer lo que
los marcos protegen: una secuencia de anotaciones a mano escritas con lápiz en
las páginas de una libreta común con espiral transparente en su parte superior
como las que pueden comprarse en cualquier papelería. las anotaciones en lápiz
—de variable intensidad, dimensiones y tono de los trazos escritos— ofrecen
también impresa su transcripción dentro de cada marco. la brevedad de las
frases que saturan las páginas asienta un ritmo constante y cortante al ritmo
narrativo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i> anticipando y
fortaleciendo la finitud inminente que va sembrando y confirmando la lectura.
el lector/espectador de tanto en tanto gira el cuerpo y vuelve la mirada a la
proyección, advirtiendo que el sujeto de pie está efectivamente escribiendo en
una libreta las páginas que ahora tenemos enfrente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc924BS2xkwnj1TPM98cE30P6zXMprMi1MVxXZrOiq-8qSng-A-rQCFZu-7-i2o5tOfasrEinCv9YE7G9oXo-oqWMU9ysUjMGsRkwAqsxMotdUfYEjNru5Y-PUUhw6u2qebC6dRO1bRvHS/s1600/Muestra+de+pa%25CC%2581gina.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc924BS2xkwnj1TPM98cE30P6zXMprMi1MVxXZrOiq-8qSng-A-rQCFZu-7-i2o5tOfasrEinCv9YE7G9oXo-oqWMU9ysUjMGsRkwAqsxMotdUfYEjNru5Y-PUUhw6u2qebC6dRO1bRvHS/s320/Muestra+de+pa%25CC%2581gina.jpg" width="226" /></a></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span style="color: #666666; font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt;">entre el riesgo de la altitud, la incomodidad que conlleva sostener
por más de cinco horas la misma postura erguida y el calor que aumenta con el
avance del día, guerra ha descrito con la mayor objetividad y precisión posible
sus recuerdos sobre los distintos espacios en los que ha vivido desde su arribo
a tijuana a la edad de 8 años —desde la vida de una familia condensada en un
cuarto, hasta la amplitud y silencio de una casa vivida en familia; aquella que
sería finalmente ‘la casa’. la casa donde murió el padre. su casa.</span><br />
<span style="color: #666666; font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">el artista describe con claridad y precisión las texturas de los
techos, los rastros de las humedades; los barnices y tonos de las puertas; la
consistencia de los muros y sus gradaciones de sonoridad; los cambios de
iluminación interior entre un espacio y otro —aspecto sin duda determinante en
su manera de ver, comprender, asir y distanciar el espacio íntimo del espacio
público. en una ciudad donde las condiciones y el respeto entre los límites de
‘lo habitable’ deviene especialmente inmisericorde.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">a veces, el ruido de la calle traspasaba muros y ventanas, coches y
camiones —generalmente de ilegítima procedencia y muy dudoso estado de
transitabilidad— ese mismo ruido que parece infinito en una ciudad fronteriza
que imaginamos de alguna forma similar al audio que habita la sala que hoy
alberga la instalación: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">algunas cosas
quedan</i>. entre páginas, espacios, barrios y familia, el artista nos entrega
una historiografía habitacional biográfica cuyos detalles ‘arquitectónicos’
(digamos) van sumando velos que se sobreponen y cuentan a su vez otra forma
narrativa que nos va quedando dentro cargada de una densidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra</i> en un tiempo que no precisa
palabras. el recuento termina, no por decisión narrativa sino porque concluidas
las cinco horas diez minutos, el hombre que el cuerpo de guerra reinterpreta,
finalmente se lanzó a su muerte. nunca se supo con certeza la identidad de ese
joven entre los 20 y los 30 años, que una mañana escaló una torre de una planta
eléctrica en uno de los extremos de la ciudad de tijuana se mantuvo de pie
—sobre una pequeña superficie (50x50 cm) en la que termina la estructura
superior de la torre— durante 310 minutos antes de decidir su suicidio. <o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivmK-RWwIoi18RilPTxXTv7k4M3YW52uRdkS4_b-BsFI_MlvJRFVr5ix6bhCo-h1EQt63ZRIo8EWKSo8D3eXe0UfMezulJt3_Qwp8cPRY8Hy9dFxkppbBu1Ks9t5OsTSP8FgxxXBWKm39I/s1600/Aldo_Captura+de+pantalla.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivmK-RWwIoi18RilPTxXTv7k4M3YW52uRdkS4_b-BsFI_MlvJRFVr5ix6bhCo-h1EQt63ZRIo8EWKSo8D3eXe0UfMezulJt3_Qwp8cPRY8Hy9dFxkppbBu1Ks9t5OsTSP8FgxxXBWKm39I/s320/Aldo_Captura+de+pantalla.jpg" width="158" /></a></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span style="color: #666666; font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12pt;">la imagen que proyecta el video es un encuadre inmóvil sobre una
planta eléctrica urbana. tres meses después del acontecimiento durante esos 310
minutos el artista recreaba la temporalidad física y contextual previa al
suicidio de aquél que se dejó caer el 14 de febrero de 2014. durante las cinco
horas y diez minutos que guerra estuvo parado casi inmóvil sobre ese breve
espacio a más de 30 metros del suelo, el artista escribió en la libreta todo lo
que pudo recordar desde su llegada a tijuana a los 8 años. describe con
precisión los espacios en los que vivió y por los que transitaba. memorias que
conforme se van leyendo generan una extraña pero entrañable intimidad entre dos
desconocidos —el artista y el espectador.</span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">en la parte superior de cada hoja de la libreta guerra iba anotando la
hora, —así es como podemos darnos cuenta del paso del tiempo 'real' (re)vivido
por él sobre esa torre. durante las primeras tres horas, la escritura y la
narrativa es tan regular que incluso parecería ignorar la inquietante —y
potencialmente fatal— ubicación en la que está el cuerpo que escribe. poco a
poco, entre frases, situaciones y objetos recuperados como recuerdos van
apareciendo rastros de cansancio y dolores físicos ocasionados por mantenerse
en esa postura tanto tiempo, quejas del cuerpo que guerra no puede ignorar más
y quedan inscritas dentro de la narrativa mnemónica. entonces la dinámica
interior de la obra empieza a modificarse, como si el cuerpo fuera poco a poco
convenciendo a la memoria de su estar en riesgo creciente conforme se siguen
sumando los minutos. así, el presente que intenta ignorar ese cuerpo vivo comienza
a ganar terreno sobre la memoria, la temporalidad y las espacialidades
recordables. las palabras van dejando registro de la conciencia —que no puede
ya esquivar más— del peligro inminente de caer tan solo en un pequeño pero
fatal desvanecimiento o el inicio de un desmayo. el enfrentamiento esencial
queda plenamente evidenciado en palabra como en la imagen (durante las últimas
dos horas del video somos testigos del incremento incidental de un cuerpo que
flaquea, intenta cambios mínimos de posición buscando aligerar un poco la
sentencia del tiempo y el incremento en la temperatura; se lleva las manos a la
cabeza como queriendo cubrirse del sol; atestiguamos un cuerpo viviendo plena a
íntegramente el proceso de su propia debilidad y vencimiento; un cuerpo que,
sin embargo, sigue escribiendo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">las hojas de la libreta se van terminando, igualmente el lápiz y la
fortaleza necesaria para mantener la fluidez narrativa.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">al transcurrir las cinco horas el artista deja de escribir; las
últimas dos o tres páginas de la libreta quedan en blanco. el lápiz se ha
consumido. y el video vuelve a empezar.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">guerra baja de su propia torre no-muerto, pero sí con el cuerpo
gastado, agotado, insolado. lleva encima más o menos el peso con el que subió.
de inicio afectado por una muerte anónima —una muerte más que a la ciudad más
móvil, cambiante y creciente del país, debe haber resultado por completo
intrascendente– guerra inicia la recreación de las últimas horas que
contuvieron el final de una vida. durando el tiempo impuesto otro cuerpo,
guerra recorre en horas los momentos del inicio de su propia vida en esa
ciudad. sería inútil tratar de imaginar lo que pensó el otro antes de decidir
por la muerte. sin embargo, es muy posible suponer que la memoria detentó un
poder casi absoluto sobre el cuerpo y la agotadora resistencia que lo sostuvo.
enfrentado a la (im)posibilidad de la des-dramatización narrativa con la que el
artista intenta simplemente describir los espacios y la secuencia de su paso de
uno a otro conforme iba creciendo y constituyéndose en la persona que es hoy, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">algunas cosas quedan</i>, resulta ser una
especie de auto-atentado homenaje en busca de respuestas a preguntas no dichas;
interrogantes que, suponemos, aquel, él y nosotros, deberían estar, permanecer,
acumularse o guardar sus ruinas, si acaso, al menos, en la memoria.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<br /></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>post mortem</i><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">una vez que guerra transcribió cada una de las palabras legibles anotadas
aquella mañana en la libreta, filma un segundo video de toma fija en el que
observamos cómo con la goma del lápiz con el que escribió lo enunciable de lo
recordado, borra una a una esas mismas palabras. lo primero que cede es el
fútil trozo de goma que suele terminar por el extremo opuesto los lápices
comunes. cuando sucede, guerra reúne las virutas de goma usada para seguir
tallando con ellas y los dedos los trazos que restan de la escritura. palabras
y recuerdos que se han vuelto casi sin explicación lógica, por completo ajenos.
detalles, afirmaciones, secuencias de una vida recuperada a partir de los
espacios a los que el cuerpo llamó morada. su escritura, la escritura de estos
‘lugares’ aprehendida desde el estático funambulismo de un estar sin-lugar, en
tierra, en vida, devienen borramientos de una narrativa inevitablemente inútil
ante la condición única, última, del cuerpo que se reconoce ante el abismo de
su infranqueable soledad.</span><span style="color: black; font-family: Helvetica Neue;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="background: white;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCEbVrwlk9PD33zzzoBoJQgYWbrGpEyvoWD89lDv_GpvWDrLX-Rt4Hr4uq9sBdTgY22H0vxN6o7zLVHhxiw0y3_lDgcDI9XgTGP3ddMHDwScnjW-0w8o0fUdNJNgJWd0LYBhM0Lc_naiBG/s1600/Aldo_registro+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCEbVrwlk9PD33zzzoBoJQgYWbrGpEyvoWD89lDv_GpvWDrLX-Rt4Hr4uq9sBdTgY22H0vxN6o7zLVHhxiw0y3_lDgcDI9XgTGP3ddMHDwScnjW-0w8o0fUdNJNgJWd0LYBhM0Lc_naiBG/s320/Aldo_registro+3.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background: white;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: black; font-family: "Helvetica Neue"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-size: 6.5pt;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div style="background: white;">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="color: windowtext; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]-->[1]<!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="color: windowtext; font-size: 10.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">
<span style="color: #666666; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">Llamo (im)permanente a todo aquello que —incluso a su pesar— consume dentro de
sí su propia duración-visible, es decir su propia permanencia. Sería oportuno
recordar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La invención de Morell </i>(A. Bioy Casares) narrativa
literaria en la que el personaje principal se enfrenta una y otra vez a los
efectos de una falsa permanencia; de inicio fascinado en su isla, observa y persigue hasta
la adoración la (r)estancia de una mujer entre aquellos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otros</i>; hasta que cae en cuenta de que la única permanencia
sucediendo y en ello consumiéndose, es la suya —el clímax de la satírica
tragedia tiene lugar en el instante en el que toma conciencia de su propia
(im)permanencia.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-40766293958445438862015-05-22T11:58:00.003-07:002015-05-28T10:52:06.061-07:00por si un día, la pregunta<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">es la misma duda lo que me hace pensar que es quizá un asunto de tiempo, de nuevo y otra vez, lo
que le de sentido o un (des)aparecer-sentido a esa vida que tuve a tu lado y junto
a ti.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">es el tiempo que
pasa lo que parece que dejo ir.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">a tu lado tuve la
espalda rota y las ilusiones traicionadas. a tu lado y sin ti me duelen los
huesos por la noche y las esperanzas por la mañana. a tu lado me sentí tan frágil
que muchas veces me perdí entre cojines y sábanas blancas; escondida de tristeza para
que no me encontraras.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">pero, inevitable,
sucedía, me buscaste siempre.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">a tu lado pensé
cosas sobre la tarde y mis alcances; perdida en falsas complacencias para quien
sufre una condición dictaminada. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">a tu lado me quejé
de todo. pero resolví alguno de los muchos problemas que, expuestos sobre el
silencio, nunca debiera decirse a quien se quiere o se quiso. por eso supongo
pensabas que tuve siempre, un poco, la cabeza en otro lado. cuando solamente
estaba buscando dónde recargarme.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">a tu lado olvidaba
las cosas para que me las contaras de nuevo. a tu lado las ignoré queriendo
constatar que seguías aquí tendiéndome la mano. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">olvidé para que me
recuerdes, alegre, mi triste memoria.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">…<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">dudas sobre el
corazón que construye de tu geografía en mi personal armado y piensas que entre
tantas cosas y tan poquitas, se me hará fácil perderte de vista.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">se te debe haber
olvidado que mi mirada tiene su memoria particular. se te debe haber olvidado
que es ella la que no deja de lado. porque a un lado —siempre, en esa vida que
ya no es— siempre estuviste tú. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">recuerda entonces
lo que debes saber hoy de lo que estuvo: cuando parecía que miraba de frente,
lo que veía, lo que vi, eras tú.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">ese es el sentido
del amor, la insistente amorosa conciencia del estar junto a ti. y es algo que
sólo el tiempo me enseñó a fuerza de paciencia. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">a tu lado soporté
seguir en mí. pude dar sentido al desconcierto, al dolor, a los deseos —ya para
siempre postergados. a la imprecisión.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">porque todas esas
cosas que nos eran ajenas cuando empezamos a estar nos arrancaron de tajo, como
si queriendo rompernos el presente, la fe. en un instante indecible se
desmenuzó la luz. quedamos sordos. y un poco cojos también.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">sucede que nadie te
avisa (si es que lo saben) que cuando esas desgracias impávidas de tensa
crueldad se montan encima de uno lo hacen tan de frente que las cosas que ayer quisimos
ver desaparecieron de tanta obcecada necedad. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">no se puede tener
la vida de frente si no se tiene a un lado, un amor como el que te tuve.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">fue así. hasta hoy
pude ser quien soy, a pesar… sólo pude ser lo que fui, a pesar. </span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">a pesar incluso
de ti mismo, pero siempre junto a ti. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">sucedía y sucede que las cosas
que me duelen (como me duelen desde esa noche que nunca terminó), ahora tengo que
obligarlas a que me duelan de frente. puestas, arrinconadas, desnudas de terror
y coraje para que las pueda ver. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">ver de frente. sin
sesgo, sin aliciente, sin mendigar. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">cuando me ciega, maldigo
la espalda quebrada, pierdo la pierna-que-nada, desmayo los hombros, bajo los párpados, busco dentro de mí la
densidad de lo insufrible. debe estar ahí dentro en otro aliento. </span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">entonces era cuando volteaba y siempre, hasta-que-no, estuviste tú. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
. . .</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">frente a tanto frente a nada, hoy puedo sacudir los brazos y volver a bailar solamente y
solamente porque junto a mí, estoy yo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">gracias por la vida
que diste asumiendo como propio ese lugar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><s><s></s></s></span>
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<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">hoy, es mío.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-stLd7MU9OTE/VV97PCzjWrI/AAAAAAAAACU/6s5d8mkGkzY/s1600/yo_beacon_serra_junio2014.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-stLd7MU9OTE/VV97PCzjWrI/AAAAAAAAACU/6s5d8mkGkzY/s320/yo_beacon_serra_junio2014.jpg" width="240" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: Times; font-size: medium; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: normal; orphans: auto; text-align: start; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 1; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-48685768286978007702013-10-15T17:04:00.001-07:002013-10-15T17:15:42.655-07:00sobre el dar del nombre y mariposas inexistidas<div style="text-align: right;">
<style>
<!--
/* Font Definitions */
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panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
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</style><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">sin
ella –mi muerte– yo no habría escrito. </span></i></span></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">no
habría roto el velo de mi garganta. </span></i></span></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">no
habría lanzado el grito </span></i></span></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">que
desgarra los oídos, que raja los muros</span></i><span lang="ES-TRAD">.</span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">hélèn cixous</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">esta frase
herida por las condiciones y ‘sujetos’ que llama a sí, es una de tantas entre
las que ronda hélèn cixous es su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la
llegada a la escritura</i>. la radicalidad que implica la frase –el hecho–
asemeja, sin duda, muchas realidades presentes ahora que esa, ‘la’ enfermedad acontece
casi por entero invisible; ese velo sobre la garganta que hace y deshace a
placer desheredando desde dentro sus propias células.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">mi reencuentro
hoy con esta cita viene en un momento especialmente ‘oportuno’ ––casi
destinado– afirmaría no sin cierto tremor; sucede así en extensión
consecuentemente obligada –aunque probablemente también casi invisible a ojos
terceros– el enlace que llama sobre la obra recientemente expuesta de pablo
vargas lugo (pvl en lo subsecuente) en la galería labor (mx) dirigida por pamela
echeverría.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjv70N3EGHYJHxMx3vHGZ2KmZY5r6IrNL5bo8YsWsjn9MQZn-sxg0Sh7bpfAG_Dr2WIePmK968pqSo4vfWow2DO1J5BVBDWZIa5shz6mpTG9QoCLDxKB82vFRsLiQ6IPlwUv13EaScUXLjv/s1600/6_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Lepidokirbiya+binaria).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjv70N3EGHYJHxMx3vHGZ2KmZY5r6IrNL5bo8YsWsjn9MQZn-sxg0Sh7bpfAG_Dr2WIePmK968pqSo4vfWow2DO1J5BVBDWZIa5shz6mpTG9QoCLDxKB82vFRsLiQ6IPlwUv13EaScUXLjv/s320/6_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Lepidokirbiya+binaria).jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">a pesar de lo
que ‘debiera’ ser y hacer una reseña crítica integral, formal o convencional,
me daré el lujo de hablar solamente de la mitad de la mitad de la muestra (siendo
el ’todo’ de la muestra un sutil e inteligente diálogo entre obras recientes de
irene kopelman (ik) y pvl). lo haré porque encuentro en las piezas caligráficas
en papel sobre papel sobre papel de pvl, un destino tan buscado como aún
apremiante al transcurrir de mi propio presente.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">¿y no es tal
el arte que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">llama</i>? desde adorno –ese
que se funde a sí mismo; aquel que se deshace para existir. derrida hablaría
quizá, como yo ahora, de una obra que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">rasga
</i>el velo de nuestra garganta. esas muy contadas obras que llaman y te
nombran, obligan a dar cuenta del instante cuando sucede, realmente, ese
encuentro con una obra sustancial.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1vUXoveuIR5RQPrbpnTvvY0RYYq52rMmYExWujrTXdfQ56H1tL4rQTqxcxMpURSFCnh8gyg7KESxaFeWl-3e_KrAPxYbqaDo9xbQybxTLr34dQW3PyntnWvgqlB3pYhLEXZvJGu6CnDEj/s1600/9_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Sacrifica+petrobras).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1vUXoveuIR5RQPrbpnTvvY0RYYq52rMmYExWujrTXdfQ56H1tL4rQTqxcxMpURSFCnh8gyg7KESxaFeWl-3e_KrAPxYbqaDo9xbQybxTLr34dQW3PyntnWvgqlB3pYhLEXZvJGu6CnDEj/s320/9_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Sacrifica+petrobras).jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">hace varios
meses desiertos en los que no veía ya en méxico la silenciosa y sutil potencia
que traza y rasga una serie de extrañas caligrafías recortadas delgadísimas
sobre la misma fragilidad que les hace existir. entiendo ahora que es esto lo
que pvl replica a su vez en uno de sus cuerpos de investigación, insistentes,
que viene conformando hace varios años: el mundo (y el) imaginario de las
mariposas. sus trabajos anteriores sobre el tema son bien conocidos y por
supuesto, reconocidos dentro y fuera de su contexto local, así que también me
daré el lujo de no me detenerme en ellos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">lo que busco y
encontré en su obra está en la escritura. siempre la escritura. </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">ese <i style="mso-bidi-font-style: normal;">llegar a la escritura</i> con el que titula cixous
ese poco leído librito, es lo que encuentro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">llegando
al cuerpo</i> (y al cuerpo de obra) que hace unos días tuve de frente –sin más
mediaciones que un palmo de aire y un afortunado silencio-previo al barullo
inaugural. [la expo en-par de ik y pvl se inauguró –con agradecido
recibimiento, he de añadir– el pasado sábado 6 de octubre en el espacio íntegro
que ocupa labor.]</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbXEYkl85ailH2jKc-uYADvl1AZhTAyYnJ5orF3gcYU3hXtJsdUzGmKExe_ftSy5exLhf3HDL6euR43T9oUBmF5Cs9z4THKLSdETZkVzgKrMND70EpHe05QpJVAGP7f8VKMleBHJ-YxMoA/s1600/1_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Historis+gorgonidia).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbXEYkl85ailH2jKc-uYADvl1AZhTAyYnJ5orF3gcYU3hXtJsdUzGmKExe_ftSy5exLhf3HDL6euR43T9oUBmF5Cs9z4THKLSdETZkVzgKrMND70EpHe05QpJVAGP7f8VKMleBHJ-YxMoA/s320/1_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Historis+gorgonidia).jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">que.. ¿a dónde
<i>llega</i> la escritura que habla de
mariposas cuando escribe entre vírgulas un nombre de carácter científico para
una especie inexistente pero posible? parecería que es ésta la pregunta que hay
que enfrentar para saber, a su vez, <i>llegar</i>. </span></span></span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"> </span></span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"></span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">resulta que
después de años de exhaustiva investigación, pvl decide ‘inventar’ su propia
nomenclatura sobre el parecido nombrar científico; (inventar(se) el nombre
entre decisiones siempre un tanto arbitrarias, y en homenaje personal al
‘descubridor’ (como ha señalado el artista en un reciente intercambio
escritural con quien firma). </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">de tal suerte
que, aquejando el mismo arbitrio, pvl conjura al espacio interior de su más
reciente muestra en galería [siendo que una gran parte de la expo acontece al
exterior, sobre los árboles, entre banderas que son recorridos nervados en
busca de patrones y colores similares a una personal selección de especies];
cinco nombres de mariposas que ‘pudieran existir’ –y por qué no, quizá algún
día, sean. nombres que (al menos por ahora) son trazos complejos, destinados
casi a su propia y frágil ilegibilidad entre infinitos puntos de
quiebre-por-venir como (pre)vienen las alas de las mariposas –especialmente
cuando muertas, desoladas de ese canto de irrigación vital sin el que se hacen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i> de papel, delgadísimo también,
exquisito en la fatal inminencia de su perfección.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7hFxbslNTtbOQRcmM_U-zHQSIElasY_nbXEeJNZB9QL3hP0Hh2X-PCPK0EBnbOQV_RyAyfcnn-DsU63zfoAKP2jNDc1PC4Qe439wCeqLISumYHBuWD-u7Y-Y7GWBth89x9GEPXJUOFq92/s1600/2_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Mimica+exhilarans).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7hFxbslNTtbOQRcmM_U-zHQSIElasY_nbXEeJNZB9QL3hP0Hh2X-PCPK0EBnbOQV_RyAyfcnn-DsU63zfoAKP2jNDc1PC4Qe439wCeqLISumYHBuWD-u7Y-Y7GWBth89x9GEPXJUOFq92/s320/2_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Mimica+exhilarans).jpg" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"> <span style="color: #666666;">desde esta
inminencia es pues con la que pvl nombra sus nombres; con el mismo rigor que
ahora aparentan las inexistentes alas que podrían incluso estar-siendo en otro
lugar al que no ha accedido el ojo clasificador de las ciencias naturales. </span></span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"> </span>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">lo cierto es
que resulta innegable, desde el momento en el que pvl descubre a la mirada
pública esta serie de mariposas que –hasta entonces inexistentes sino al
llamado– empiezan ya a existir en el instante en que se han dicho sus nombres.
nombres <i style="mso-bidi-font-style: normal;">por-venir </i>que llegan calando
sus cuerpos sin bordes, sobrescribiéndolos en blanco algodón prensado uno sobre
otro. se ha escrito en ellas la individualidad de especies que aún restan por llegar. </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">sobre ellas,
el artista ha sumado ya, incluso, el tiempo de su existencia. cada vírgula-en-letra
abecedaria, recortada con mano de pulso preciso, está sumando sobre el andar de
su propio desgarro una temporalidad contenida; sostenida desde entonces en cada
una de las palabras hundidas y sobrepuestas de continuidad. </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">pues hay que
decir que los nombres se siguen sobre un mismo trazo que es un mismo corte que
es una misma mano que hace una misma vida. es tal que los nombres de esas
mariposas que ahora conocemos por nombre(y no por vista), están inscritos como
se escribía en tiempos de la colonia –cuando el escribano recorría las palabras
con el mismo empuje que le permitiera el tiempo de cada infusión de tinta sobre
la punta escribiente. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i> fuera
el aliento vital el que dura y dicta la continuidad de lo decible en la
temporalidad hablada que soporta el cuerpo antes de volver a tomar aire para
seguir diciendo su propia duración.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivN0zr1M8mfFn_hiJsyILRMERLYVf1XVCC9guH_oA-htSyYlZ7DOBJu-U54NnbTswiNFm88hbs1gbTM-3VlJ1DKHKnpNEtubLdIgmx5R-p_cexMX-hRKwFJ8RUHGZiA1GCjjcxhFUNGzbE/s1600/8_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Heteroscripta+cthonica).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivN0zr1M8mfFn_hiJsyILRMERLYVf1XVCC9guH_oA-htSyYlZ7DOBJu-U54NnbTswiNFm88hbs1gbTM-3VlJ1DKHKnpNEtubLdIgmx5R-p_cexMX-hRKwFJ8RUHGZiA1GCjjcxhFUNGzbE/s320/8_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Heteroscripta+cthonica).jpg" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">y en estos
impulsos es donde cabe la posibilidad de creer que hay –fuera de lo conocido; a
distancia de lo asignado; esperando en duda sobre lo irrevocable– una
posibilidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra, </i>acaso (a)parecida,
para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">seguir existiendo</i> entre los
trazos de nuevas palabras que nombran vidas-todavía-sin-llegada. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">todavía</i>. una posibilidad para decir lo
que aún no está vencido por exceso de consignas, de historia, de políticas
biológicas para el correcto ‘saber existir’. esas configuraciones sociales que
nombran sin-ver lo que igualmente sin-ver les mata, nos mata, siguiendo el
tiempo que dura nuestro mismo, continuado y solo trazo de existencia.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">la
nomenclatura inventada de pvl –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">thysania
perfusa, heteroscripta cthonica, mimica exhilarans, sacrifica petrobras</i>, <i>danaus xylophanes, hanadryas defoliata, lepidokirbiya binaria</i> (y mi favorita) <i>eumorpha melvillea</i>– se
apropia pues de una metodología lingüística y su peso correlativo, tan sólo
para deshilvanar su aparente certeza científica entre trazos de ilegibilidad. </span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">pues resulta tan importante el nombre como su invisibilidad; al proceso
sumamente complejo que da lugar al descifrar los nombres que los delicadísimos
recortes en papel des-dicen uno sobre otro, empalmados dos y tres veces sobre
la hoja de ‘fondo’ que recibe tanto como absorbe la escritura en cada giro de
sus múltiples y acompasados trazos. [composiciones en equilibrios caligráficos
que podrían incluso parecer a primera vista, residuos confesados de alabanza,
propios de esa contenida sensualidad árabe; situando su (a)parecer casi
accidental; un poco más cerca de la obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">intemperie</i>
de pvl tendida en la sala principal del museo experimental el eco a inicios del
2012. donde una alfombra –cuya tipología remitía de inmediato al imaginario
figurativo del medio oriente– se fue deshaciendo desde dentro-por-fuera en el
mismo polvo que la constitu(ía)yó.]</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjDMEb9M8UuRDrTRBKGbXFIsYPyF2aulcl2lS_yrRTe3OOLWBigvKzVM1w87IDLuZAyKFxTBCl-j_5S9HeCn61lWHvUV2QrM0U6qgb0hXKDnU5L9onSuk8EdIKM_32FDbsNXlpT55JWRCS/s1600/7_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Eumorpha+melvillea).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjDMEb9M8UuRDrTRBKGbXFIsYPyF2aulcl2lS_yrRTe3OOLWBigvKzVM1w87IDLuZAyKFxTBCl-j_5S9HeCn61lWHvUV2QrM0U6qgb0hXKDnU5L9onSuk8EdIKM_32FDbsNXlpT55JWRCS/s320/7_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Eumorpha+melvillea).jpg" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">sucede pues
que pvl <i style="mso-bidi-font-style: normal;">da nombre</i> a nuevas especies con
finísimas líneas de papel que enlazan nombres, uno a uno, hasta conformar la
casi-imposible continuidad de sus llamados. pero, a pesar de los silencios que
de suyo comportan los espacios que circulan las letras, es preciso no quedar
enredado entre la belleza de sus trazos recortados en blanco sobre blanco. entonces
es que debemos preguntar(les) ¿qué implicaciones tiene realmente este acontecer
caligráfico-existencial-imaginario más allá de la avasallante belleza y
pulcritud estética/técnica con que se sostienen por destinos en desplazamiento sus
blancas letras? habrá que pensar y llamar sin demora a jacques derrida –quien,
se sabe bien, escribió plena y profundamente sobre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">el dar</i> y el (de)<i style="mso-bidi-font-style: normal;">portar del
nombre.</i></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD">portar</span></i><span lang="ES-TRAD"> un nombre,
encontrarse destinado por un nombre que (nos) ha sido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dado,</i> es un gesto fundacional del que rara vez asumimos conciencia;
el nombrar originario, el acto de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar
nombre</i>, pocas veces es pensado en sí mismo como acontecer con toda su
potencia vital y mortal. ese nombre original, nunca antes pronunciado es(será)
el que portan(porten) las mariposas ‘inexistidas’ de pvl (como tantas otras
especies de ‘comprobada existencia’) es el rostro inscrito de lenguaje en ellas
y desde ellas hacia el mundo –a pesar de ellas– hasta la muerte. </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX2WpnSLfXxQnWuTbTIPGgQuQUn-9jfx01L7GugbvUvxP_AUkthADsi0De_cNwmpmiBZlwt1K7PzY0QTsz8X14w-j4ITN-Oi8OlSZfi1ThKyHm5Wi5wwkPI9z-iJGIN3WT7lGB_hA3hq16/s1600/4_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Hamadryas+defoliata).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX2WpnSLfXxQnWuTbTIPGgQuQUn-9jfx01L7GugbvUvxP_AUkthADsi0De_cNwmpmiBZlwt1K7PzY0QTsz8X14w-j4ITN-Oi8OlSZfi1ThKyHm5Wi5wwkPI9z-iJGIN3WT7lGB_hA3hq16/s320/4_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Hamadryas+defoliata).jpg" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">mariposas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">inexistidas</i> les nombro por lo que he
venido describiendo, esperanzada, en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">llegar
</i>de mi escritura <i style="mso-bidi-font-style: normal;">más allá</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">más acá</i> del velo que ha sido también ya
rasgado por un cuerpo invisible a la mirada, dotado por-urgida-referencia de un
nombre, a su modo, igualmente inexistido. </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">son mariposas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">inexistidas</i> las de pvl porque en el
escribir del nombre, cada una de ellas ha ya existido en el llamado que signa,
delicado, su no-existir; de tal forma que desde ahora su historia-no-narrada –si
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">todavía</i>-narrable, habrá de luchar
contra su des-existencia.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">sucede lo
mismo con nuestros propios nombres; empezando a ser <i style="mso-bidi-font-style: normal;">con</i> ellos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en</i> ellos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">desde</i> ellos a lo largo de toda una vida;
y siendo el último reducto de identidad con el que puede y podrá llamarse a recordar
ese cuerpo que habrá <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de</i>-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">venir</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dejar de venir</i>; en polvo, tal como se disuelven de aire las alas secas
de una mariposa; incluso entre aquellas nombradas para existir después de la
existencia del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">nombre</i> y del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">don</i>.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsxZC42-rQ7qWwaUgMYp3yzcRC2SHlCLH7piztZCsd4VABaqCXqGMby3oGvtCQ2GWi15-76LHLw6IJxZGLQhg9uMfgTzVKL_JnYy5kETZ9_KGL2hc8F577tdzvry8zoFiFqkvxixyk48vR/s1600/3_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Thisania+perfusa).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsxZC42-rQ7qWwaUgMYp3yzcRC2SHlCLH7piztZCsd4VABaqCXqGMby3oGvtCQ2GWi15-76LHLw6IJxZGLQhg9uMfgTzVKL_JnYy5kETZ9_KGL2hc8F577tdzvry8zoFiFqkvxixyk48vR/s320/3_Caligrafi%CC%81a+fantasma+:+especie+desconocida+(Thisania+perfusa).jpg" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"><b><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">imágenes: cortesía del artista y de labor. (se han omitido las fichas de obra por decisión escritural) </span></span></b></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-82687743127940303702013-10-15T09:05:00.003-07:002013-10-16T09:21:21.432-07:00de tiempos espalda<style>
<!--
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</style> <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv9povWMLGTGelnSv839DFSbZU0Suh1nFZc0u_g8Wa6qL8iKm919wcX1yiqzW-7iSPPf1U4yEWwt56EtcCJHZ7l3Hai8w-hD3O3kz9vRAQTgeD974qT0yxc_B4hld7PNQs6CCPvRhTQ-Yv/s1600/mujeres_cosmos.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="202" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv9povWMLGTGelnSv839DFSbZU0Suh1nFZc0u_g8Wa6qL8iKm919wcX1yiqzW-7iSPPf1U4yEWwt56EtcCJHZ7l3Hai8w-hD3O3kz9vRAQTgeD974qT0yxc_B4hld7PNQs6CCPvRhTQ-Yv/s320/mujeres_cosmos.png" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">la mujer está
tendida sobre<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una charca de
palabras. me han dicho que las charcas –que no son charcos– llevan más tiempo
sumándose; más tiempo de aguantar que poco a poquito se les vaya juntando
encima el agua. agua que viene de todas partes y se acumula sin orden, como
ahora, de todas densidades. las de ella, las que nublan su charca son frases no
dichas; diálogos inventados; explicaciones repetidas en la cabeza hasta el
hartazgo; frases que han roto pedacitos de piel y profundidades de la memoria.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">la mujer
desnuda está tendida sobre una charca de palabras. en algún momento, no sé
sabría hace cuanto tiempo, se ha vuelto de costado; quizá para no dar el
rostro. quizá para evitar esos pedazos de oración que le escurren por el
cuello. quizá simplemente para darnos la espalda. pero aún sobre ella, sobre la
zona que anticipa las caderas, la espalda está ya embarrada de algunas letras y
un par de números. a pesar del tiempo-de-costado, la espalda baja sigue llena
de palabras. y un par de números.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">la mujer desnuda
está tendida de espaldas sobre una charca de palabras. por su exiguo respirar
sabemos que ese cuerpo hubo llorado ya infinitas tardes y noches. hay una
respiración contrahecha pero de tanto intentar, pacífica, que sólo consiguen
los cuerpos que han sufrido por años. se sabe, con sólo verla de espaldas, que
la mujer ha sufrido lo que el tiempo no dice, acaso incluso no lo recuerda.
puede ser algo de eso, de esto, lo que empañe la charca. y sin embargo, el
cuerpo luce impecable a la luz cenital que delicada, la cubre. parece que no
hubiera pasado sobre ella, el destino. resta en tanto una sola posibilidad para
justificar la dolida respiración doliente, la mitad de todas esas palabras
encharcadas siguen dentro de ella.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">la mujer
desnuda está tendida de espaldas sobre una charca de palabras que de ella se
escurren; a medias, pesadas, descoloridas, perdidas de sentido y sustancia
cuando debieron haber sido dichas. sin embargo, fueron silenciadas. se las debe
haber tragado una a una hasta que ya no cabía ni el rabillo de una letra más.
debe haber sido entonces que el peso de tanto sufrimiento finalmente la tiró al
suelo y sobre ella, a sus costados, en derredor, se disgregaron revueltas el
resto, los residuos, de lo que no se pudo decir, entonces, quizá incluso hace
décadas. </span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">la mujer
desnuda está tendida de espaldas sobre una charca de palabras que de ella se
escurren develando (y recordándole) que antes de ese día funesto hubo otra
vida. con más o menos palabras, no se sabe, ni parece que le importe. era una
vida <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra</i>; esto es lo fundamental. de
no haberse quebrado, la mujer tendida de espaldas sobre una charca de palabras,
estaría quizá escribiéndolas a ritmo constante y bien puntuado. no habría pues,
dado ya la espalda, vencida y en protección. tirada, como cuando las
detonaciones confirmaron su zona más vulnerable. probablemente fue desde
entonces, durante este instante eterno en el que pasaron las balas apenas
centímetros arriba de la espalda, que se le partió el cuerpo en dos. nadie se
dio cuenta. ella lo sintió con absoluta y aterradora claridad, pero pronto hizo
de ello, olvido; era mejor así. sería casi imposible explicar cómo te hiere una
bala que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">casi</i> te roza; una bala que,
de haberte entrada por la espalda posiblemente te hubiera dejado desde entonces
como ahora, tendida de-costado; pero entonces hubiera sido visible el daño,
igualmente irreversible de irreverencia y mezquindad. hay dolores que son así,
sabes, mezquinos. el de la mujer desnuda tendida sobre una charca de palabras
era uno de esos dolores silenciosos e invisibles; esos que no (a)parecen sino
por dentro, en su caso a toda hora, como eterno y fiel acompañante, funesto de
presente; podrido de realidad; despreciable y mezquino, insaciable, rompiéndolo
todo a su paso –especialmente las palabras que hubieran querido ser frases.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">a veces, como
para justificar el dolor, la mujer tendida de-costado se dice a sí misma: “al
menos todavía tengo espalda. por lo menos, aún puedo darla.” recuerda lo que
leyó después de conocer a safaa. entre los egipcios, desde tiempos que han
hecho su historia, se dice de un extranjero que es aquél que no tiene espalda.
ser un sin-espalda es no pertenecer a nadie ni a nada. reconocerse en ningún
sitio. “al menos todavía tengo espalda.”</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">otras veces,
muchas más de las que pueden soportarse en sano juicio, el cuerpo de la mujer
recuerda solo. y se cimbra sin avisar desde el tiempo antes del quiebre; se
cimbra en prevención, como si queriendo haber avisado lo que venía. como
pidiendo, todavía, un mejor cuidado, algo de protección; salvamento anticipado.
podría ser que fuera por esos momentos que la mujer tendida de costado sobre
una charca termina así, encharcada de prevenciones ignoradas; desahuciada de
vaticinios; devastada por el tiempo antes del quiebre, cuando aún era solamente
vulnerable, extremadamente vulnerable a lo que estaba <i style="mso-bidi-font-style: normal;">por venir</i>. la mujer entiende entonces que el cuerpo lo supo antes y
trató de anticipar su propio mal, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i>
para salvarse de su propia caída. para evitar la brutalidad del duelo
inconsumido que habría de venirle por vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD"> . . .</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">y sin embargo
pienso, ocurre, viene a suceder en mí que la mujer tendida de espaldas está
todavía protegiendo algo. el cuerpo exhala, entre tanto vencimiento, todavía un
rezago en pie de guerra. después de la espalda y las palabras encharcadas
todavía resta de sí una parte que salvar del nombre que nombra su indiferente discapacidad.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">lo que queda está
del otro lado. dada la espalda, incluso y primero, en definitiva y a pesar de
la inconfesabilidad del dolor, la mujer todavía protege; se protege de sí. y
guarda en su garganta lo último que le queda para silenciar el grito que llama
en destrozo lo que quisiera nombrar como una extrema injusticia; crueldad atroz
que jamás ha podido explicarse plenamente. lo guarda, hecho un círculo de
proporciones y composición indefinidas. un cúmulo, acaso pequeño, –si fuera del
cuello; pero pesado, –si dentro de él; que le dice, algunos días, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">todavía</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-31353894170316742402013-06-08T07:16:00.002-07:002013-06-13T09:16:25.051-07:00estudio macías peredo | crónica de un ascenso anunciado<br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">uno de los títulos más elocuentes entre lo mejor de la
literatura latinoamericana del siglo xx, es sin duda, la “crónica de una muerte
anunciada” de gabriel garcía márquez. se sabe que no es usual recibir por
título el desenlace de lo que debiera ser un inesperado o al menos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">distanciado</i> final de trama. sin embargo,
el escritor colombiano se dio el lujo de escribirlo y publicarlo en 1981 con un
toque de vencido humor y entristecido sarcasmo. al ir leyendo las páginas que
(re)visitan la breve historia que encamina el innevitada(able) asesinato de
santiago nasar, nos damos cuenta de que, efectivamente, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">todo</i> en la narrativa de ese preciso día predisponía su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">muerte inminente</i>; anticipada por todos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">excepto, </i>la víctima.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">encontrar un estudio joven de arquitectura como macías
peredo (<b>emp</b>), evoca justamente esa estrategia narrativa-vivencial inventada por
garcía márquez; pero en este caso, en sentido inverso. es decir, el desenlace
perfectamente previsible que anuncia de inicio su encuentro, no asegura el
devenir de una tragedia sino que –como evidencía su aún breve existencia–
estamos ante una historia en certero ascenso anunciado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><b>emp</b>, fundado en guadalajara, méxico, está conformado por
magui peredo y salvador macías –ambos egresados y profesores de la escuela de
arquitectura del iteso con maestría en la upc de barcelona. hasta ahora no eran
muy conocidos fuera de su ciudad, a pesar de que ya han colaborado con el
despachos españoles de renombre en proyectos de vivienda. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">el ‘tragaluz’ llegó hace un par de meses cuando emp ganó
el iv concurso del pabellón eco 2013 –convocado por el museo experimental el
eco, dirigido por paola santoscoy. macías peredo mereció el primer lugar por
votación unánime presentando, a mi juicio, la ejecución más atinada en la
historia del concurso. la eficacia del proyecto a nivel funcional y simbólico;
la economía de recursos; su elocuencia, sencilla elegancia y sutileza de la
configuración espacial y estética, consolidaron un resultado integralmente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">(im)perfecto</i>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">no malentendamos el sentido de esta afirmación; no llama
su nombre en menosprecio ni sobre una mal-entendida ‘maestría’; esa
(im)perfección radica en la austera serenidad que conforma el espacio
intervenido de baldosas vibrátiles que te hacen andar con plena conciencia de
tus pasos, uno tras otro; funambulistas solitarios aventurando el cuerpo y las
expectativas sobre un patio (sus)pendido y en pendiente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">en estricto sentido, la propuesta de emp extrapola no
sólo el concepto de lo que puede entenderse como un ‘pabellón’; y la concepción
esencial de lo que es un ‘patio’ –el patio de la ‘escultura habitable’
concebida por mathias goeritz en la ciudad de méxico en 1953. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">la apuesta
de <b>emp</b> introducede una ‘nueva diagonal’ en el patio buscando otra manera de
entenderlo; “en una visita que hicimos al espacio una noche durante el proceso
de elaboración de la propuesta, nos encontramos con un patio multitudinario.
esto nos reveló que nuestra aproximación no podía entorpecer el acontecer de
los eventos cotidianos del eco; también comprendimos que el visitante debía ser
un actor importante. esa noche descartamos las propuestas anteriores y surgió
la final.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">a partir de entonces cinco consideraciones guiaron el
proyecto en el estudio. la primera: trascender los límites del patio para
establecer una relación con el parque; la consigna: vincular el interior con la
calle, manifestando la posibilidad comprensiva del museo como extensión del
espacio público. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">la segunda consideración fue trabajar con la retícula de
barro del patio. emp buscó reinterpretar barro como materia prima original
eligida por goeritz para el piso del patio. el arquitecto, escultor y pintor
solía compartir el hecho de que cuando abrió sus puertas, el eco “fue criticado
precisamente por sus “absurdos” ángulos agudos.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span></a></span></span><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> </span><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">por tanto, esta retícula racional dictada por el material
era probablemente el único elemento que no participaba de la idea que goeritz
utilizó como manifiesto crítico: muros diagonales y duelas distorsionadas. la
aproximación de emp al espacio intentaba así configurar sobre lo existente una
nueva expresividad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">la tercera condición proponía dos
cuestionamientos: ¿cómo convivir con los pabellones anteriores; y cómo lograr
no repetir contenidos ya explorados? la topografía, la cubierta y el muro
–temas hasta entonces abordados por las propuestas ganadoras en años previos–
parecían cerrar un ciclo entre límites verticales y horizontales. emp abre uno
nuevo transformando lo existente desde su propia configuración espacial. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">“la cuarta consideración fue
nuestra renuncia a construir un objeto impuesto” –me comentaron hace tiempo
magui y salvador; “finalmente, debíamos atender la condición económica y la
agilidad de construcción.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">trazar y elevar una pendiente sobre el piso original
hasta desaparecer el límite que franquea el muro hacia la calle resultó así una
consecuencia casi obligada de su proceso reflexivo. trabajarían con un ‘nuevo’
suelo de baldosas, pero también con el recuerdo de su condición original,
recuperando la memoria de aquella superficie de historia casi olvidada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB7lyrJm-MEtJdb0kwYDqjAMhzk54k_z1gHgF5Qhr-ia2-1E_8u8cFDOinDW3qbo8CQt1K3EhokdYiEsU_k2R3N2bPgQAUOCQWcTpzEE4pU-9LmPKDseBtNs-Ar5A7iJ9OgGePuWQzV0ed/s1600/BFSXRbfCcAAsCsG.jpg-large.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB7lyrJm-MEtJdb0kwYDqjAMhzk54k_z1gHgF5Qhr-ia2-1E_8u8cFDOinDW3qbo8CQt1K3EhokdYiEsU_k2R3N2bPgQAUOCQWcTpzEE4pU-9LmPKDseBtNs-Ar5A7iJ9OgGePuWQzV0ed/s320/BFSXRbfCcAAsCsG.jpg-large.jpeg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">goertiz consideraba<i style="mso-bidi-font-style: normal;">
</i>‘la arquitectura emocional’ como un experimento para ‘moverse’.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[2]</span></a></span></span><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> “</span><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">jugar, elevar significativamente
el plano horizontal (el suelo) parecía el medio ideal para concretar nuestras
intenciones. los efectos que tendría este nuevo patio inclinado nos resultaban
evidentes: dejar atrás su carácter habitual estático y contenido. al
convertirlo en un plano activo y transitable conectaría el acontecer dentro y
fuera del museo. hacia la calle, los visitantes del museo se asoman en picada.
en sentido inverso, la pendiente es un foro que observa de frente a la galería
principal del museo.” éstas fueron las intenciones convertidas en logros en el
proyecto. “pensar un pabellón de arquitectura nos dio la oportunidad de
conducir nuestra reflexión hacia el tema del espacio y sus límites, más
allá del objeto de diseño.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">esencialmente, el
pabellón habla de un trabajo que poco tiene que ver con construir un volumen.
busca, en cambio, un gesto por evidenciar lo preexistente: el parque, la
dinámica de la calle, el ventanal, el barro, la retícula, los árboles, las
actividades y los visitantes del museo</i>.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">liberados del compromiso por atender un programa
arquitectónico complejo o impuesto, la propuesta les brindó tiempo y espacio
para repensar la arquitectura como un oficio con facultades suficientes para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">construir una idea</i> poderosa en el
espacio y atreverse a considerarla una expresión artística. “esta noción estuvo
siempre presente en nuestro proceso. creemos que un pabellón de arquitectura no
es un tema de composición sino de reflexión”; afirmaron magui y salvador en
nuestra charla más reciente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">goeritz afirmaba que "la belleza plástica, [...] se
presenta con más vigor donde menos interviene el llamado ‘artista’";<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn3" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[3]</span></a></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>es esta equilibrada relación entre
propuesta y pretensiones lo que da cuenta el espacio convocado por emp.
desnudado de falsas pretensiones, la propuesta se ofrece al público como un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">presente</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dado</i> al ascenso del cuerpo, mirada, pensamiento y espíritu. andar
esos 30 pasos que separan el ventanal de la sala principal del eco hasta su
borde limítrofe, desenvuelve dentro del visitante una secuencia de tímidas y
fundantes experiencias. las baldosas (juntas pero no pegadas entre sí, por ello
ligeramente vibrátiles) disponen un juego de incierta estabilidad semejante al
andar cotidiano de la vida y la ciudad; <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como
si</i> queriendo asirse de los retorcidos y oscuros brazos de la jacaranda al
cierre de una acalorada primavera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">lo evidente es que el equipo-en-simbiosis que conforman
salvador macías y magui peredo<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>refleja con pureza los alcances y futuro anunciado de su último proyecto
–el primero en la ciudad de méxico. son honestos en su discurso, discretos en sus
formas, y funcionales sin mayores pretensiones. la visibilidad que albergan
entre sí como complicidad intelectual, imaginativa, emocional y estética es la
misma que traslucen sus construcciones y proyectos construidos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">en
vías de</i>, o cuando aún esperan suspendidos en planimetría del dibujo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">una de sus obras recientes que también sobresale por la
integralidad comprensiva del material elegido (tabiques de barro); así como del
contexto (guerrero negro, bc) es el complejo que han proyectado para la
exportadora de sal del corporativo essa [en colaboración con 3arquitectura y francisco gutiérrez]. un compendio extedido de edificios
sinceros interpelándose sutilmente entre muros lisos y juegos de sombras que,
sobre algunas fachadas, juegan entre extracciones. dialogando susurros entre la
calidez táctil del barro y el prístino, ajeno y embelezador aspecto de las
inmensas extensiones de sal que convierten ese territorio en un escenario
cercano al paraíso; o bien, a la superficie extrañamente hospitalaria –en su
silenciosa soledad– de mundo alterno al que recién caímos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i>… </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwbRwSGm7w9_BTr10LCkoKQKM_Ilny1llRefgy5RWiX7lJq84I1b2XnIztgiAFSEPWlHS1XR4gvEr5xuCxtEPVKNWlXCuEAXY1ZF0ahSsVXispDTHTZiKx2IW7TqJXqYa8An6KHhdalSyL/s1600/emp_exportadora+de+sal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwbRwSGm7w9_BTr10LCkoKQKM_Ilny1llRefgy5RWiX7lJq84I1b2XnIztgiAFSEPWlHS1XR4gvEr5xuCxtEPVKNWlXCuEAXY1ZF0ahSsVXispDTHTZiKx2IW7TqJXqYa8An6KHhdalSyL/s320/emp_exportadora+de+sal.jpg" width="206" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">me han
comentado ambos arquitectos que se alimentan de experiencias de viaje hacia
territorios desconocidos. cuando les pregunté sobre esta práctica impulsada por
su despacho cada año (ya una tradición, incluyendo a un grupo de jóvenes
arquitectos tapatíos), magui mencionó dos viajes </span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">que los
han marcado: brasil y portugal. “en brasil pudimos visitar a personalidades
como angelo bucci, milton braga y caique niemeyer; aprendimos muchísimo. en
portugal pudimos compartimos un taller de arquitectura y un ciclo de
conferencias con académicos de la universidade do minho como </span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 5.5pt; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">bruno baldaia (eaum); carlos maia (eaum e ceu arquitectos); francisco
ferreira (eaum); entre otros.</span>
</div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; tab-stops: 28.0pt 56.0pt 84.0pt 112.0pt 140.0pt 168.0pt 196.0pt 224.0pt 3.5in 280.0pt 308.0pt 336.0pt; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">en lo personal, magui peredo </span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 7.0pt; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">ha desarrollado una
investigación sobre la relación entre dos actores fundamentales en la historia
de la estética en méxico: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">herbert bayer
y mathias goeritz, nueva monumentalidad en méxico</i>” –proyecto presentado en
diversos foros sobre arquitectura. también ha colaborado con el despacho saeta
estudi (barcelona); y en el proyecto <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ruta
del peregrino</i> con la secretaría de turismo del estado de jalisco en 2009.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">por su parte, la tesis del master de salvador –</span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 7.0pt; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">josef albers, aproximaciones a la arquitectura mexicana</i>”– fue
publicada por la unam en 2010; y su obra</span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> </span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 7.0pt; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">se ha exhibido en el palacio de bellas
artes (ciudad de méxico); instituto cultural cabañas (guadalajara); escuela
técnica de lisboa (portugal), entre otros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 7.0pt; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">como
diagnostiqué al inicio de este ensayo, su historia es la crónica de un ascenso
anunciado.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq_izQ45oarI6lWUKQI5BV_24FN0jRiXWPXKJqZuBsPUAy8z6RRDb66H52GXqLTVRzQ9Yre_fzNphfmlCRb5eEqF6OJ8cEXs52wpE8a4xo-bernmy5thEb5-3tfmCa0_eIY5UYCNPz9JV-/s1600/emp_exportadora+de+sal2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq_izQ45oarI6lWUKQI5BV_24FN0jRiXWPXKJqZuBsPUAy8z6RRDb66H52GXqLTVRzQ9Yre_fzNphfmlCRb5eEqF6OJ8cEXs52wpE8a4xo-bernmy5thEb5-3tfmCa0_eIY5UYCNPz9JV-/s320/emp_exportadora+de+sal2.jpg" width="208" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 7.0pt; mso-fareast-font-family: Cambria; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">dra. marcela quiroz luna </span>
</div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;">[1]</span></span></a><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Cuahonte,
Leonor. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Eco de Mathias Goeritz</i>.
UNAM, México, 2007, p103. </span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;">[2]</span></span></a><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ibid</i>. p 93.</span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;">[3]</span></span></a><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Goeritz,
Mathias. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Manifiesto ‘Estoy Harto’</i>.
México DF, 1963.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: 8.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">imágenes: pabellón eco -cortesía <b>museo experimental el eco</b> / foto: <b>alex dorfsman</b> | exportadora de sal - cortesía de <b>emp </b></span></div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-13408965945457159892013-06-04T19:21:00.003-07:002013-06-04T19:43:17.705-07:00sobre la entrevista que no sucedió<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><style>
<!--
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</style><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="background: none repeat scroll 0% 0% white; color: #666666; font-size: 11pt;">hace unos días me
buscaron del suplemento cultural de uno de los pocos periódicos —aún
reconocidos— en la ciudad de méxico para pedirme una entrevista. la encomienda:
responder a cinco —más bien intrascendentes— preguntas requeridas con urgencia
de un día a otro. en un acto que aún no me explico de dónde o por qué
vino a mí, contesté: 'sí'. contesté pues la entrevista a deshoras enmedio de un
mundo de pendientes y la entregué en tiempo.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: 11pt;"><br />
<span style="background: white;">afortunadamente he aprendido que, si no pides
revisar la entrevista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ANTES</i> de la
publicación y autorizarla o editar sobre lo (mal) editado que suelen (des)hacer
entre palabras y sentidos ajenos; suceden verdaderas tragedias literarias, de
opinion, verbales, de conciencia, de sentido común, de amor propio, etc.</span></span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="background: none repeat scroll 0% 0% white; color: #666666; font-size: 11pt;">con suerte, en esta
ocasión también puse esta condición antes de dar el sí; de tal suerte que el
viernes pasado a primera hora tenía en mi buzón mi entrevista pero, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entremezclada con otras 2 entrevistas</i>
provenientes de personajes del medio fotográfico cuyos nombres excluyo y de
cuyas opiniones me distancio.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: 11pt;"><br />
<span style="background: white;">en cuanto leí lo que estaba sucediendo en ese
espacio de papel virtual que pronto dejaría de serlo, negué mi participación en
la publicación y pedí editaran cualquier mención y/o opinión mía en el texto.
hubo molestia y mucha confusión. la entrevistadora no entendía mi enojo a pesar
de haberme ocultado abiertamente el hecho de que editaría mi entrevista a 1/3
de su capacidad (cuando primero me dijo, 'conteste usted tan extendido como le
parezca conveniente'); como tampoco comprendió la gravedad del hecho de mezclar
mis opiniones con otras dos ajenas y muy distantes a aquello que yo considero,
entiendo y valoro como ‘buena’ fotografía; sobra decir que esta intención del
texto final jamás fue mencionada en la amable invitación que me extendió la
periodista.</span></span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="background: none repeat scroll 0% 0% white; color: #666666; font-size: 11pt;"><br />
así que, para no dejarla en un folder virtual, comparto en este espacio la
entrevista que sucedió sin tener lugar ni generar acontecimiento. habiendo
aprendido que no es suficiente requerir y revisar el texto propio antes de
imprimir la publicación ajena, sino que hay que interrograr profusamente al
entrevistador sobre sus intenciones, metodología y objetivos finales antes de
dar el 'sí'.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="background: none repeat scroll 0% 0% white; color: #666666; font-size: 11pt;">venga pues la
entrevista que no sucedió (alterando un poco la redacción de las preguntas para
evitar un posible ‘plagio’): </span></span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
<i>
</i></span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify; text-indent: -.25in;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i><span style="color: #666666; font-size: 11pt;">· </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿Cómo es que las
herramientas tecnológicas y los programas computacionales como el <span style="mso-bidi-font-style: normal;">instagram</span> han afectado la llamada ‘fotografía
de artista’?</span></i><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">MQ:</span></b><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"> No creo que ningún adelanto
tecnológico ‘dañe’ a la fotografía de artista [ni amateur]; y en todo caso, si
así lo fuera, no sería fotografía de artista. Sería más interesante
preguntarnos cómo es que estas herramientas y programas han sido adoptados por
los artistas y qué desarrollo han impulsado en su trabajo. Mientras sigan
existiendo los medios [papel, químicos, impresoras], siempre restarán quienes
aboguen y practiquen la fotografía ‘tradicional’ entre soluciones,
temperaturas, revelados y densitometrías. Estos fotógrafos, como Elsa Medina,
Juan Carlos Rulfo y/o Yolanda Andrade, están completamente centrados en su
práctica desplegada entre las herramientas y formatos propios de la fotografía
que hoy pudiéramos llamar histórica; son ellos quienes deciden ignorar los
‘atributos’ tecnológicos novedosos [no a la inversa, es decir, una herramienta
tecnológica <i style="mso-bidi-font-style: normal;">per se</i>, es incapaz de
‘dañar’ si no hay quien la adopte o la desdeñe]. </span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">El
caso del maestro Carlos Jurado es un ejemplo idóneo. A finales de los los 60’s
e inicios de 1970 —cuando el fotoperiodismo en México estaba en completo auge y
nadie se atrevía a hacer [o mostrar] fotografías de tono intimista— Jurado
decidió testarudamente volver al origen del medio. Su apuesta y postura sería
desde entonces irreductible y desde aquellos años en los que fundó la
Licenciatura de Fotografía en la Universidad Veracruzana en Xalapa, hasta el
día de hoy, el hombre del unicornio continua creando exclusivamente imágenes
estenopeicas. En sus imágenes hay una magia, un tenor distinto a todo lo que he
visto antes y después; es una textura de temporalidad apresada la de la
estenopeica; una estética que no he encontrado en ninguno de los medios ni en
la obra de los fotógrafos actuales. [incluso, algunos de ellos, fotógrafos
jóvenes, están aprendiendo a crear fotos con la cámara estenopeica; así lo
mostró la XV bienal de fotografía convocada por el Centro de la Imagen en 2012,
en cuya edición tuve el placer de fungir como jurado con la fotógrafa, Elsa
Medina y el cineasta, Jesse Lerner]. Pero volviendo a Jurado y su ‘magia’,
fueron esas características etéreas de ensoñación, razones por las que decidí
escribir mi primer libro de teoría fenomenológica fotográfica; analizando una
selecta curaduría entre el amplio cuerpo de obra acumulado por el maestro
chiapaneco al día de hoy.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">¿Cuál
es la línea divisoria que puede tenderse entre la ‘fotografía de artista’ y
aquella hecha por una persona que produce imágenes con medios caseros, como
pudiera ser con un celular o una tableta digital?</span></i><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">MQ:</span></b><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"> La línea que los distingue está en la
intención. Se pueden hacer fotografías considerables ‘arte’ [por ejemplo, hacer
imágenes con celulares o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ipads</i> lo
hacen artistas pos-conceptuales contemporáneos, incluso fotógrafos jóvenes];
como pueden hacerse imágenes carentes de cualquier valor estético con la mejor
cámara analógica o digital. El medio no destina el resultado.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify; text-indent: -.25in;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i>Partiendo de ejemplos como la imagen
truqueada presente en la pasada edición de <span style="mso-bidi-font-style: normal;">World
Press Photo</span>, ¿cuál es su opinión sobre la veracidad de la imagen en una época
eminentemente tecnológica?</i></span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">MQ:</span></b><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"> Ésta es una pregunta que nació con la
fotografía. Los primeros ‘observadores’ de las imágenes fotográficas del siglo
XIX, dudosos y desconfiados, lanzaban esta misma interrogante en los
periódicos, los salones de arte y los congresos temáticos sobre los avances fotográficos.
No olvidemos que el truqueo de las ‘imágenes hechas con luz’ [como poéticamente
se les nombró en sus orígenes], y también el fotomontaje, nacieron <i style="mso-bidi-font-style: normal;">con</i> el medio fotográfico. Parecería pues
propio derivar que la tentación y necesidad por intervenir la ‘realidad
capturada’ es un impulso humano tan invencible como imperecedero.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i>
</i></span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">¿En
qué estatus se encuentra la fotografía profesional dentro de las artes
visuales?</span></i><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">MQ:</span></b><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"> La fotografía ha cobrado un auge
impresionante de unas dos o tres décadas hacia el presente. Incluso, resulta ya
anacrónico enfatizar una distinción nominal entre ‘fotógrafo contemporáneo’ y
un ‘artista contemporáneo’.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i>
</i></span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">¿Hacía
donde <span style="mso-bidi-font-style: normal;">ve</span> usted el futuro de la
fotografía?</span></i><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;">MQ:</span></b><span lang="ES-TRAD" style="color: #666666; font-size: 11pt;"> Lo ‘veo’ románticamente, como
quisiera que deviniera en el tiempo sin tener que ser testigo de la extinción
de la fotografía analógica. Pero, ¿hacia dónde ‘va’? —es sin duda una cuestión
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra,</i> independiente, y muy
posiblemente alejada de mis propios deseos.</span><span style="font-size: 11pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-24107727657238347342013-05-20T11:12:00.002-07:002013-05-20T12:32:36.680-07:00tony orrico. penwald drawings, 2013 | marso galería . mx<div style="text-align: justify;">
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</div>
<span style="color: #666666;">-->
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #666666;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVoheLAxyHoeEX09BBWQq5BeQBzAvFL78l-mGdk08RnUjiAG0fnOZwRq_zQQto89UODH8U3o42BTUD0RLs-YG68eW09FPnKDxf7WDhVg8cuwycFYCtUEQcj_9bSoDrDcauv1i7IhGhWzCW/s1600/photo(12).JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVoheLAxyHoeEX09BBWQq5BeQBzAvFL78l-mGdk08RnUjiAG0fnOZwRq_zQQto89UODH8U3o42BTUD0RLs-YG68eW09FPnKDxf7WDhVg8cuwycFYCtUEQcj_9bSoDrDcauv1i7IhGhWzCW/s320/photo(12).JPG" width="320" /></a></span></div>
<span style="color: #666666;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><br /></span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">este
es el segundo performance de tony orrico que he podido presenciar en vivo. además, en esta ocasión
pude escribir estas palabras <i>durante</i> el proceso en que su cuerpo dejaba de sí los
trazos vibrado y energéticos sobre el papel. debe haberse fijado en ellas alguna consonancia-en-cuerpo al pasar los minutos que uno al lado del otro deshicimos de horas.</span></span>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">penwald drawing: wrist on walk</span></i><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> 2011
inicia con el artista sentado en un cuarto vacío con una mesa cuadrada de
madera enfrente, no muy grande, acaso metro y medio por lado. orrico no despega
las muñecas del papel en ningún momento. esta es la consigna corporal de la
obra. así que el movimiento de todo el cuerpo –especialmente el abdomen, los
hombros, la espalda, el cuello y los brazos, fluyen hacia los dedos desde donde
se desprenden como líneas quebradas hacia el papel. son temblores rítmicos ue
emanan de la contracción de los músculos de la caja toráxica. los dedos reciben
y sostiene, tensos, las posturas de los dos delgados lápices que hacen por
instrumento. poco a poco esas vibraciones cortas y desnudas van formando dos,
luego cuatro; seis … y hasta ocho pares de alas que se enlazan sobre el
diámetro del alcance de las manos, pero cuyo origen equidistante no se toca por
próximo que esté. a veces abre las manos casi por completo sosteniendo los
lápices apenas con un dedo. otras, los apresa con toda la mano como si en un
rictus artrítico incontrolado. los hombros de contraen para dirigir los giros
de la muñeca —evidenciando el germen articulado-corporal del trazo.</span><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9xHpOCQesAMwfYpbTZqr8ocsfxmE1Uc8j7OlUXXYSTmPW20zNZH8O2x1_Hyu49cX15mp6fprxeMIrU9TEMEoO-zSVzQmILmLAuFH4ZwVvJFcMdz0MTcVPgiDoSpKPJOvUg36jRP-6dJKj/s1600/photo(5).JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9xHpOCQesAMwfYpbTZqr8ocsfxmE1Uc8j7OlUXXYSTmPW20zNZH8O2x1_Hyu49cX15mp6fprxeMIrU9TEMEoO-zSVzQmILmLAuFH4ZwVvJFcMdz0MTcVPgiDoSpKPJOvUg36jRP-6dJKj/s320/photo(5).JPG" width="320" /></a><span style="color: #666666;"></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">la
espalda se mantiene casi siempre recta pero inclinada hacia delante conforme
necesita el cuerpo alcanzar zonas más lejanas del lienzo. alas. </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">las
piernas semi-flexionadas marcan el ritmo e intensidad de las vibraciones de
colaboración con hombros y abdomen siempre en ángulo de 45º. la mirada siempre
ve sin ver un punto delante, fuera del lienzo, fuera del rostro. respira
rítmicamente inhalando por la nariz y exhalando por la boca. todo es sutil,
suave, paciente, pero evidente e innegable la cantidad de energía contenida en
el cuerpo del artista/bailarín emanando incansable en cada milímetro trazado,
replicado el vibrar del cuerpo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">cuando
comienza a aparecer el tercer par de alas el medio cuerpo se extiende casi x
completo sobre la mesa. el torso queda casi rozando el lienzo y los codos en
ángulo sostienen los lápices con presiona en 45 grados hacia los extremos del
papel. dos medios círculos abren el siguiente par de alas. las únicas líneas
'puras', continuas, fluidas. pero entonces del punto último de sus esquinas
exteriores, comienza el vibrar de nuevo. las manos vuelven a su juego de
posiciones y tensión. quizá es tiempo ya en que es la memoria corporal la que
los mueve haciendo el dibujo por sí mismo. los ojos ya se han cerrado, en algún
momento del proceso, pero el cabello sobre el rostro escondió el tiempo. así es
como orrico deja ver, confía al público la confianza y condición-en-certeza que
alberga su cuerpo. no se necesita la mirada, la composición no depende del ojo.
es producto de la antropometría en movimiento se sus muñecas, ceñidas, como si
dependiendo en vida del contacto con ese trozo de papel que sobre una mesa hace
apenas 40 minutos yacía blanco, inerte, sin historias que contar.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4_YkQ5wJ2nzccLovUgG-8t043g2UEYuL5bBJeMOc1hgKFraWPpp3DoHE69gbmH7gfyIiyGIUiNb6oUA6y62J8Gvy_bwIJ_NfzKS8DgzUW42fMB2BWOxwnrSbJSg4DOLSRZ_zanSKJBrWi/s1600/photo(3).JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4_YkQ5wJ2nzccLovUgG-8t043g2UEYuL5bBJeMOc1hgKFraWPpp3DoHE69gbmH7gfyIiyGIUiNb6oUA6y62J8Gvy_bwIJ_NfzKS8DgzUW42fMB2BWOxwnrSbJSg4DOLSRZ_zanSKJBrWi/s400/photo(3).JPG" width="400" /></a><span style="color: #666666;"></span></div>
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">ahora
es el tiempo de una vida lo que se ha grabado en su superficie. los esfuerzos
vanos y vitales de un hombre delgado de edad indefinida y ojos claros. un
cuerpo vestido de negro que deja ver sólo las manos desde el punto que las
convierte en continuidad del brazo, del hombro, del tórax, del cuerpo: las
articulaciones que hacen posible a las manos, moverse para posarse en infinidad
de condiciones, posturas, identidades, intensidades. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">de
cerca, el dibujo hecho de alas imperfectas vueltas de fragilidad confiesa los
tiempos de vencimiento en la batalla entre el grafito y la inerme superficie.
hay distintos grosores, casi incalculables aun cuando se pudiera creer que solo
un numero finito de intensidades de trazo pueden acumularse o derivar de un par
de lápices de grafito de ancho común. sin embargo son incontables y en su
suceder se llevan<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>unos a otros
demostrando sus cambios de tenor, timbre, intensidad y dirección. mudanzas de
destino que albergan los dedos que guían casi a su pesar dos juegos de líneas
como alas que se acumulan unas sobre otras para decirse entre ellas que el
recorrido está (en)vuelto de(en) equívocos. </span></span></div>
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<span style="color: #666666;"><i><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">penwald 1: 1 circle (2009) | </span></i><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">marso. noche del 25 de abril, 2013</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrVfevHZ48bgpWRCV1homFAFCJ_ZzlKkuW7AcgWTEYA2FXJQ4-d5tn0hz_BARzLa9lkqpDg8PZQ_ga2LclJ7A4Tc1ZK7OYNnYSv_J2TAWbl1Fvh1M-5mZ5XCvDZrbiK8LfDnEJNtP9qZcu/s1600/photo(9).JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrVfevHZ48bgpWRCV1homFAFCJ_ZzlKkuW7AcgWTEYA2FXJQ4-d5tn0hz_BARzLa9lkqpDg8PZQ_ga2LclJ7A4Tc1ZK7OYNnYSv_J2TAWbl1Fvh1M-5mZ5XCvDZrbiK8LfDnEJNtP9qZcu/s320/photo(9).JPG" width="320" /></a><span style="color: #666666;"></span></div>
<span style="color: #666666;"><i><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> </span></i><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><i> </i></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">en su
segundo performance de la noche, orrico nos muestra sus movimientos dibujados
como si nadara sobre la superficie congelada de un lago; aletea con dos
grafitos en las manos. esta vez sí los sostiene con toda la mano, como se haría
con un arma, o la mano de un niño. las piernas que se sostienen sobre la punta
de los pies, van rota do conforme se abren y cierran la abertura que daría un
paso a un lado. así va girando y dejando la huella de esos aleteos en
semicírculos que jamás se tocan, sólo se sobrenen formando poco a poco un
entramado cada vez más opaco, grisáceo, denso. pero en esta pieza el sonido es
casi igual de importante que el trazo. orrico ha cerrado los ojos de nuevo,
también yo. el ritmo que dictan los deslizamiento del grafito sobre el blanco y
terso lienzo tiene el tenor de una ola. recurrentes llegadas acuosas sobre
alguna roca que se escuchara a la lejos. no enfurecido pero sí constante,
tranquilizante, confiados nos hace sentir de haber encontrado una suerte de
continuidad. agradecidos, escuchando, somos parte de algo más grande que
nuestra propia realidad —ahora insignificante, si tan solo por esta noche—
somos parte de una comunidad de escuchas entre el trazo de un cuerpo que
demuestra la fuerza de la decisión, la insistencia y la pasión. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><i>penwald 3: circle on knees</i> (2009) .</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">tercer performance mañana
del abril 26, 2013 . galería marso<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #666666;"></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxngwPKDhvtSdoMr7KQ9JuQ6j211Gq9MnijoH2imY29DI85-6rkMZmZHpw_igDWcZkqaOBFHU7-VEgPamqz_kQS5ss1EkromdRLuWLCc1EA1C8h2Z5v2pkjqLmvxkr6oRqZZCimUljZseF/s1600/photo(2).JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxngwPKDhvtSdoMr7KQ9JuQ6j211Gq9MnijoH2imY29DI85-6rkMZmZHpw_igDWcZkqaOBFHU7-VEgPamqz_kQS5ss1EkromdRLuWLCc1EA1C8h2Z5v2pkjqLmvxkr6oRqZZCimUljZseF/s400/photo(2).JPG" width="400" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> hincado, brazos caídos a
los lados, orrico se deja llevar en la reiteración de un movimiento pendular
hasta completar un círculo hecho de varias circunferencias. los grafitos dejan
delgadas líneas y puntos aparentemente erráticos, líneas de fuerza, rectas,
decidas por un trazo corporal no dirigido por la mirada sino por el brazo y su
campaneo. pero hay otra circunferencia, bastante más sutil, como huella de
estancia que trazan las puntas de los pies conforme avanzan en pequeñísimos
pasos sobre el eje del cuerpo arrodillado. una tercer circunferencia la dibuja
inintencionadamente la mano que roza el papel donde han sido entramadas las
líneas finas, rectas y decididas de ambos carbones. </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRLt97orATjG6d2E5SXcye3h6dykT48MH8WqadkekrETVx7MMvKire3XaywT6NIb9Ovqhv7DyHlB_n0aAMIKehMO-QFKpSKUZ8gDa0XnXkAFjwDYiSueJAu63-EK7krtujMhOe3ToIUctf/s1600/photo(11).JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRLt97orATjG6d2E5SXcye3h6dykT48MH8WqadkekrETVx7MMvKire3XaywT6NIb9Ovqhv7DyHlB_n0aAMIKehMO-QFKpSKUZ8gDa0XnXkAFjwDYiSueJAu63-EK7krtujMhOe3ToIUctf/s200/photo(11).JPG" width="200" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br />
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">penwald
6: project recoil</span></i><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> (2011) </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">cuarto performance –
mañana del 26 de abril, 2013 . galería marso</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #666666;"></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv1_xxnJKIsBMmVny-dt7VwuCETIVMymtObu7E5AF4TOqXPFkQ_nwEx3uaCipbwCLh22KjWJQtZSOK2zizhhdSkDTRrwrrsUciXykEZz7HAyYIqfQ7L2ohfmUEt4L6k99JeBZEMcaCQAwr/s1600/tony.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgv1_xxnJKIsBMmVny-dt7VwuCETIVMymtObu7E5AF4TOqXPFkQ_nwEx3uaCipbwCLh22KjWJQtZSOK2zizhhdSkDTRrwrrsUciXykEZz7HAyYIqfQ7L2ohfmUEt4L6k99JeBZEMcaCQAwr/s320/tony.jpg" width="240" /></a><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"> el lienzo esta vez es
largo y delgado (1.5 x 4m aprox.). orrico se coloca acostado con el rostro en
contra del muro. en ambas manos dos grafitos de ancho medio y del alto que alberga
su mano. conforme se acerca la hora de inicio del tiempo de la pieza (90min) el
bailarín se comprime con los pies sobre el muro flexionando las piernas por
completo a los lados, como lo haría una rana. los brazos doblados a los
costados sostienen los carbones a la altura de los hombros y esperan. en un
instante sucede todo. el cuerpo comprimido se proyecto sobre el lienzo con toda
la fuerza que tiene dentro estirando piernas y brazos hacia adelante como si
fuese un proyectil. la imagen es bella en sí misma, el cuerpo luchando por
encontrar la manera de trascender sus propios límites de movilidad. casi
volando, el cuerpo flota sin dejar de tocar el lienzo, dejando como huella su
marca. recta cuando lanza y en semicírculos cuando regresa en siete tiempos
recorriendo el camino que por principio, casi altanero, casi feliz, el cuerpo
ha querido rebasar sin esfuerzo. ahora, como siempre, el regreso cobra los
precios que no se consideraron al avance pronto, enfrascados en sus ideales,
extendido de convicción y poder.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvbLqIKgjgYRwuxZu2absvyGygjBi39y_PMyHy-kKMHkzxnjnmlWR_IDSS_M9idp7kliCVi2lZBp0niLNxi0dVkc6sCY_O8p9eREhMQ2t855cBMDc_YhzAGWI6jmgde8_L7He9PCXLSztA/s1600/photo(1).JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvbLqIKgjgYRwuxZu2absvyGygjBi39y_PMyHy-kKMHkzxnjnmlWR_IDSS_M9idp7kliCVi2lZBp0niLNxi0dVkc6sCY_O8p9eREhMQ2t855cBMDc_YhzAGWI6jmgde8_L7He9PCXLSztA/s400/photo(1).JPG" width="400" /></a><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">conforme
se van sumando las explosiones en propulsión, el cuerpo va dejando señas de su
cansancio, en la respiración audible del cuerpo actuando, como en la 'lejanía'
a la que llega con sus impulsos, siendo que cada impulso va marcando en dos
rayas horizontales, el límite al que llegan los brazos. con el tiempo, esas
marcas-de-medida (como las que marcan los padres sobre la cornisa de alguna
puerta para evidenciar el crecimiento de altura del cuerpo de sus hijos) se van
haciendo cada ves un poco más cortas, menos potentes. dejando ver el
resto-sucediendo de una fuerza insistente, incansable, pero no invencible.
ciegamente humana. con el tiempo, esos medios círculos se hacen ya casi negros,
desgastados y re-trazados, dejando evidencia de su ser-campo de batalla.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLAKHJAGvD818jFvjVHHURo0lqk9eWW-INBE0wBRyUlp8I95QyUWG9GG4uKX6gghN5f6TL4ZgT9mNekUUcCucJYZaz3E1rNEcVsdQWrYn3u-ZGoOiPALOr_8atR_SOw8gKxo7YsJFvc1xV/s1600/photo(13).JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLAKHJAGvD818jFvjVHHURo0lqk9eWW-INBE0wBRyUlp8I95QyUWG9GG4uKX6gghN5f6TL4ZgT9mNekUUcCucJYZaz3E1rNEcVsdQWrYn3u-ZGoOiPALOr_8atR_SOw8gKxo7YsJFvc1xV/s400/photo(13).JPG" width="400" /></a><span style="color: #666666;"></span></div>
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">¿qué
busca orrico con este gesto exigente y agotador? ¿qué quiere regalarnos su
cuerpo? ¿o será mejor preguntar qué es lo que recibe? ¿qué toma de cada
propulsión? ¿qué recibe del contraerse una y otra vez hasta que consigue
despertar en su fuero interno la fuerza para seguir creyendo? ¿qué es lo que a
su cuerpo insufla cuando flota conteniendo la respiración en un estado de pura
suspensión como aquel salto eterno al vacío de yves klein? ¿es este tiempo
suspendido en el placer de la posibilidad del todo tan fugaz y verdadero que
sucede justo en el tiempo en que la obra está consumiéndose a sí misma? ¿es
esto de lo que hablaba adorno? </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: #666666;"></span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj62gul9pE021PRwj7xJpkTI3ku0mxxao2EdxOh9gwFPty15ZEPiKDtXrqihxAweawvdbz1zrdo6aC4rbMjmv6lDcIcShHpney-36BfjVfRnq_shc0WL8ibu6f50XErjyK37gO170T9LddY/s1600/photo.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj62gul9pE021PRwj7xJpkTI3ku0mxxao2EdxOh9gwFPty15ZEPiKDtXrqihxAweawvdbz1zrdo6aC4rbMjmv6lDcIcShHpney-36BfjVfRnq_shc0WL8ibu6f50XErjyK37gO170T9LddY/s400/photo.JPG" width="400" /></a></div>
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">como
espectadores, con orrico hacemos eso, esperamos. esperamos a ver, a ser
testigos, a seguir escuchando, a ser parte de su respiración, de su estrategia,
de su entrega en tiempo vivo. como espectadores de las obras de tony orrico,
esperamos. la espera por lo general puede tener muchos devenires; muy dispares
resultados; impredecibles respuestas, o ninguna. hay cientos de esperas
inertes, inermes, esas son las que consumen el cuerpo y el alma. no sabemos,
después de 30, 40 minutos si esta espera traerá consigo, para nosotros, algo
del innegable vigor que orrico ha invertido en ella. desconocemos.
desconocidos. desandados de sus trazos, esos que son sólo suyos, porque es su
cuerpo único y propio el que puede hacer esas marcas. no hay otro en
complexiones, anatomía y condiciones de salud y consistencia corporal, quien
pudiera replicar con exactitud su pieza. ni siquiera él mismo. cada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">penwald drawing</i> es único, aun si
repetido en distintas sedes, tiempos y contextos. desandados, pero ya no
desanudados, esperamos el dibujar del cuerpo de orrico. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">convencidos,
casi y sin decirlo desde el inicio, de que esta obra habrá de quedarse dentro
del cuerpo de nuestra memoria. trazo a trazo, gesto, sonido y mirada,
contenidos en un registros interno que, a la manera de ireneo fuentes (jl
borges) se volvió de un día para otro, incapaz de olvidar, de olvidar cualquier
detalle, incapaz y condenado a memorizarlo todo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>así hemos quedado aquellos que estamos el tiempo compartido
con tony orrico mientras sufre y goza el pleno placer destructivo de la
creación 'verdadera' de acuerdo a t.w. adorno. aquella que para existir se
consume a sí misma. seamos pues ireneo si en ello logramos conservar el
esfuerzo de un cuerpo que se entrega desnudo de pretensiones, confesando sus
fallas y pequeñas hazañas, a un público de rostros desconocidos. esos que
esperan de un extranjero que nos haga sentir 'algo' una mañana de sábado. como
si fuera su papel-por derecho, el de entregarnos lo mejor de sí, porque aquí
estamos, esperando... </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">al
final, el eje de la obra sobre el que orrico flotó y se arrastró durante 90
minutos en ida y vuelta, resta en blanco, como un camino descubierto a costa de
un millón de empeños. a los lados, dos largas alas o algas de carbón gastado
parecen estar ahí para recordarnos que a pesar de nuestras propias
pretensiones, no somos ireneo. nuestra memoria debe ser mucho más parecida a
ese empalme de trazos en desdibujo. potentes y decididos cunado aparecieron.
incuestionables, urgentes, necesarios, impensables de otra manera. pero
después, qué queda? qué textura es la que consume cuando almacena nuestra
memoria? me supongo que, de ser en grafito sobre lienzo, tendrá mucha afinidad
con estos cuerpos cansados y humildes, acaso misteriosos, en proceso de olvido
de lo que fue su propia potencia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: Calibri; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">pd. felicidades a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">iniciativa curatorial marso</i> por haber(nos)
descubierto los trazos-en-cuerpo de tony orrico. (y doble por el nuevo espacio!)</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK8CZlFM5EycJCLasIyYnOxLdVnYMJ-kK4nUyFQu0r3n_oge-Ggw-dKYYKc0Nu3R7gVKR6fnWQc2ST07UqL-i_AKeM4EtcatxXuhMIE4Akk8ByvE2nXWQjUdsTCHE0aLa4yud_vUZUQvJg/s1600/photo(8).JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK8CZlFM5EycJCLasIyYnOxLdVnYMJ-kK4nUyFQu0r3n_oge-Ggw-dKYYKc0Nu3R7gVKR6fnWQc2ST07UqL-i_AKeM4EtcatxXuhMIE4Akk8ByvE2nXWQjUdsTCHE0aLa4yud_vUZUQvJg/s200/photo(8).JPG" width="200" /></a></div>
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 50pt;">
<span style="color: #666666;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-45241955256819409212013-05-03T09:13:00.000-07:002013-05-14T11:34:46.586-07:00Entrevista | Estudio Macías Peredo –ganadores del concurso Pabellón Eco 2013 <style>
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<span style="color: #666666;">-->
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><span lang="ES">Estudio
Macías Peredo (EMP) en Guadalajara, México, está conformado por Magui Peredo y
Salvador Macías. Ambos son egresados y profesores de la Escuela de Arquitectura
del ITESO con maestría en la UPC de Barcelona. Ganadores del concurso del
Pabellón Eco 2013 –presentando una de las ejecuciones más atinadas en la
historia del concurso por la eficacia de su proyecto, economía de recursos,
elocuencia, elegancia y sutileza de configuración espacial y estética. Su
propuesta extrapola no sólo el concepto de lo que puede entenderse como un
‘pabellón’ sino la concepción esencial de lo que es un ‘patio’ –el patio de la
‘escultura habitable’ concebida por Mathias Goeritz en la Ciudad de México en
1953. Al respecto, los arquitectos comparten sus intenciones, proceso creativo
e intereses de integración arquitectónica.</span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="color: #999999;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIf7kCLM8Hk8HeeiHasUtQlcWyiayQva4d5z4HKq6GkNCCaf4FC_pmLfZkaYPCsQwLBWoU2IIEac9zVs639zgkeDQ9VUNRr8DrCg8FaFr8JxQTZS2O6JqPFUxRY7S8j9gsN4STnKzF27U9/s1600/BEzsAhECUAAde-4.jpg-large.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIf7kCLM8Hk8HeeiHasUtQlcWyiayQva4d5z4HKq6GkNCCaf4FC_pmLfZkaYPCsQwLBWoU2IIEac9zVs639zgkeDQ9VUNRr8DrCg8FaFr8JxQTZS2O6JqPFUxRY7S8j9gsN4STnKzF27U9/s400/BEzsAhECUAAde-4.jpg-large.jpeg" width="300" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 12.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br />
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;"><b>EMP</b>: La propuesta final de lo que entendemos como la
introducción de una ‘nueva diagonal’ en el patio del Museo Experimental El Eco
es la síntesis de varios intentos por trabajar con las ‘preexistencias’ y, a
partir de ellas, elaborar nuevas posibilidades espaciales para el patio del
museo, promoviendo otra manera de entenderlo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">En una
visita que hicimos al espacio una noche durante el proceso de elaboración de la
propuesta nos encontramos con un patio multitudinario. Esto nos reveló que
nuestra aproximación no podía entorpecer el aconter de los eventos que
cotidianamente suceden ahí; también comprendimos que el visitante debía ser un
actor importante en el proyecto. Esa noche descartamos las propuestas
anteriores y surgió la final.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">A partir de
entonces cinco consideraciones que guiaron nuestras decisiones. La primera fue
el deseo por trascender los límites del patio. Nos preguntábamos cómo podíamos
establecer una relación con el parque; cómo “conectar” con la calle; y cómo
manifestar que el museo también es un espacio público. ¿Podríamos desvanecer el
límite que los divide?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">La segunda
consideración era trabajar con la retícula de barro del patio. Nos interesaba
buscar una reinterpretación que recuerde y se apropie del material de barro que
originalmente eligió Goeritz para el piso del patio. Goeritz decía que El Eco
“se destacó y fue criticado precisamente por sus “absurdos” ángulos agudos.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span></a></span></span><span lang="ES" style="font-family: Helvetica;"> </span><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Por tanto, esta retícula racional dictada por el material
era probablemente el único elemento que no participa de la idea que Goeritz
utilizó como manifiesto crítico: muros diagonales y duelas distorsionadas.
¿Podríamos hacerla partícipe de una nueva expresividad? </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">La
tercera, proponía dos cuestionamientos: ¿cómo convivir con los pabellones
anteriores?; y ¿cómo no repetir los contenidos que habían explorado? La
topografía, la cubierta y el muro, eran los temas hasta entonces abordados y
nos parecía que cerraban un ciclo –el de los límites verticales y horizontales
del patio. Debíamos intentar abrir uno nuevo: transformar lo existente. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">La
cuarta consideración fue nuestra renuncia a construir un objeto impuesto. Y,
por último, debíamos atender la condición económica y la agilidad de
construcción.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">La idea de
dibujar una pendiente sobre el suelo original hasta desaparecer el límite con
la calle surgió como consecuencia natural de nuestra reflexión. Trabajamos con
un nuevo suelo y también con el recuerdo de su condición original. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Goertiz
decía que<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>“la arquitectura emocional
es un experimento para encontrar emociones en las cuales uno puede moverse”<span style="font-size: xx-small;">.<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[2]</span></a></span></span><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES" style="font-family: Helvetica;"> </span></span><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Jugar, elevar significativamente el plano horizontal (el
suelo) parecía el medio ideal para concretar nuestras intenciones. Los efectos
que tendría este nuevo patio inclinado nos resultaban evidentes: dejar atrás su
carácter habitual estático y contenido; convertirse en un espacio que alberga
un plano activo y transitable; y conectar lo que sucede dentro y fuera del
museo. Hacia la calle, los visitantes se asoman. En sentido inverso, la
pendiente es un foro que mira de frente a la galería principal del museo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Pensar un
pabellón de arquitectura nos dio la oportunidad de conducir nuestra reflexión
hacia el tema del espacio y sus límites, más allá del objeto de diseño.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Escencialmente,
el pabellón habla de un trabajo que poco tiene que ver con construir un
volumen. Busca, en cambio, un gesto por evidenciar lo preexistente: el parque,
la dinámica de la calle, el ventanal, el barro, la retícula, los árboles, las
actividades y los visitantes del museo.</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-5NsZ1A-YNErdTcW4J9Sc8bbXQqjRzJlCMBFsVCGj-7XtAWlSirAQjHuNLmErk0Zs9hr8gcS76aygAoSauFXQ6IHFu-J420O-He4sqfg2jUxG9Yvhbc63jwwqcHlUqJphnCKCblmkeYnh/s1600/BFSXRbfCcAAsCsG.jpg-large.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-5NsZ1A-YNErdTcW4J9Sc8bbXQqjRzJlCMBFsVCGj-7XtAWlSirAQjHuNLmErk0Zs9hr8gcS76aygAoSauFXQ6IHFu-J420O-He4sqfg2jUxG9Yvhbc63jwwqcHlUqJphnCKCblmkeYnh/s400/BFSXRbfCcAAsCsG.jpg-large.jpeg" width="400" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><br /></span>
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">Liberados
del compromiso de atender a un programa arquitectónico complejo, la propuesta
nos permitió revalorar la arquitectura como un oficio que tiene la facultad de
construir una idea poderosa en el espacio y considerarla una expresión
artística. Esta noción estuvo siempre presente en nuestro proceso. Creemos que
un pabellón de arquitectura no es un tema de composición sino de
reflexión. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: Helvetica; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica;">"Estoy
convencido, por fin, que la belleza plástica, en la actualidad, se presenta con
más vigor donde menos interviene el llamado artista."<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn3" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[3]</span></a></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>M. Goeritz</span></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #666666;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;">[1]</span></span></a><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Cuahonte,
Leonor. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Eco de Mathias Goeritz</i>.
UNAM, México, 2007, p.103. </span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #666666;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;">[2]</span></span></a><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Cuahonte,
Leonor. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Eco de Mathias Goeritz</i>.
UNAM, México, 2007, p. 93.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="color: #666666;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;">[3]</span></span></a><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Goeritz,
Mathias. Manifiesto ‘Estoy Harto’. México DF, 1963.</span></span><br />
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;"><b><span lang="ES" style="color: #7f7f7f; font-family: "Helvetica Neue Light"; font-size: 7.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Imágenes: CORTESIA DEL MUSEO EXPERIMENTAL EL ECO | Fotógrafo: ALEX DORFSMAN </span></b></span></span></div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-38626609562250626742013-02-10T13:48:00.000-08:002013-02-10T13:53:05.037-08:00Empezó el SITAC XI<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><style>
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</style><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div align="right" class="normal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #595959; font-size: 12pt; line-height: 115%;">...<i style="mso-bidi-font-style: normal;">‘hablar con’ como el diálogo y el conato de
un ser-expuesto </i></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div align="right" class="normal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: #595959; font-size: 12pt; line-height: 115%;">que no expone ningún secreto, sino su exposición misma</span></i><span style="color: #595959; font-size: 12pt; line-height: 115%;">.</span><span style="color: #595959;"></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; font-variant: small-caps;">Jean-Luc
Nancy</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">Hace algunas semanas se anunció en prensa
que la próxima edición del Simposio Internacional de Teoría de Arte
Contemporáneo (SITAC) que, a estas fechas debiera ya haber sucedido como suele
ser su tradición acompasando el arranque de año en la ciudad de México, se
recorrería hasta el mes de septiembre. Sin embargo y promisoriamente, SITAC XI inició
ya de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra</i> manera.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">La noche del pasado jueves en el anexo del
Museo Experimental El Eco, Paola Santoscoy, directora del espacio, presentó a
Marcio Harum, curador brasileño con quien co-dirigirá la onceava entrega del SITAC
(septiembre 5-7, 2013).</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">En un muy acertado anticipo de lo que se
podrá esperar del SITAC XI, la apuesta por presentar en anticipo a Marcio Harum
al contexto local, resultó en el desentumecimiento de añejas expectativas, que,
independientemente del tema anual por tratar en este único foro de envergadura
avocado a la reflexión teórica sobre arte y pensamiento estético contemporáneo
en el país, puso en la mesa la posibilidad y la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">necesidad </i>de repensar condicionamientos dados sobre el formato
mismo del proyecto dialógico que ha conformado la trayectoria del SITAC. </span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">Esa noche, con sala llena y el vaticinio de
festejar la inusualmente cálida noche de febrero con el inicio del carnaval y
el año de la serpiente terminada su presentación, el recién llegado curador
paulense hablaba de algunos de sus proyectos recientes. Sucedió así que, casi
providencialmente, entre las experiencias que eligió para compartir, una de
ellas cimbró de manera sustancial y, esperemos irreversible, el cuerpo y
pensamiento de los presentes en la charla. Harum platicó su ser-parte <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de un foro de diálogo convocado en 2007 dentro
del marco de la Primera Bienal del Fin del Mundo en Ushuaia cuyo ‘anclaje’
físico y conceptual aun alberga la potencia necesaria y ciertamente urgente que
ha de animar la interrogaciones en torno a las condiciones y sintomatologías a
las que debiera responder el proceso de configuración de la próxima edición del
simposio.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">Aquel foro que hace dos noches como hace seis
años desentumeció buena parte de los ánimos y expectativas de los presentes, se
llevó a cabo en el Canal de Beagle dentro de una embarcación que albergó a 60
personas durante el transcurso de medio día conforme surcaba las aguas que
‘unen’ y separan simbólica y geográficamente varios países, siendo la región de
encuentro de las aguas del </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">océano Atlántico y el Pacífico; frontera líquida entre
Argentina y Chile, también marcada y habitada por un resto colonialista europeo.
La brillante iniciativa llamada “The Paradigm Confines Tour”</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; font-size: 7.5pt;"> </span></i></b><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">formó parte de la
6ta edición del proyecto <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Magazine In Situ</i>,
un proyecto de la artista Alicia Herrero, como una apuesta de acontecer experimental
en exploración de los rasgos comunes del cuerpo-en-riesgo como acontecer
descentrado y desafianzado de las posibilidades, estrategias y sentidos convencionales
del proceso de generación de la discursividad teórica que ronda, fecunda y
deriva del quehacer artístico. </span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">A medio camino del
trayecto personal que Harum compartió con nosotros esa noche, mostró un
fragmento de la grabación en video que documentó aquella singular-plural
travesía, inscribiendo en el horizonte de pensamiento al que se nos había
convocado, el germen de una posibilidad real de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hacer algo diferente</i>, capaz de desarticular las instancias
estructurales simbólicas, que conlleva ese tan extendido, poco cuestionado y
casi hegemónico formato con pretensiones de asequibilidad en el transmitir y
discutir saberes sobre el que se avalan los foros, coloquios y encuentros
académicos. Fueron suficientes esos escasos minutos de filmación y la
descripción de las intenciones de aquel foro oceánico transfronterizo para
despertar en varios de los presentes la urgencia y la esperanza de ser parte activa
de ese ‘proceso simpósico’ (si se me permite la deriva) anunciado bajo el
sugerente título “estar-los-unos-con-los-otros”, como habrá de llamarse el
próximo encuentro SITAC.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">Esta frase, o
debiéramos decir, esa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">convocatoria</i>
que encinta tanto como desanuda el adoptado título, comporta la herencia latente
de compromiso desarrollada por Jean-Luc Nancy en varios de sus estudios
seminales, especialmente en el conjunto de ensayos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ser singular plural</i>. </span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">Resulta pues que la
decisión tomada por Santoscoy y Harum en la adopción literal de esa ‘estancia
de hospitalidad’ a la que llama Nancy con esta frase – <i style="mso-bidi-font-style: normal;">estar-los-unos-con-los-otros</i>–, da cuenta de una postura ávida y en
disposición a las exigencias radicales a las que da cuerpo. Exigencias
enunciadas por Nancy con avasallante pertinencia en las que ese dar del cuerpo,
darse en cuerpo, sucede como lo propusiera el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar </i>como acontecer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">im</i>posible
derridiano; un dar de sí que no hace acontecimiento si no se <i style="mso-bidi-font-style: normal;">arriesga</i> el cuerpo propio en el perenne
reconocimiento de compromiso tendido hacia la existencia del otro, con el otro,
para el otro; comprendiendo en el llamado del ser, de facto y en teoría, imposible
e impensable sin el otro.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">Sin obviar la
relación, Harum nos entregaba lo que sucedía ya como el germen reflexivo sobre
la intención teórica/conceptual de la edición que co-dirigirá con Santoscoy. El
sólo hecho de pensar la dislocación física y emocional (además de geográfica,
política, social, etc) que supone intentar la usual entrega de participaciones
en un simposio dentro de una pequeña embarcación a la deriva y destino de un
agitado oleaje sitúa en un orden de prioridad muy claro el desborde de
posibilidades que traería consigo un acontecer de similar intensidad dislocando
la estructura convencional del simposio hacia el que nos dirigimos.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">Pensar en el
arriesgar de la plataforma académica de enfrentamiento entre podio y público;
poniendo en juego la solidez de este tan perpetuado andamiaje; reposicionando
los cuerpos que hablan y los que escuchan en compartimento y compartición de
una misma cualidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a la deriva</i> y
en-comunidad inasegurables las condiciones ‘óptimas’ de un trayecto en
salvaguarda; como incognoscible en certeza la llegada a puerto seguro; en ese
barco que hace muchas mañanas surcaron un grupo de ponentes y escuchas se dio
lugar y tiempo a ese espaciamiento de la existencia conjunta que hace posible
el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">estar-con</i> del que escribiera
Nancy. Y está en el replicar la urgencia de aquella experiencia lo que se hizo
evidente la noche que empezó el SITAC XI en El Eco.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;">Sabiendo pues que
hace falta poner en riesgo nuestras certezas desde la posición misma del cuerpo
que emite el decir de nuestra palabra cuando, y plenamente conciente de su
compromiso y existencia por entregar para el recibir del otro, es preciso
comprender que si hemos de convocar una reflexión sobre las formas de hacer,
construir, comportar, compartir y destinar comunidad, no parece justificable
hacerlo sobre piso firme detrás de un podio. De hacerlo, de arriesgar<i style="mso-bidi-font-style: normal;">se</i>, el tiempo al que se da lugar se <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ex</i>tiende al arriesgar<i style="mso-bidi-font-style: normal;">nos </i>–expandido, lanzado, expulsado el
centro y la atención fuera del uno. Es así que se hace acontecer el encuentro
con el otro, en la palabra, en la obra, en el decir y reflexionar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en simultaneidad</i>. Pues “el sentido no
consiste en una transmisión de un emisor a un receptor, sino en la
simultaneidad de ambos […] </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">El
sentido consiste en que lo que yo digo no sea simplemente ‘dicho’, sino que
para ser dicho, en verdad, me vuelva repetido. Pero al volverme así –desde el otro–
ello también se vuelve otro origen de sentido. El sentido es el paso y la
participación de origen en origen, singular plural. El sentido es la exhibición
del fondo sin fondo, que no es un abismo, sino simplemente el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">con</i> de las cosas que son, en tanto que
son.” (JLN, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ser singular plural</i>, 2006
(1996)).</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">Seamos capaces de buscar pues ese ‘fondo sin
fondo’ de la experiencia compartida en acto, sabiendo que en el recorrer que
supongan sus caminos, será de nuevo y por primera vez siempre originario,
urgente y pleno de sentido si destinado habita el desear de dos que hacen
infinito. No esperemos más el tiempo para aprender a estar-los-unos-con-los-otros;
espaciemos su acontecer hoy, ahora, desde esa noche y hasta que seamos de nuevo
convocados a tocar<i style="mso-bidi-font-style: normal;">nos</i> en busca de una
reflexión ya sin turnos, sin bocetos ni plataformas si no han de ser
constituidas en simultaneidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i>
cuerpos despiertos, confesados de necesidad y de-velados en disposición ante el
ser del otro que no es sin mí, como insensato e insensible reduce el
pensamiento que concibe al yo sin él.</span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959;">Sea desde ‘ahí’ desde donde estén ya
gestando en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre-dos</i> los próximos
directores del SITAC, para inventarnos juntos un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otro</i> trayecto compartido en el riesgo que funda, por origen
irreductible, todo intento de hospitalidad. Afirmemos pues, en plenitud y dispuesto
el cuerpo en abierta deriva, el ejercicio de co-incidencia para que este
próximo encuentro de teoría de arte contemporáneo suceda efectivamente en el
incidir simultáneo, arrebatador y sutil que anima el recibir, cuidar y hospedar
de unos-con-otros, de unos-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">en</i>-otros.</span><span lang="ES-TRAD" style="color: #595959; mso-bidi-font-size: 7.5pt;"></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-71945955986759078822013-01-30T11:58:00.001-08:002013-02-01T14:38:57.020-08:00sobre el fin del mundo en cuatro cubos <span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;">
</span></span><style>
<!--
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</style><br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBtRcwxCXtc9u-GTcaZKijhzT9EDfkpg-s61IaHY-hUxn0kZ7tm8rx5fyNfvfn9SS90Q7Tiy9FWCH1MvJlv_SxyjIuVGM7yWOYToRKfMVfZVd2PGB3Y_eYMw-T6MOqP7d_cLrRBuJczNwv/s1600/_MG_7746.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="270" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBtRcwxCXtc9u-GTcaZKijhzT9EDfkpg-s61IaHY-hUxn0kZ7tm8rx5fyNfvfn9SS90Q7Tiy9FWCH1MvJlv_SxyjIuVGM7yWOYToRKfMVfZVd2PGB3Y_eYMw-T6MOqP7d_cLrRBuJczNwv/s400/_MG_7746.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">me regalé el tiempo <span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">para</span></span> leer en unos cuantos días <i>el
fin del mundo y un despiadado país de las maravillas</i>. el último libro que
he comprado de haruki murakami. intuyo, porque no lo he investigado aun, que
fue éste un ‘ensayo’ para <i><span style="font-size: small;">1Q</span>84</i>. por el ejercicio estructural y narrativo
paralelo lo parecería sin duda y sin embargo, hay algo en este ‘primer libro’
(si puedo seguir con mi teoría historiográfica) que parece tener una edad más ‘madura’
que la que pretende aparentar </span></span></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"><i><span style="font-size: small;">1Q</span>84</i></span></span></span>. no alcanzo a precisar aun en qué consiste,
pero me gustaría pensar que lo podré decir en no muchas palabras, o bien, en
las que se necesiten para configurar una imagen como la que el protagonista
destina como la manera más certera de describir la forma de cantar de bob dylan
“como un niño detrás de una ventana viendo llover”. de esto no sabría; no soy
fan de dylan. pero la convicción con la que el habitante del fin del mundo y
del despiadado país de las maravillas encuentra más certeza en esa sola frase que
en las 500 páginas anteriores, me deja confiar.</span></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">el libro,
cuyo universo narrativo es más o menos simple, aun si simbólicamente mucho más
certero, comparado con </span></span></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"><i><span style="font-size: small;">1Q</span>84</i></span></span></span>, deja flotando entre los ojos una especie de bruma
compuesta de muchas pequeñas (no menores) preguntas. pero entre ellas, o quizá
configurada por todas ellas hay una sola que se queda emanando una luz tenue
pero incansable –como la que se dice emana del cráneo de un unicornio– una vez
que se ha dado vuelta a la última página. ¿he creado el mundo que quiero? </span></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">lejos de
los posibles alcances milenaristas, ecologistas o humanitarios que pudiera
hacer interactuar esta interrogante, la realidad es que la pregunta pega muy
cerca de casa. no se trata de un mundo extendido al que apela la pregunta, sino
a ese mundo muy íntimo que se hace uno al pasar del tiempo, la suma de años,
mucho esfuerzo, algunos sólidos recuerdos entre una bien ejercitada capacidad
de olvido y generalmente, una buena dosis de sufrimiento. ese entorno cotidiano
en el que se vive hecho de costumbres y hábitos a veces ya deshabitados;
acciones idiosincráticas todavía distanciables de la sola necedad; pequeños e
inconfesados placeres; diálogos que, por complicidad, a veces precisan ya no
ser emitidos; convivencias precisas, acaso demasiado breves y esporádicas;
actitudes predispuestas –aun si enlazadas por un ansia todavía infantil por
aprender algo, lo que sea, que quepa dentro del espacio que de vez en cuando
habita la sorpresa para iluminar un día que ya nunca podría haber sido otro; y una
creciente lista de responsabilidades cumplidas por la tenacidad de un ejercicio
de disciplina acuñado con la certeza de que sí hay algo que puede hacerse para
seguir adelante, con mayor o menor entusiasmo, pero flotando de infalibilidad.</span></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">ese mundo individual,
selectivo, diseñado, privado <i>de</i> y
abrigado <i>por</i>, es el que despliega
murakami en un juego de estados y ‘lugares’ de conciencia. ese mundo es el que
nos hace recuperar de entre sus/nuestras propias murallas construidas para
observarle desde arriba y decidir si la cartografía en la que nos hemos
colocado es la que queremos habitar.</span></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">hace un par
de semanas me encontré con una obra de francisco tropa en la exposición <i>el instinto olvidado</i> curada por el
fundador de la galerie jocelyn wolff (parís); que la galería labor recibió como
primera parte de un intercambio de moradas. la ‘escultura’ de tropa
(posiblemente mejor definida como una instalación y sin embargo, por alguna razón
insisto en recuperar su apuesta corporal-formal de origen más tradicionalista),
<i>quad,</i> es también la huella de un
proceso definido por el artista a ser ejecutado cada vez que se monta para
exhibición la pieza. cuatro cubos de concreto sobre una plataforma de madera
pintada de negro mate descansan en sitios predeterminados entre granos de
arena. el curador me platicaba que la pieza inicia con los cuatro cubos
formados en línea sobre una mitad de la plataforma siguiendo el sentido más
largo de su extensión. así, uno a uno se van ‘rodando’ una, dos y tres veces,
variando su dirección y cantidad de alejamiento de su posición original. en
cada uno de estos movimientos, se debe esparcir sobre ellos arena, de tal forma
que sus estado o estadías de pasaje queden marcados en la plataforma como
contornos granulados pero precisos por acumulación ante la intransigencia de
sus bordes cuando estáticos.</span></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigKZSwHnolpt6h4ab7EEOlETP-KG9exan8x5c9HNi_0OjGu-Ym-dNKiQ2-Jycoh1LmDw3SvM7c1o4WMnLoLPwuP9yFaGWwekMMhIDZdwEc-O167qIjsQ2j0ho5nsgSMRuqFx9tBMHU6zOy/s1600/_MG_7830.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">sobre la
plataforma que resta casi a nivel de piso, se ve entonces el final del proceso
que creó la obra <i>in situ</i>, permitiendo
al espectador formar parte de una temporalidad que no hubo de cierto compartido,
pero que puede recrear en retrospectiva adivinando en reverso los movimientos
de cada uno de los pesados, aun si relativamente pequeños, cubos colados de
concreto blanco.</span></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">frente a
ella, los restos de lo habitable son tan evidentes como los momentos de los
grandes cambios; esos que hacen o deshacen una vida. como una especie de
condensado tablero de ajedrez, con escasas pero fundacionales posibilidades de
movimiento, los cuerpos cúbicos señalan por oposición los lugares que antes
tuvieron a un lado de esos otros que pudieron haber tenido; de haber destinando
otra tirada de dados, otro camino y fortuna, otro despliegue espacial y estético.
dejan imaginar las otras posibles combinaciones, variables pero finitas,
conforme afirman con la certeza de lo pasado, de lo ‘ya jugado’, el recorrer
efectivo del peso de sus cuerpos en el esfuerzo y precisión implicada en cada
movimiento.</span></span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigKZSwHnolpt6h4ab7EEOlETP-KG9exan8x5c9HNi_0OjGu-Ym-dNKiQ2-Jycoh1LmDw3SvM7c1o4WMnLoLPwuP9yFaGWwekMMhIDZdwEc-O167qIjsQ2j0ho5nsgSMRuqFx9tBMHU6zOy/s1600/_MG_7830.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigKZSwHnolpt6h4ab7EEOlETP-KG9exan8x5c9HNi_0OjGu-Ym-dNKiQ2-Jycoh1LmDw3SvM7c1o4WMnLoLPwuP9yFaGWwekMMhIDZdwEc-O167qIjsQ2j0ho5nsgSMRuqFx9tBMHU6zOy/s320/_MG_7830.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"> </span></span></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">la claridad
de vista por decisión, enlazamiento y tiempo que ofrece esa plataforma como
escenario de procesos de habitabilidad y condiciones de movilidad, deja ver,
como al final del libro de murakami, lo que hemos construido con lo que tenemos
y lo que hemos perdido. dependiendo de cuanto y cómo queramos o podamos sopesar
lo perdido ante lo ganado, lo liberado o lo descubierto, es que encontraremos
mayor claridad en los bordes de una u otra posición-en-trayecto de cada uno de
los cuatro cuerpos. <i>como si </i>fueran
oportunidades decisivas o etapas centrales en el andar de una vida, los
espacios recorridos, dejados, marcados o ignorados por los cubos confiesan (no
sin un pudor sumamente seductor) el estado exacto de su estar. sin juicios, sin
justificaciones, sin acompañamientos ni explicaciones sucintas o superfluas, el
pasaje que sus cuerpos han dejado en huella sugiere las razones de su actual
ubicación. <i>como si </i>sugiriéndonos que,
si tenemos la lucidez y honestidad necesaria para observarlo en la desplegable
visibilidad que depara la luz del día, podremos trazar el mapa de nuestro
propio andar, aun cuando parecíamos caminar entre pozos abatidos de oscuridad y
sombras colgadas de olvido; aun cuando exhaustos, con el agua al cuello, el
cuerpo expuesto y la voz enmudecida. la obra de tropa nos confirma con elegante
y brutal sencillez que el mapa de lo que hemos construido por mundo puede
darnos respuestas si nos atrevemos a hacerle verdaderas preguntas.</span></span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRSQLCZW-kxfOo7eZv7nzU28GW3ToTVQHFT4V3YjeetkGxCtbTLr4MF2xyKCV1qWJ8P1MDoCcGIvp4sCcEt7E-holBfRmA_laAw5vWCGj7RQTeXOvgr5y90qmNhAKPf242aPJ5l1xTMsSc/s1600/_MG_7854.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRSQLCZW-kxfOo7eZv7nzU28GW3ToTVQHFT4V3YjeetkGxCtbTLr4MF2xyKCV1qWJ8P1MDoCcGIvp4sCcEt7E-holBfRmA_laAw5vWCGj7RQTeXOvgr5y90qmNhAKPf242aPJ5l1xTMsSc/s400/_MG_7854.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="color: #666666; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"> </span></span></span></div>
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Helvetica;">im<span style="font-size: x-small;">á</span>genes:
francisco tropa. <i>quad</i>. 2008 | cortesía
de galerie jocelyn wolff y labor</span></span></span><br />
<br />
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Helvetica;">*<span style="font-size: x-small;">dos </span>reseñas de <i>l'instinct oublié</i> <span style="font-size: x-small;">se publicarán <span style="font-size: x-small;">pro<span style="font-size: x-small;">ximamente dentro de mis <span style="font-size: x-small;">recomendaci<span style="font-size: x-small;">ones <span style="font-size: x-small;">en</span></span></span> 'critic's picks' <span style="font-size: x-small;">de</span> artforum.com<span style="font-size: x-small;">, así como en la revista </span></span></span></span></span></span></span><span style="color: #666666;"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Helvetica;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"><i>animal </i></span></span></span></span></span></span></span><span style="color: #666666;"><span style="font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Helvetica;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;">de grupo habita </span></span></span></span></span></span></span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgebFSinYjbwX0yUf39U3atRuRbdqbOrBSI9_76P15A-CunFBmNtvv7h7wCNHEseS2wTgdcMuPWj2gj872jQeC82Kd_QrcSyyg6weDhT0M2kSNqnP9yu_qrFSMmo1Q53P2qETQN6j9_k_PZ/s1600/Screen+shot+2013-01-30+at+2.11.07+PM.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;">
</span></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-46889243793919275362013-01-16T18:01:00.000-08:002013-01-22T14:28:35.743-08:00Sobre la discapacidad, la hospitalidad y sus distancias<span style="color: #666666;">
</span><style>
<!--
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</style><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">En este punto, en esta fecha, </span></i></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">debes renunciar a guardar, y a resguardarte, a
mirarte. </span></i></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">Renuncia a todo, renuncia a todos los miramientos </span></i></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">que habitualmente reservas para lo que te protege. </span></i></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">Olvida todo lo que te cuida y te mira, sí, baja la
guardia, </span></i></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">deshazte de las armas del discurso,</span></i></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no
repares más las palabras con las palabras</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">…</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt; text-align: right;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;">J. Derrida<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[1]</span></span></a></span></span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 400.5pt;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 6.0in;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 6.0in;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">En uno
de los ensayos posiblemente menos atendidos de Theodor W. Adorno llamado
“Signos de puntuación”, el teórico afirmaba lo siguiente sobre la utilización de
las comillas:</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 6.0in;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Las
comillas no se deben usar más que cuando se transcribe algo al citar, a lo sumo
cuando el texto quiere distanciarse de una palabra a la que se refiere. Como
recurso irónico han de rechazarse. Pues dispensan al escritor de aquel espíritu
cuya reivindicación es inalienablemente inherente a la ironía y pecan contra su
propio concepto al apartarse del asunto y presentar como predeterminado un
juicio sobre éste. […] La indiferencia hacia la expresión lingüística que
revela la entrega mecánica de la intención al cliché tipográfico [esto es, en
el reiterado uso de comillas irónicas] despierta la sospecha de que se ha
frenado precisamente la dialéctica que constituye el contenido de la teoría y
de que el objeto se subsume a ésta desde arriba, sin negociación. Cuando hay
algo que decir, la indiferencia hacia la forma literaria indica siempre
dogmatización del contenido. Su gesto gráfico es la ciega sentencia de las
comillas irónicas</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[2]</span></span></a></span></span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Probablemente parezca redundante aunque necesario, señalar el
doble uso de las comillas que denotan con insistencia ese distanciamiento,
dudas y sentencias de las que escribiera Adorno no sin evidente molestia, en el
título que brinda albergue a las propuestas reflexivas convocadas en este
coloquio (y me permito abrir un tercer par de comillas para citarle): “</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">De
cómo la ‘discapacidad’ entrecomilla a la ‘normalidad’”. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Probablemente Adorno estaría furioso de
encontrarse con un título que no solo reúne sino que parece retar por partida
doble sus interrogaciones en relación al recurso en recurrencia del
entrecomillado. Pero, a pesar de la desconfianza que Adorno declara en su
ensayo ante aquellos que deciden seguir ciegamente las reglas de puntuación –en
lugar de pensar con detenimiento cada uno de los signos inscritos en su
escritura, dejando suspendidos algunos de ellos con la intención de hacerles
vibrar e insuflar el sentido particular que llama su presencia inserta– es muy
probable que el pensador alemán estuviera de acuerdo en que, en este caso, se
aplicara alguna de esas reglas de puntuación –aquella que prohibiera el uso
duplicado de comillas en un título.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Sin embargo, siendo un título que deriva
de una institución académica que funda la razón genealógica, topográfica y
tipográfica de su nombre propio en el decisivo emplazamiento de una ‘coma’ (,)
–17, Instituto de Estudios Críticos– resulta no sólo obligado sino apremiante
detenerse ante el doblemente entrecomillado título que nos envuelve (y separa)
hoy aquí. Habría que preguntarse por los sentidos que puntean, puntualizan y
punzan las distancias que evidencia el uso de un mismo signo de puntuación al
enfrentamiento de dos palabras que aparentarían señalarse como opuestos
paralelos, es decir, realidades acotadas una por la otra pero que, para
sostenerse ‘dentro’ de sus cualidades definitorias, precisan no tocarse sino
solamente mantenerse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a un lado</i>, a
distancia y en la mira de lo que funda y funde una a la otra, una en la otra,
una sin la otra: normalidad y discapacidad.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Sigamos entonces al recalcar que el
título de este coloquio no sólo decide emplear por duplicado el tan
cuestionable uso de las comillas irónicas (a decir de Adorno), sino que entre
ellas distiende en verbo su ser signo. Al usar así el infinitivo al que dan pie
estas dobles pestañas (¿o fuera mejor decir, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al que ‘dan hombros’? –suponiendo que las comillas fundan su
presencia como una suerte de soporte esquinero para que aquello entrecomillado
pueda cargar sobre sí el peso de la duda que señala y ostenta), el título
escrito no sólo se propone inscribir en el lector un mensaje que habría de
estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">por venir</i> –entretanto se
mantiene sostenido, suspendido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i> las
comillas– sino que hace que la mente, la mirada y el tiempo del cuerpo tengan
que deletrear su nombre confeso y convulso de acción contenida. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">“</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">De
cómo la ‘discapacidad’ <i style="mso-bidi-font-style: normal;">e-n-t-r-e-c-o-m-i-ll-a</i>
a la ‘normalidad’” (mis cursivas); haciendo actuar en un mismo tiempo y
contiguo espacio un par de signos, significantes y significados, que se señalan
a sí mismos como ejecutantes de algo que supone haber sido ya denunciado. En el
título que nos ocupa, se afirma el entrecomillado en el entrecomillar haciendo
que aquello que las comillas usualmente inscriben como anticipo de lo que ha de
venir pronto a posarse sobre la palabra que desde sus esquinas superiores sostendrá,
se mantenga ya siempre viniendo, no dejando de venir.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn3" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[3]</span></span></a>
</span>Partimos pues de una afirmación en acción no sólo comprobada, denunciada en la
escritura de su propia inscripción, sino condenada a exponer su actuar desnudo
al tiempo que está sucediendo. Este título hace evidente su denuncia
denunciando en gesto y en acto lo que llama, lo que hace venir. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Hoy, ahora, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">desde aquí </i>y<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> hacia allá</i>.
Esa forma de estar que detenta para una la otra palabra entrecomillada desde su
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">aquí</i>, deja constancia de que partimos
del supuesto que afirma imposible concebir un lugar compartido a la estancia de
cada una de estas palabras/lugares/condiciones doblemente resaltadas: el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">aquí</i> de la ‘normalidad’ destina el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">allá</i> de la ‘discapacidad’. Pero en la
sentencia tripartita de las dobles comillas y el verbo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entrecomillar</i> de actuar expuesto, está haciéndose visible por
sobreexposición el suceder revuelto de su propio enfrentamiento; de tal forma
que el título contiene en sí mismo el reverso de su asignación primera: potenciando
pensar el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">aquí </i>de la ‘discapacidad’
ante, hacia, desde, a distancia, en cercanía, del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">allá</i> de la ‘normalidad’.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Vemos pues que en el título de este XIV
coloquio se dispone ya con todas sus letras, signos y suposiciones, la batalla
que frente a nuestros ojos se juegan, no sólo las lecturas múltiples de hendida
sustancia en significación que suponen, conllevan y disponen las palabras como
condiciones entrecomilladas –normalidad/discapacidad–, sino la propia batalla
de la grafía que hace por decir la distinción que debiera adjudicar sin reparos
su presencia; cuando, evidenciada por partida doble, triple, no sólo no ejecuta
la jactancia que anima su germen por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">colocarse
a distancia</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en diferencia </i>de
aquello entre lo que se entrecomilla, sino que despliega burdamente sus intenciones,
pretensiones y estrategias, dejándose por completo expuesta para ser
interrogada con la misma incidente insistencia con la que, ante nosotros ya se <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>-capacita ese gesto gráfico, ciertamente
ciego ante su propia sentencia (y al hacerlo, afortunadamente también hace las
pases<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>con Adorno).</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Sobre
la discapacidad como estancia hospedada y su estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a distancia</i> </span></b></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Siguiendo entonces aquella intención más
o menos aceptable del entrecomillar desde la mirada de Adorno, pensemos en la
discapacidad –con, sin o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">después</i> de
las comillas– como una nominación que demarca una existencia que está destinada
a habitarse en otro lugar. Por lo regular, se busca definir por contraposición lo
que se entiende hoy y se ha querido definir en ‘discapacidad’ como un existir
cuyas condiciones se fincan en (dis)función en relación con un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otro</i> estar del que, en menoscabo,
difiere. Sucede pues desde el encuentro en señalamiento del nombre, que la
discapacidad parte germinalmente de una batalla por oposición de antemano
perdida; quedando en su lugar una condición nombrada en tregua desde el lugar
de la ‘normalidad’ que, a su vez, sin definirse bien a bien, se supone que
alberga esa forma de estar que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no carece
de,</i> ni<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> sufre por,</i> toda esa otra
interminable cantidad de fallas y dolencias que acompañan las razones entre las
que se justifica el genérico apelativo que nombra a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">discapacidad</i>. Pero, ¿qué sucederá si en lugar de seguir pensando en
la discapacidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">por oposición</i> a la
normalidad, tratamos de entender su existencia como un estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a distancia de</i>? ¿No será redituable
repensar esa dicotomía que destina en falla su carencia, para obligarnos a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">recorrer</i> ese pasaje que se da por
tendido e infranqueable<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> <u>entre</u></i>
una condición y otra? </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Para intentarlo y situarnos en
disposición de recorrido, habría que obligar una primer pregunta que aun
mantiene el lastre de su condición-opuesta: ¿la discapacidad está situada a
distancia de qué? ; ¿cuál(es) sería(n) esa(s) normalidad(es) que pueden jactar
su existencia como modelo regidor para decir, definir y destinar el
ordenamiento de su(s) distanciamiento(s) ante lo que ha perdido su ‘capacidad
de’?; ¿de qué se compone y cómo se estructura ese espacio tendido y desplazado
que separará <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ya para siempre</i> un
cuerpo perdido de su ser-capaz, de ese otro que lo es, que lo fue, incluso
cuando ha sido él mismo antes de perder su estar-en-cercanía en medio de esa
bruma indiferenciada y tranquilizante que hacemos por suponer y respirar como ‘<i style="mso-bidi-font-style: normal;">la</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">normalidad’</i>?</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Sin embargo, no será el cometido de este
ensayo atender el tan cuestionable apelativo que designa ‘lo normal’ o ‘la
normalidad’, aun cuando ciertamente se afirma en conciencia de la casi inesquivable
comparativa que ejecuta la selección médica, social, política, familiar, corporal,
entre lo que se califica como normalidad o, en su defecto y en diversos grados,
como discapacidad. Intentaremos en cambio, pensar la discapacidad como una
condición en cuyo nombrar se ejecuta ya de manera íntima y aparentemente sutil
(acaso incluso se ha querido imaginar invisible), pensar ese primer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">distanciamiento</i> que nombra en memoria y
presencia la existencia de una condición ‘mejor’ –a veces previa, casi todavía
cercana; o bien, perdida de posesión desde el origen.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">El ser-en-distanciamiento que llama recubre
su nombre con el aplastante sobrenombre que trae consigo la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">discapacidad</i>, acontece, infinitamente,
inscribiendo la conciencia de una existencia separada, ya de suyo rendida, ante
el supuesto que (de no habernos perdido) albergaría nuestro ser ‘en plenitud de
su(s) capacidad(es)’. Tal es así que el prefijo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i> que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">irrumpe en</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">rompe con</i> esa condición previa,
originaria, normal (ahora ‘ideal’) –esas tres letras que anticipan lo que se ha
perdido– no sólo contraponen esta nueva, otra y ‘menor’ estancia-en-capacidad,
sino que visible, legible, escribible y corporalmente la colocan y mantienen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a distancia</i>.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Entre las lecturas etimológicas que
disponen el prefijo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">di</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i> suele aceptarse su enunciar como
estar o estado ‘en oposición a’; ciertamente en el caso presente, esta lectura
convendría en coherencia si se quisiera seguir configurando la ironización que
hace latente el título del coloquio enfrentando el dar-por-hecho que declaran
sus disposiciones. Sin embargo, pueda sernos de mayor utilidad hacer venir el
prefijo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i> desde su origen griego conforme
señala la aparición de un mal cuya imposición anuncia por anticipo el reverso o
estado dañado de una condición orgánica, fisiológica o </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">bioquímica.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn4" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[4]</span></span></a></span>
Ese ‘mal’ que hace venir el prefijo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>
y que le hace aparecer con gran recurrencia entre los términos médicos
destinados a diagnosticar patologías de muy diversos orígenes y gravedad,
sucede en el caso preciso que (d)enuncia la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">discapacidad</i>
como una infortunada y muy extendida lejanía injerta. Siendo que su nombrar
inscribe aquello de lo que se carece: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">capacidad</i>
(en toda la amplitud de invocaciones que puedan imaginarse para decir sus
bienes perdidos o acontecidos por mal: disnea, dislexia, disfasia, displasia,
discrasia, disosmia, dismnesia, etc.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn5" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[5]</span></span></a></span>).
El preámbulo que dibuja la enunciación de esas tres letras –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>– es y acontece con la suficiente
fuerza sobre el resto de su debilidad, para asirse de aquello de lo que se
aleja, manteniendo su corporeidad visual y sonora sobre una relación perdida, aun
si sostenida-en-reliquia y comprobación de aquella ‘ciega sentencia’ de la que
escribiera<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Adorno para denunciar el
estado en tensión del entrecomillar.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"></span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Es así que la discapacidad no señala la
carencia total y/o irreversible de aquella determinada capacidad a la que se
dirige cuando sentencia, sino que reitera la urgencia de una relación de
coexistencia necesaria –más o menos urgente, a veces ciertamente vital– entre
lo que se está perdiendo, se ha perdido, y lo que en su nombre sigue llamando
hacia sí; cargando si es preciso, con el tono irónico que infieren un par de
comillas para sostener en suspensión el tiempo que dista entre lo que se juega al
devenir cotidiano una existencia <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>-capaz.
Su nombrar mantiene presente un enlazamiento que –para no dejar por completo de
existir– impide su total ausencia, exigiendo la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">restancia</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn6" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[6]</span></span></a></span> inscrita de
su ‘capacidad’ como memoria, registro, huella o resto de aquello que el cuerpo
carece existiendo en conciencia –muchas veces tortuosa– de ello. Ese binomio
nombrado parece inscribirse para sostener –si al menos en el llamar del nombre–
una relación posible, imaginable, recordada, tendida más allá de la condición presente
y propia. Existe no sólo para recalcar un determinado estar-en-desheredo, sino
que hace durar, contra todo (tiempo, condición, diagnosis) una relación que, a
pesar de todo (tiempo, condición, diagnosis) se sostiene cuando radica en el
pensar de sí como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">restancia</i> hospedada;
inscripción que conlleva en latencia una condición siempre, todavía, hospedable.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Sobre
la discapacidad como extranjería | ser <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en
distanciamiento</i> </span></b></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Discurrir pues sobre un estar-en-discapacidad
participa, como hemos entrevisto, de ciertos supuestos. Se habla o presupone
una condición inscrita y frecuentemente irreversible más no necesariamente
mortal; se destina como marca o gesto, usualmente visible, sobre el cuerpo que
soporta su consigna; se coloca en diferencia de una condición incompartible con
ese ‘afuera’(de sí) que goza y sostiene los privilegios de una invisible e
insonora normalidad (recordemos que </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Georges Canguilhem </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">destinaba
la salud como el silencio del cuerpo y la enfermedad como su rumor);<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn7" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[7]</span></span></a></span>
se infiere como algo permanente y en resignación aceptado que ha de tratarse
con la mayor ‘normalidad’ posible, como si no fuera necesariamente evidente; se
envidia sólo cuando se buscan lugares de estacionamiento y se encuentran,
muchas veces vacíos, los espacios reservados para los discapacitados. (¿Será
que, confirmando mi suposición del estar-a-distancia en el que se nos coloca <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en discapacidad</i>, sea el cuerpo mismo el
que se retrae cuando la ‘normalidad’ le tiende un gesto hospitalario por
acercarlo a un edificio de oficinas, a un cine, a un complejo comercial…? ¿Será
incluso preferible no ir, no salir, no exponerse de más o de nuevo o por
primera y última vez ante el espectáculo ficticio por abundancia de
posibilidades ya inalcanzables en que se ha convertido la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">normalidad discapaz</i>?) </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Es peligroso lanzar en letanía estos
supuestos como afirmaciones comunes, cuando, sin embargo, lo son. Es peligroso
porque retaría una cierta y mínima condición de respeto a distancia de lo
consignado como consignable (políticamente correcto). Es peligroso porque tiende
a (a)cercar generalidades que afirman, o debiéramos decir ‘entrecomillan’,
conforme dejan fuera. Es peligroso porque no toda discapacidad es visible,
evidente, medible, nombrable o incluso comprobable. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Pero es también necesario. Necesario
porque ejerce una obligación hacia quien de (in)visibildad permea su condición,
destinando su estar habitable como un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">existir
en distanciamiento</i>. Es necesario porque no es lo mismo asumir una condición
dispuesta<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> a distancia</i> (como los
criterios de la normalidad sitúan conforme alejan las condiciones de la
discapacidad), que adoptar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si </i>por
elección propia una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra</i> forma de
asumir su condición. Hablemos pues de un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">existir</i>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">en distanciamiento</i>, suponiendo en
ello el ejercicio de una voluntad no impuesta más allá de una categoría que
para localizarle se apuesta como centro y referente, con ello condenándole a
una residir en una suerte de habitabilidad periférica. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Es necesario, para saber que no todas
aquellas lecturas en definición de cada des(c)ierta forma de discapacidad
consideran o han considerado esa significativa y usualmente imperceptible variante
que se tiende y cimbra –en la profundidad insondable de una grieta fundacional–
la variante diferencial que condensa los rasgos (quizá incluso difícilmente
perceptibles, situables) que reclaman en singularidad el estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en distanciamiento</i> del estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a distancia</i>.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Recorrer esta variación de sentido,
intención y capacidad hospitalaria que otorga cuerpo, espacio, tiempo y
disposición entre un estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a distancia</i>
y un estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en distanciamiento</i>, alberga
la forma en que encuentro la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">capacidad</i>
para reflexionar sobre su relación más allá de la definición-en-falla con que
las ‘enlaza’ su estar-por-oposición. Recurso necesario, urgente, para poder pensar
en (y desde) ese <i style="mso-bidi-font-style: normal;">estar en discapacidad</i>
que no necesariamente es visible o evidente al otro. Resulte entonces necesario
traer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">aquí</i> desde su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">allá</i>, el horizonte como figura
metafórica y filosófica para ayudarnos a comprender el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver venir</i> de la discapacidad cuando pervive de su escondida
apariencia y sucede más allá del cuerpo que la padece vestida de invisibilidad.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Si consideramos con Jacques Derrida que el acontecer de la
hospitalidad no sucede sino cuando participa de una imprevisibilidad absoluta;
es decir, cuando el que recibirá no sabe que espera ni lo que espera; la
hospitalidad como acontecimiento sólo puede tener y dar lugar cuando no se
participa de esa posibilidad del ver-venir. Ese <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver venir</i> que, en el caso que nos ocupa, trae consigo el mal, el
daño que habrá de injertarse e incorporarse a la existencia. Esa existencia antes
sin falla, sin haber sabido avistar, anticipar, el riesgo de perder su silenciosa
normalidad; esa condición de existencia-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">antes</i>
sin nombre prefijado; ese cuerpo que aun ignoraba que habría de cargar consigo
esas tres letras que hacen el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>
para deshacer la norma. Sin embargo, advierte Derrida, es justamente la figura
–usualmente expectante de ilusión– hacia la que se tiende la mirada y el cuerpo
en intención de horizonte, que puede presentarse como una especie de pantalla,
escenario o telón para el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver-venir</i>,
cancelando con ello la posibilidad de hospitalidad genuina en el cuerpo de
aquel que (ahora lo sabe), espera el arribo de una nueva forma de habitarse.<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn8" name="_ftnref" style="mso-footnote-id: ftn;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;">[8]</span></span></a></span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Cuando nos enfrentamos a ciertas formas de la discapacidad
que no tienen faz o evidencia visible del cuerpo hacia afuera, nos enfrentamos
a una relación distinta con el pensar del horizonte y por ende, con las
posibilidades sobre las que puede seguir existiendo ese cuerpo visitado,
avistado por el mal de una condición imprevista. Y si a esta invisible discapacidad,
sumamos la llegada subrepticia de la nueva condición –aun en aquellos casos en
los que el médico tratante hubo avisado sobre la posibilidad de llegada de tal
estar-en-falla antes incluso de poder reconocer su silueta en el horizonte– no será
suficiente mirar fijamente la pantalla que a partir de entonces se mantendrá en
(de)construcción de ese mismo horizonte contra el que habrá que diferenciar su
presencia. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Como si</i> queriendo preparar
el cuerpo y la mente a la condición perpetua que le ha sido diagnosticada en
comprobación ya casi encima como nueva realidad. Ese ‘aviso’ (usualmente
médico) que coloca al cuerpo en condición de espera-sentenciada de lo que a
partir de entonces ha de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver venir</i> envuelto
en el impreciso y estoico halo de una determinada discapacidad, no des-habilita
su potencial o resguardo ante aquello que le ha de caer, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">le está ya cayendo</i> encima (como elabora Derrida para explicar el
ser del acontecimiento absoluto, no-esperado<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn9" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[9]</span></span></a></span>).
</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Pues resulta imposible negar el acontecer al lugar de llegada
(que es el propio cuerpo) aun cuando a toda costa se quiera evadir al huésped
que nos convertirá en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otro</i>, ese preconizado
estar hasta entonces extranjero que nos convertirá en discapacitados; aun <i style="mso-bidi-font-style: normal;">viéndole-venir</i> es imposible estar
‘preparados’ y dispuestos al encuentro de su indefinida estancia de inimaginable
intensidad. Sucede que, a pesar de distinguir y anticipar esa llegada de
infortunado por-venir cuya crónica está ya anunciada<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn10" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[10]</span></span></a></span>,
resulta física, emocional y mentalmente imposible prepararse para una
existencia en cuerpo ya y para siempre invadido. Parecería insoportable <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver venir</i> aquello que terminará por
convertirnos en extranjeros de nuestra propia vida. Y sin embargo, sucede
cuando se acompaña de un para siempre en vida. Por ello es que esta forma de la
discapacidad, la que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ve venir</i> y aun
así recibe en completa indefensión sobre sí el peso impredecible de lo que (de)
arriba le cae, nos ofrece una posibilidad de lectura sobre lo hospitalario que entre
sus diversas inmersiones sobre sus rasgos y gestos, Jacques Derrida no hubo
considerado. Hablo de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hospitalidad
consigo</i>, de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hospitalidad</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">para sí</i>. Esa hospitalidad sucediendo
dentro como ejercer del recibimiento, animada por el reconocimiento de la
posibilidad acercada (en cerco y más cerca) que ha de requerir desde entonces el
horizonte que portamos dentro para aprender, ahora, a vernos-venir, si acaso un
poco más encorvados, cansados de recorrer esa franja sin nombre en silente
alarido. Esa hospitalidad para sí que sedimenta sobre y desde las propias (dis)capacidades
de acogimiento como la que da (su) lugar (al nuestro) con incomparable elocuencia
en las reflexiones-en-cuerpo de Jean-Luc Nancy en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">L’intrus</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn11" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[11]</span></span></a></span></span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">¿Cómo es entonces que puede acontecer esta hospitalidad
radical en la que se convierte un cuerpo avistado sobre su propio horizonte
como una figura destinada en discapacidad crónica?</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">El cuerpo que recibe sobre sí a diario y en todo momento el reiterado
llegar de la discapacidad (asumiendo para denotar la presencia de tal
discapacidad crónica o reincidente los ‘efectos’ o formas de presencia tan
variados como se quiera), inexplicablemente, se encuentra nunca preparado,
nunca dispuesto, para recibirle. A pesar de la certeza comprobada de horas,
meses y años de incidencia recrudecida, el cuerpo deviene incapaz de destinar
su ser-anfitrión haciendo por tomar o asegurar las debidas precauciones que
calcularía aquel que espera la llegada de quien habrá de venir a invadirle. Siendo
así, el cuerpo que sobre el horizonte ha visto venir la discapacidad hacia sí
con la lentitud del descrédito y la velocidad de la realidad, se sitúa (aun a
pesar de sí) en esa condición imprevista e imprevisible –esa especie de estar-sin-aviso–
que Derrida presupone como condición innegociable para que pueda acontecer la
verdadera hospitalidad. Siempre desprevenido, el cuerpo en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dis</i>capacidad se mantiene así completamente expuesto a la llegada de
aquel <i style="mso-bidi-font-style: normal;">prefijo en falla</i> que trae
consigo esa condición de extranjería de la que busca escapar la ‘normalidad’;
extranjería en el propio cuerpo que, en el caso de las discapacidades crónicas,
por su condición de temporalidad enlazada al infinito, no dejará ya nunca de
venir.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Resulta entonces que, siguiendo la figura del horizonte de
acuerdo al devenir del acontecimiento contra la espera el cuerpo en
discapacidad, entabla una relación consigo que participa de ciertas
características de este observar(se) <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a
distancia</i>. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Recordemos que una de las figuras que fecundan los orígenes
de la teoría literaria estriba justamente en la posibilidad de generar en la
escritura ‘horizontes de expectativa’ (Wolfgang Iser entre otros, escribiría
puntualmente sobre el tema). Estos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">horizontes
de expectativa</i> dependen de una suerte de permanencia suspendida a la
distancia que sugiere la posibilidad de su (in)concretabilidad para mantener el
interés del lector y la vida-en-eterno-presente de la obra. Y si, como se ha
sugerido, el cuerpo en discapacidad habitado de su propia extranjería ha de
encontrar las formas de convivencia injerta que le permitan dar sentido al
proceso que hace por convertir su destinar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a
distancia</i> en una condición auto-elegida <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en
distanciamiento </i>(físico, teórico, semántico, fáctico) será comprensible e
incluso ‘redituable’ para la convivencia consigo, que ese distanciamiento
acontezca como una especie de antesala a la adopción del concepto, función y
potencialidades de los ‘horizontes de expectativa’.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Pensar la discapacidad como una condición en presente y
perpetuo distanciamiento no obliga a deducir de ello un estado en reclusión o
marginalidad (ya sea impuesto o asumido); sugiere en cambio, la posibilidad de
pensarla y ejercitarla –replicando el empuje incansable de su cronicidad– como
un movimiento necesario (y ciertamente efectivo aun en su aparente virtualidad)
para poder resistir el peso de la propia extranjería cuando sucede continuamente
en evidencia a diario y en toda hora. Hacerlo, requeriría pensar en la antifragilidad
propuesta por el analista financiero Nassim Nicholas Taleb<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn12" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[12]</span></span></a></span>,
es decir aquel estado dispuesto al infortunio que deviene de él desplazado, no
aniquilado. Desplazamiento que intenta pensar y reconsiderar la discapacidad de
nuevo situable <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en distanciamiento</i>
sobre un horizonte no comprobado ni eternamente comprobable en-falla, sino
situarle sobre y desde el distanciamiento que requieren y ofrecen aquellos horizontes
de expectativa que logra conjurar la escritura literaria. Poder hacerlo o
incluso apenas imaginarlo, potencia la condición dis-capaz en el pleno ejercer
de su estancia semántica conjunta. Desplazar así la imagen de ese ‘mal’ que nos
ha llegado, hacia (y no sólo como indefenso anhelo melancólica como un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">regreso a</i>) un lugar espaciado y espaciable,
permite revertir la temida certeza de su continua llegada en un espacio de
posibilidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">suspendido</i> aun y antes de
que su figura devenga visible en el horizonte. Es sostener lo impuesto como un
imaginario en distancia, situable en una estancia de alejamiento suficiente, aun
si contigua, para que sea nuestra mirada, pensamiento y condición
des-discapacitada la que decida y disponga su distanciamiento en horizonte y
desde <i style="mso-bidi-font-style: normal;">aquí</i> poder verla-ver en su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">allí</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn13" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[13]</span></span></a></span>
Hacerlo, recupera y ofrece al cuerpo dis-capacitado, una forma de resituar y
distinguir todavía, su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ser morada</i> antes,
durante y después de las muchas e incuestionables imposiciones de ese arribante
que ha llegado violentando por principio el germen de nuestra propia relación,
no sólo hacia nuestro interior, sino sobre el ejercer de nuestra relación con
la figura del horizonte, devolviéndole algo de su potencia metafórica y
esperanzada en el solo ejercicio del recuerdo de esa anticipación viva que,
frente a la incertidumbre de un futuro, despierta y mantiene dispuesto al
cuerpo de potencia inagotable como presente hospitalario. De ello depende que la
condición de lo que al cuerpo ha llegado sin aviso ni tregua, pueda ser
desplazada más allá de la desconfianza que suele acompañar la silueta en-cercanía
del extranjero.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">El riesgo de no intentar este hacer de la discapacidad
distanciamiento tendido en horizonte –riesgo enunciado de varias maneras y
estados de decantación por Nancy el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">L’intrus</i>,
comporta en secuela una batalla desigual y, como suelen ser las guerras,
incoherente, infructífera y dolorosa; incluso, fatal. Si bien Nancy hablaba de
su propia vivencia en lucha de coexistencia con el intruso que en todos niveles
de lectura (fisiológico, filosófico, teórico, metafísico) traía consigo un
corazón trasplantado al cuerpo-anfitrión; no tardaría mucho tiempo en darse
cuenta de que con ese injerto, la condición de relación de hospitalidad brindable
por el resto del cuerpo que era se había revertido, dejando así sin fuerzas y
sin plena conciencia de ello, el lugar del anfitrión al que debiera haber sido
tratado como huésped; convirtiendo en intruso, no ya a ese órgano latiendo de
origen desconocido, sino al resto del cuerpo propio, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como si</i> desalmado, deshabitado y sin rostro o credenciales
orgánicas de contundencia. Es por ello que ese insuperable ensayo de teorización
íntimista escrito por Jean-Luc Nancy devela con devastadora lucidez el
desgranar del proceso que de golpe y lentamente puede (e inclemente lo hace) ir
convirtiendo al propio cuerpo en el extranjero de sí mismo.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">¿Es posible,
entonces, la hospitalidad como ejercer de la discapacidad?</span></b></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Hace varios años me encontré inesperadamente con la obra de
Jens Kull (artista suizo radicado en México) quien exhibía por primera vez en
la Galería de Arte Mexicano. La obra entonces mostrada, en su mayoría discretos
e inquietantes videos en pequeño formato, se arraigó en mi memoria sin hacer
mucho ruido ni alarde de conciencia. Años después, seleccionando la obra para
una exposición que habría de curar bajo el título <i style="mso-bidi-font-style: normal;">des(c)ierto sentido</i> (Centro Nacional de las Artes, 2011), volvieron
a mi memoria sus videos y fue así como retomé los caminos que desde entonces
había seguido el trabajo de Kull. Entre su obra elegí una video-instalación que
incluí en aquella muestra y que, de nuevo, ahora y aquí, vuelve a la superficie
de mis recuerdos con la certeza de que su registro en mi interior se mantenía
aun esperando este <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otro </i>momento de
ser expuesto. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">La obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Presente imperfecto
(</i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Candara;">Vergangene
gegenwart) </span></i><span style="font-family: Candara;">2006,</span><span style="font-family: Candara;"> <span lang="ES-TRAD">es una instalación de video para
6 canales cuya estructura dispone en círculo un grupo de pedestales delgados de
altura cercana a los 130 cm sosteniendo pantallas de video en pequeño formato sugiriendo
con su emplazar estar ofreciendo ‘algo’ a la vista del espectador; su atinada disposición
cercana al cuerpo expectante e inclinada en ligera pendiente para salvar los
brillos de las luces entorno y llegar directo a los ojos, llaman al cuerpo en
una petición de cercana intimidad. </span></span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Sin embargo, lo que sucede cuando el espectador se acerca a ver
alguna de esas pantallas, aparece en ella su espalda siendo filmada. Confundido,
el espectador suele dirigirse a la siguiente pantalla con la extraña ilusión de
ver, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra </i>imagen, o al menos (si habría
de mantenerse la autorreferencialidad dirigida por el artista) ver su rostro proyectado
en alguna de las pantallas; pero en el siguiente monitor vuelve a suceder lo
mismo: la espalda del espectador se muestra como sujeto y motivo central de la
toma. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Más o menos tiempo pasaba hasta que el espectador daba cuenta
de que ahí dentro de ese inofensivo círculo de pequeñas pantallas se estaba
inmerso en un circuito cerrado de imágenes digitales alimentado por pequeñas
cámaras colocadas debajo de cada pantalla. De tal manera que ahí dentro una
cámara siempre filma ‘de espaldas’ al espectador y, en contrapunto, la pantalla
contraria a la cámara que le filma se activa recibiendo esa imagen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dada</i>, cuyo don imprevisto, hace
acontecer en potencia y exponencia el sentido del dar. [Por ello el título de
la obra en concreción del modo verbal del tiempo que dicta el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">presente imperfecto</i>.] Así, con el
redireccionamiento preciso del cableado, cada vez que el espectador se acercaba
a una de las pantallas, aquella que por colocación estaba situada enfrente o ‘detrás’
del cuerpo de quien buscara su imagen dentro del radio que configuraba la obra,
proyectaba por vista su espalda filmada en tiempo sucediendo por una minúscula
cámara que pasa casi desapercibida. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">La experiencia que este sencillo ‘trucaje’ electrónico/digital
permitía –la posibilidad de verse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar la espalda</i>–
pudiera parecer banal. Sin embargo, con un poco de paciencia y reiteración del
gesto, resultaba evidente que no sólo se estaba uno viendo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de espaldas</i>, sino que de manera literal y efectivamente corporal,
lo que sucede con cada movimiento del cuerpo insistente en busca de una nueva
imagen es que en esa obra, reiteradamente, uno se <i style="mso-bidi-font-style: normal;">da</i> la espalda a sí mismo. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Una y otra y otra vez sucede entre el espectador y la obra
esta extraña entrega del cuerpo suyo, desconocido; impidiendo el rostro como
imagen esperable, dando en cambio al cuerpo la espalda, su espalda. Por
sencillo que fuera el mecanismo y poco el tiempo requerido para anticipar su
devenir, lo que hace acontecer la obra de Jens Kull es una confesión de
existencia profundamente silenciada: nuestra imposibilidad de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">vernos dándonos</i> la espalda (sabiendo
dentro que, con mucho mayor frecuencia de la que nos gustaría admitir, lo
hacemos). Condición en enunciación evidenciada que refiere no sólo a la
imposibilidad anatómica de hacerlo, sino a la condición en reconocimiento de
una discapacidad esencial y extendida (aun si pocas veces asumida y cuestionada).
Pues pensarse a sí <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dándose la espalda</i>
implica reconocer que se carece de o se ha decidido cancelar el impulso mismo
que daría lugar a la hospitalidad primera; esa hospitalidad que resulta con frecuencia,
última en consideración y en acción, o incluso, perennemente negada; esa
hospitalidad del ser hacia sí mismo sobre la que han venido rondando estas
letras.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Al evidenciar la innegable condición de causa y efecto en que
deviene el direccionamiento de nuestra mirada y atención cuando se destina
fuera de sí, el cuerpo filmado y proyectado en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Presente imperfecto</i>, aparentemente obligaba por decisión a la
desatención de su propia estancia. Afirmación en descuido de su propia espalda,
como si para ver más allá de sí, ponerse en riesgo supusiera ser una condición
incuestionable. Sin embargo, lo que termina haciendo el cuerpo que interactúa con
el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Presente imperfecto</i> de Kull es
‘cuidarse las espaldas’ (como suele decirse en una extraña pluralización
corpórea que en otro momento habrá de atenderse con mayor cuidado); haciendo de
la llegada imprevista de su propio ser retenido del impulso por restar a
distancia, condición entregada en prenda; como si le hubiera sido entregado el
más valioso presente: aquello de sí que aun cuando le soporta y sostiene
erguido, por entero desconoce. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Pensar el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Presente
imperfecto</i> como un estado de atención ciclado en salvaguarda de lo que
suele darse por entregado o por perdido –la propia espalda– permite constatar
que, a pesar de nuestros más insistentes empeños por escapar de nuestro cuerpo
en o sin imagen, resulta imposible ignorar la doble función que se juega sobre ese
horizonte propio que solemos ignorar, si tan solo por no poder vernos la espalda
como flanco a resguardo de indiferencia, en cuya disposición portamos la causa
y condición de nuestra (im)posibilidad de darnos en hospitalidad. Lo que esa
obra obliga y otorga: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">vernos venir</i>
dándonos la espalda –llamando en cuerpo y en voz al sentido del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar</i> derridiano<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn14" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span>[14]</span></span></a></span>–
acude en resonancia con los temas que originariamente nos convocaron. De tal
caso que, si la ‘normalidad’ supone no vernos jamás desde o por la espalda,
sino recibirnos y recibir al otro en la afabilidad de la mirada, la voz y al
alcance de la mano; <i style="mso-bidi-font-style: normal;">darnos la espalda</i>
se anuncia como un gesto aun desatendido en el que, a pesar de todo </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">(tiempo,
condición, diagnosis) </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">puede radicar el germen que nos ayude a re-conocer (en el
sentido del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar lugar a</i>) la
discapacidad y su reverso. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Creyendo que es posible <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar</i>
la espalda –no para ignorar, silenciar o enceguecer el reconocimiento de
nuestra propia condición en discapacidad– sino para sostener en hombros (como
entre comillas) las distancias que su inscripción –como si en presente imperfecto–
nos obligaría a tender. Reconocer el portar y el portal que supone una espalda <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dada</i> es renunciar a la extranjería que
injertan en el cuerpo los efectos y temporalidades expuestas que trae consigo
(trae a sí, cargado a la espalda) la discapacidad.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">“Tener una espalda significa dominar las circunstancias,
estar de pie ante los acontecimientos que constituyen una vida. El extranjero
es aquel, o aquella, que ya no tiene espalda, que encaja la humillación, la
destitución, es quien se ha vencido, casi a ras de tierra, sin recursos y sin
defensa. La tristeza en suma.”<span style="font-size: xx-small;"><span class="MsoFootnoteReference"> <a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn15" name="_ftnref" title=""><span>[15]</span></a></span></span>
(Sos)tener una espalda que a pesar de la discapacidad resiste y en su ser
residual se entrega sin recursos y sin defensa, como gesto absuelto de tiempo
acumulado en ese irrefrenable <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver venir</i>
del daño, será lo que logre recorrer, llevar consigo, el impulso de protección
en sobrevivencia como ser <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en
distanciamiento</i> hacia el dar incondicionado de la hospitalidad iniciando y
destinado al cuerpo consigo. </span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;">Quizá, solo así será que la extranjera que soy cuando por
dolor me destino de espaldas incapaz y vencida al destierro que entonces
permito nombrarme por oposición como un estar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a distancia</i>, pueda en cambio asestar la invisible violencia de su
llegada como recibimiento radical de la discapacidad. Será ésta la manera en la
que pueda uno hacerse con la espalda un rostro que llame al tiempo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en distanciamiento</i> de su condición, un
horizonte de expectativa, suficientemente lejos –y ya para siempre sin resistencia
cerca– para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">verse-venir</i> en daño y aun
así y por ello, recibirse sin fallo (es decir, sin juicio) y sin falla.</span></span></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: 0in; margin-right: 0in; margin-top: .1pt; mso-outline-level: 2; mso-para-margin-bottom: .0001pt; mso-para-margin-bottom: 0in; mso-para-margin-left: 0in; mso-para-margin-right: 0in; mso-para-margin-top: .01gd;">
<br /></div>
<span style="color: #666666;">
</span><div style="mso-element: footnote-list;">
<span style="color: #666666;"><br clear="all" /></span>
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[1]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Derrida, Jacques. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cartas sobre un ciego.” Punctum caecum” en</i> Derrida, Jacques /Fathy,
Safaa,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Rodar las palabras. Al borde de un
filme</i>. p 63.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[2]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Adorno, Theodor. “Signos de puntuación” en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Notas sobre literatura</i> (1974).</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[3]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Tomo prestada esta figura en condición de acontecer
formulada por Jean-Luc Nancy en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">L’intrus</i>
al referirse al estar suspendido en recurrencia del cuerpo injerto en el
cuerpo.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[4]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> En un breve y elocuente artículo de divulgación el
Dr. José Ignacio de Arana señala lo siguiente: “Los médicos le sacamos mucho
partido a este prefijo griego que significa ‘mal’. No menos de un centenar de
entradas se pueden encontrar en cualquier diccionario médico al uso con ese
comienzo seguido de palabras que aluden a funciones o mecanismos orgánicos,
fisiológicos y hasta bioquímicos que serán los que tienen alterada su
actividad.” http://medicablogs.diariomedico.com</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[5]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> disnea: dificultad para respirar; dislexia:
dificultad en el aprendizaje de la lectura, la escritura o el cálculo
frecuentemente asociada con trastornos de coordinación motora y de atención,
pero no de la inteligencia || incapacidad parcial o total para comprender lo
que se lee causada por una lesión cerebral; disfasia: anomalía en el lenguaje
causada por una lesión cerebral; displasia: anomalía en el desarrollo de un
órgano; discrasia: estado de extrema desnutrición; disosmia: dificultad en la
percepción de los olores; dismnesia: debilidad de la memoria.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[6]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;"> </span>Refiriendo a esa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">restancia
</i>derridiana (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">restance</i>) como
aquello que se mantiene, se sostiene, soporta, sobrevive; y no, como aquello
que meramente resta en residuo tendido, inerme, en resto.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[7]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Canguilhem, Georges. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">On the Normal and the Pathological</i>. (1966)</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[8]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Derrida, Jacques. ‘A corazón abierto’ en ¡<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Palabra</i>! <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Instantáneas filosóficas</i>. p 40.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[9]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Derrida, Jacques. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Decir el acontecimiento ¿es posible?</i> pp. 94-95.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[10]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Queriendo con esta construcción sintáctica aludir no
sólo a la reconocida novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Crónica de una muerte anunciada</i>, con
cuya trama compartiría esa sentencia prevista pero imposible de hacerse en
cuerpo hospitalario para; también anuncia la cronicidad, en tanto perpetuidad
temporal, de la condición en discapacidad sobre la que estas palabras se
elaboran: aquella discapacidad que hospeda el dolor crónico. Elaboración sobre
la discapacidad que resulta sin duda extensible a otra varias condiciones
pos-operatorias o pos-críticas (digamos para enunciar aquellas secuelas que
devienen de un proceso crítico de enfermedad o tratamiento de) que usualmente
le son enunciadas al paciente como posibilidades a corto, mediano o largo plazo
antes o durante la intervención o la duración del periodo más agresivo del mal
que ha llegado.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[11]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;"> </span>Porque aun no encuentro un escrito que logre
paralelar o acaso aproximarse a la potencia reflexiva que logra convocar y
comportar el cuerpo en palabras de Jean-Luc Nancy durante la narración en
interrogación crítica de su propia condición corporal y metafísica desde el
aviso del transplante de corazón que sobrellevó su cuerpo en secuelas hasta el
cáncer que terminó su vida. (Nancy, Jean-Luc.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> L’intrus</i>. París: Éditions Galilée. 2000.)</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[12]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;"> </span><span class="usercontent">Taleb, Nassim Nicholas. </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Antifragile: Things that gain from disorder.</i>
2012.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; tab-stops: 4.75in; text-align: justify;">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[13]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Recordemos el lúcido ensayo sobre la miopía y sus
discapacidades escrito por Hélèn Cixous cuando y antes de conseguir el verlo
todo de la mirada ya no discapacitada, se pregunta ¿ver de cerca es ver?. Esta
pregunta la he tenido conmigo desde su primer lectura años atrás, queriendo
finalmente responderla: ver de cerca no es ver, es otra cosa, es respirar
consigo o sobre aquello que de tan cerca en realidad no vemos, sino tocamos.
Derrida, J. / Cixous, H. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Velos</i>, 2001.
(1998)</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"></span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[14]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Para llamar al dar que irrumpe y desgarra la trama,
que perturba el orden en un acontecer de entrega incondicional y por entero
expuesto. “El don, como acontecimiento, debe <i style="mso-bidi-font-style: normal;">seguir siendo</i> imprevisible, pero seguir siéndolo sin
(res)guardarse. Derrida, Jacques. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dar el
tiempo. La moneda falsa.</i> pp. 122-123.</span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara;"><span>[15]</span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Candara; font-size: 10pt;"> Recordemos que, como lo señalara la poeta-cineasta
Safaa Fathy, para la cultura árabe, egipcia en particular, se dice de aquel que
viene de fuera –el extranjero, el desterrado, el intruso, el clandestino que es
ese– cuya existencia carece de espalda. Derrida/Fathy. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op.cit.</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rodar las palabras. </i>p
25.</span></span></div>
</div>
</div>
<span style="color: #666666;">
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-88143055281879075052012-12-07T21:53:00.000-08:002012-12-07T22:17:16.343-08:00TERESA MARGOLLES | ¿Dónde sucede el vivir?<style>
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<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">Parecería que, de cierto modo
inevitable, toda promesa está de origen entintada de la misma sustancia que
resta de indelebilidad el duelo. Siendo que, en ambos escenarios, lo que resta
asume su ser ‘<i>destinerrado’</i>
(siguiendo a Derrida); desterrado, remiso aún si destinado; a la deriva aún si
prendido de remitencia. Lo que queda después de recibida la promesa o el duelo
es un ser ‘<i>en restancia’ </i>de aquello
que, no necesariamente habiendo tenido lugar, ha ya sucedido, perdiendo por
entero la posibilidad de recuperación de ese estar/estado ‘antes’.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">Teresa Margolles suele atizar en el
proceso de su obra estas condiciones de incompletud, provocada ausencia, deserción
y dolencia por defecto que desgastan los gestos de aquello que podemos
llamar(nos) dentro y parte del cuerpo social.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">En los últimos años del insistir de su
práctica artística se hace evidente cómo esos mismos procesos de comprobación
de lo irreductible de la violencia como condición funcional y fundacional de una
extendida dinámica que anuda el tejido sociopolítico mexicano, han ido
transformando su propia condición reflexiva sobre la consistencia y materia de
su trabajo. Atravesando constantemente la delicada hendidura que señala la
diferencia sustancial y simbólica entre el peso del cuerpo y el rastro de la
huella, Margolles ha cargado los restos de tanta cruda muerte que hoy recurre a
objetos desertados (afirmando doblemente la obligada ausencia del cuerpo) para
constituir el reemplazamiento catastrófico siempre diferido de sus
instalaciones con un mirar saturado de asedio. Como si el tiempo-entre-tiempos
que se ha obligado a recorrer para reinventarse entre las formas asibles del
dolor y el hedor de la muerte, pudiera guardar dentro suyo algún dejo de
presencia rescatable para justificar su insistencia en espera de rehacerse visible.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">Hace algunas semanas, Margolles inició
la espera que engendra sobre su propia destrucción su pieza más reciente instalada
en el MUAC (Museo de Arte Contemporáneo de la UNAM, Cd. De México). Utilizando
una de las más frecuentes herramientas físicas y conceptuales que al presente sostienen
su obra –el desplazamiento y su generación de aislamiento por
descontextualización– Margolles ha hecho trasladar las ‘ruinas’ de una de las
115 mil casas abandonadas (sin siquiera haber sido habitadas) entre los últimos
desarrollos de vivienda de interés social con que la agonizante Ciudad Juárez buscó
convencer a sus futuros(restantes) habitantes con una promesa –no ya
arquitectónica– sino de habitabilidad. Margolles extirpa así de su simétrico
tendido una de esas múltiples moradas de 32 m<sup>3</sup> y la traslada a una
de las salas del museo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">Pero los restos arquitectónicos de aquello
que nunca condensó dentro de sí el impulso habitable, fueron demolidos y
triturados hasta convertirles en gravilla, desapareciendo con ello todo rastro
de su forma o funcionalidad anterior. Así, pulverizados, los (des)aparecidos
escombros, ahora compactados, forman una larga y pequeña barda, borde o
frontera residual que sobre el piso, en diagonal, parte en dos la oscurecida y
vacía sala. Periódicamente, voluntarios se reúnen entorno a ella por espacio de
una hora para ir devastando el inexplicable alzado de ese borde que fue casa,
extendiendo sobre el piso los restos de lo que, aún habiendo querido sostenerse
en pie frente al irrefrenable extender de la violencia y la inseguridad vivible,
culminó evidenciando su errancia por vaciamiento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie4_006Eg9Z4bhkguS_0A1P8S8FxfRLTJz9zl8kMN1Dpx8vy24es6qZpAeAYh_Mp1cqum8Euvuo-jgoQzVbFFY278VT2YaqTGhBf6tjMFFEFO0W3YoXGL-cKuNqFTgIgV2QNMmL_AJWFlh/s1600/La+promesa.+Imagen+Oliver+Santana_b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie4_006Eg9Z4bhkguS_0A1P8S8FxfRLTJz9zl8kMN1Dpx8vy24es6qZpAeAYh_Mp1cqum8Euvuo-jgoQzVbFFY278VT2YaqTGhBf6tjMFFEFO0W3YoXGL-cKuNqFTgIgV2QNMmL_AJWFlh/s400/La+promesa.+Imagen+Oliver+Santana_b.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">En el silencio que invoca la
reconfigurada ruina que vemos, asumimos que ese apilamiento lineal de material anódino,
debe contener dentro de sí los cimientos, muros, esquinas, habitaciones,
escalones y remate de vanos de la promesa a la que la artista refiere en título;
así la respuesta del espectador es muda sabiendo que preside una suerte de
duelo ante todas esas (im)posibilidades que se ciernen sobre la existencia
urbana contemporánea. Revertida la condición matérica de lo que supondría
sostener la construcción en constitución y resguardo de la sociedad, los
escombros de la que pudiera ser cualquiera de entre las 5 millones de viviendas
abandonadas que se extienden en los linderos de las principales ciudades de
México, especialmente en su franja Norte, se exhiben en el espacio museístico incólume
como paráfrasis de aquello contra lo que prometieron erigir.</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;"><br /> </span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">Aún cuando la voz con que decido
terminar esta breve reseña no existe sino en paralelo al tenor que suele
acompasar el trabajo de Margolles, quiero pensar ese <i>otro</i> lugar que parece sembrar de infertilidad la obra, para creer
que su acción en traslado y evidenciación de esa promesa arruinada o ruina
prometida, puede distenderse reflexivamente hacia<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295" name="_GoBack"></a> lo que
Hélène Cixous entiende por destino asumido a la escritura —y acordemos también,
al arte: “</span><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">¿Quién puede definir lo que quiere decir ‘tener’?; ¿Dónde sucede
el vivir? […] Este es el punto: cuando la separación no separa; cuando se
vivifica la ausencia rescatándola del silencio, de la inmovilidad. En el asalto
del amor sobre la nada. Mi voz rechaza la muerte; mi muerte; tu muerte; mi voz
es mi otro. Yo escribo y tú no estás muerto. Si escribo, el otro está a salvo.”<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span></a>
Pues es plausible pensar que si podemos seguir devastando el duelo que convoca
la ruina, </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: small;">tenemos también la fuerza para
reconstruir(nos) entre escombros.</span><br />
<div style="mso-element: footnote-list;">
<br clear="all" />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhveeIbpdmMiezEneGrfKqL1ONvLUbYA3qoxNI_Hsj4ZgZgReozNbX4pFmq4HwB_XUZjcf6AJknKKcirhsyqzBss7CXohYI_P6BFG5te_fzU7rZMEDtx9ryktL0m9m59nJQBO798rhUepql/s1600/margolles_promesa_detalle1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhveeIbpdmMiezEneGrfKqL1ONvLUbYA3qoxNI_Hsj4ZgZgReozNbX4pFmq4HwB_XUZjcf6AJknKKcirhsyqzBss7CXohYI_P6BFG5te_fzU7rZMEDtx9ryktL0m9m59nJQBO798rhUepql/s400/margolles_promesa_detalle1.jpg" width="400" /></a></div>
<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-size: x-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic";">[1]</span></span></a><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic";"> </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic";">Cixous. </span><i><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic";">La llegada
a la escritura</span></i><span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic";">. Buenos Aires: Amorrortu, 2006. p 14. (París, 1986)</span></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: x-small;">imagen 1: Teresa Margolles. <i>La promesa</i>. 2012 | cortesía MUAC / Oliver Santana </span><br />
<span style="color: #7f7f7f; font-family: "Century Gothic"; font-size: x-small;">imagen 2: Teresa Margolles. <i>La promesa</i>. 2012 (detalle) | cortesía de la artista</span> </div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-30366535942748658442012-12-03T20:27:00.000-08:002012-12-07T22:14:48.291-08:00El cuerpo (in)vestido<style>
<!--
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</style> <br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Proponer una lectura significativa ante la infinidad de estudios existentes
sobre la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954), supone hoy un reto casi
imposible. Pero centrar una exposición en la llamativa indumentaria que
constituyó el exotismo de su imagen, parecería un suicidio curatorial. Sin
embargo, <i>Las apariencias engañan: los
vestidos de Frida Kahlo</i> inaugurada a fines de noviembre 2012 en el Museo
Frida Kahlo, muestra curada por Circe Henestrosa, se ofrece como una
aproximación reveladora sobre los motivos anudados <i>detrás</i> —o debiéramos decir <i>dentro— </i>del exuberante estilo de vestir, de pintar(se) y,
literalmente, de <i>convertirse en obra,</i>
de Frida Kahlo.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Dos ejes temáticos estructuran la exposición: ‘discapacidad’ y ‘etnicidad’.
Núcleos biográfico-narrativos que revelan con lucidez la construcción de esa
sólida y seductora imagen pública que, encubriendo la intimidad de un cuerpo
crónicamente enfermo y mutilado, Kahlo fue consolidando a la par de su obra
plástica en afirmación de su propia personalidad y presencia en el medio
artístico mexicano de la primera mitad del siglo XX. Pensar el despliegue del
vestir como una forma de <i>enfrentamiento a</i>
y una puesta <i>en resguardo de</i> un
cuerpo eternamente enfermo, como lo sugiere Henestrosa en el caso de la
atormentada y célebre pintora, abre una vertiente sensible y sugerente para
releer su condición y carácter. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">El título de la muestra —<i>Las
apariencias engañan</i>— bien pudiera aparecer a primera vista como una
infructuosa apropiación de un<span style="font-size: small;"> dicho</span> popular; sin embargo, la frase deriva de un
dibujo hecho por Frida en el formato común a sus diarios. En él se retrata a
ella misma ‘de pie’, si bien flotando entre el blanco de la página, parcialmente
desnudada por una especie de mirada en rayos x. Así que, debajo de las capas de
ricas y coloridas vestimentas, texturas, pliegues, olanes y ornamentos, el
dibujo muestra su cuerpo mal sostenido por una columna resquebrajada y una
pierna vestida de mariposas (símbolo reiterado en su imaginario que señala no
sólo el anhelo por escapar de ese cuerpo y pierna tan dañado, sino que
probablemente refieran a esta sensación dolorosamente inquieta y aleteante en
que resiste y resta de sí una pierna con los nervios heridos.) Esa imagen de la
mujer que ha decidido ser ella vestida ‘hacia fuera’, para el mundo; disfrazada
de exhuberancia, belleza, seguridad, porte y pose en imponente fachada, muestra
en este pequeño dibujo una realidad escondida al entorno común y ajeno. Es la
realidad del ser que no puede ignorar su debilidad y las constantes pruebas de
su caducidad: es la realidad del cuerpo discapacitado, ese cuerpo ‘menos que
perfecto’ —como ella misma lo llamara; cuerpo saturado de quiebres, intensos
dolores, eternidades en tratamientos y torturas pos-opertaorias sumando 22
cirugías a lo largo de su vida desde el primer ataque de la poliomielitis en la
pierna derecha durante la infancia, hasta el trágico choque con el tranvía a
los 18 años y la cruda cronicidad de sus inmisericordes secuelas. La memoria de
cada uno de esos días tendida, enyesada, envarada, inmovilizada, desesperada,
agotada y lanzada de vuelta en resistencia, es lo que resta en los trazos de
ese pequeño dibujo que debajo de su esquemática figuración anota la irónica
frase: “las apariencias engañan”, anticipando la inscripción del nombre en
firma que responde y soporta ese cuerpo eternamente doliente e incansablemente
embellecido: <i>Frida Kahlo</i>.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i><span lang="ES-TRAD">Como si</span></i><span lang="ES-TRAD"> firmando su sentencia y la confesión de su estrategia en
composición del propio imaginario, este dibujo que estuvo resguardado por un
periodo de 50 años por instrucciones de Diego Rivera junto con más de 300
prendas, accesorios, medicamentos, cartas, prótesis y otros objetos personales
y de cuidado ortopédico, muestra ahora por vez primera sus modestas dimensiones
como inspiración de ésta, también ‘pequeña’ muestra (solo en dimensiones), en
cuya última sala yace ese dibujo de ‘medio-cuerpo’. Siendo que, aún cuando la
figura autorretratada de Kahlo está dibujada de cuerpo entero, es en realidad
un medio-cuerpo el que la pintora devela, medio-cuerpo engalanado, cobijado,
escondido y enfrentado al mundo con la asumida belleza y autoridad que retomara
de su linaje istmeño-oaxaqueño; y medio-cuerpo desnudo, frágil, vencido y preso
de la inescapable realidad íntima de sus quiebres. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGbTJma0YqCPitUeDL_y0YxeMuwD_luVbEjAbq6AVd9x-KMjLs_oAydE_zlSEfDAaBMFE0UUK6dR19sLgRT-1KgyKUnmZaewHqyl5l_UPlfbuAuwflgUzs_68UceVAnnvIVlA1jesQiecJ/s1600/lasaparienciasengananfrida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGbTJma0YqCPitUeDL_y0YxeMuwD_luVbEjAbq6AVd9x-KMjLs_oAydE_zlSEfDAaBMFE0UUK6dR19sLgRT-1KgyKUnmZaewHqyl5l_UPlfbuAuwflgUzs_68UceVAnnvIVlA1jesQiecJ/s400/lasaparienciasengananfrida.jpg" width="296" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Solía asumirse que la vestimenta adoptada por Kahlo —mezcla
derivada del vestir tradicional de las mujeres zapotecas, especialmente
aquellas provenientes de la zona del Istmo de Tehuantepec— era una apuesta de
apropiación ideológico-estética que bien favorecía el reconocimiento de su
propia visibilidad como parte singular de la famosa pareja de artistas: Diego
Rivera/Frida Kahlo. Sin embargo, la selección de objetos y prendas por primera
vez mostrados en esta exposición dan cuenta de una necesidad mucho más
‘realista’ y ‘práctica’. Permitiéndonos entender, por ejemplo, que por una
parte Kahlo adoptó el atavío indígena oaxaqueño como una afirmación de su herencia
de sangre tehuana por la familia materna —se incluye en la exposición una foto fechada en 1890 de
la familia de Matilde Calderón, su madre, a los 7 años vestida con el tradicional traje
de tehuana en el seno de una familia elegantemente ataviada dentro de la
tradición istmeña; señalada con pluma sobre la imagen, la madre es nombrada en
letra por la mano de la hija <i>como si</i>
anotando el recordatorio de una deuda, de una pertenencia a la que había que
mantenerse ser fiel— pero también, y esto resulta un aporte esencial de la
lectura curatorial propuesta por Henestrosa, porque la estructura del atavío
oaxaqueño facilitaba, con eficiencia y belleza, el encubrimiento de su cuerpo
herido y el encumbramiento de un poder de género que representa el matriarcado
istmeño. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Recordemos que entre las secuelas del accidente que destinó el
futuro de Kahlo, cargaba su cuerpo con dolor de pelvis, matriz, clavícula y
columna rotas e intervenidas en incontables cirugías; pierna derecha afectada
por la polio y numerosas fracturas subsecuentes, terminando con la amputación del
pie y parte de la pierna ocasionada por gangrena. Ese cuerpo mutilado y
quirúrgicamente zurcido una y otra vez, portaba interna y externamente una
serie de heridas y registros de discapacidad para los que Kahlo encontraría no
sólo la forma de cubrir y disimular, sino convertir en su propio emblema,
logrando con ello, sin duda, paliar los efectos de su inclemente y acelerado
desgaste. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Como lo señala Henestrosa en las cédulas de sala de la muestra, los
tres elementos que caracterizan el atavío indígena zapoteca: tocado, huipil y
falda, (sumando el rebozo y un desborde de joyería de diversos orígenes y
materiales) se convertirían en las piezas esenciales del vestuario de Kahlo. El
huipil, esa blusa casi cuadrada con horadaciones para la cabeza y los brazos,
cuyo frente geométrico proveía una especie de lienzo más o menos rígido y
ricamente bordado sobre el torso, centraba la atención de las miradas sobre la ‘mitad
superior’ del cuerpo; dejando el resto del <i>resto</i>,
es decir, el residuo de lo que debiera ser un ‘cuerpo entero’ cubierto entre
los vuelos de largas faldas en tonos sobrios y sólidos que no sólo escondían
los dolorosos desperfectos de la estructura propia (la pierna derecha adelgazada
y más corta por la polio; después amputada) sino que también habrán disminuido
la visibilidad del paso cojeante que debió aquejar a la pintora, (si tan sólo
en los momentos de mayor dolor), a pesar de los zapatos con un tacón
compensatorio para nivelar el largo equivalente entre ambas piernas, convirtiendo
el tortuoso andar en una vistosa presencia de ritmo y estilo elegante,
impecable estructura compositiva y llamativo equilibrio visual. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGd0BnS4pWCAcAFtrl04XfYrU3rf1tDhCCHzhpA_T0EXENFImN4H6bhcdBrTRR0b0vkv1nQSNYh27VOYW_-YJX-0k0iqTJ3Ll5T6ncuQaHjdeoKPB90tljIHi7k6dX1-GcmJyE9XoYC0m1/s1600/02+Vista+de+sala+2-%C2%A9+Miguel+Tovar_b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGd0BnS4pWCAcAFtrl04XfYrU3rf1tDhCCHzhpA_T0EXENFImN4H6bhcdBrTRR0b0vkv1nQSNYh27VOYW_-YJX-0k0iqTJ3Ll5T6ncuQaHjdeoKPB90tljIHi7k6dX1-GcmJyE9XoYC0m1/s400/02+Vista+de+sala+2-%C2%A9+Miguel+Tovar_b.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Exponiendo así por primera vez varios corsés ortopédicos no sólo de yeso<span style="font-size: small;"> como los que forman parte de la museografía habit<span style="font-size: small;">ual del museo, </span>sino esta vez de</span> metal y cuero que permiten leer los diversos estados de soporte en
tortura por los que pasó la espalda de Kahlo, la muestra comparte e hilvana
valiosas ‘pistas’ que evidencian las formas que Kahlo encontró para <i>soportarse a sí misma</i> constituyéndose en
su propio imaginario enfrentado a la tremenda batalla cotidiana que había de
librar contra su ya violentada existencia. </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgV_rpyr0_0XpsxVYsQCZG9qPiPSqLBY8Lc5nC0C5bZgi5mFYPlE6qQ3w-Z1vATfWssGrjdrC_VrArEwmqsiR02USZSFeTSYgphzrcyN_cp6TsB1MVoq45siw8YxmZZUY9Gzgp61wuf1cli/s1600/04+Corse%CC%81+de+yeso-%C2%A9+Miguel+Tovar_a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgV_rpyr0_0XpsxVYsQCZG9qPiPSqLBY8Lc5nC0C5bZgi5mFYPlE6qQ3w-Z1vATfWssGrjdrC_VrArEwmqsiR02USZSFeTSYgphzrcyN_cp6TsB1MVoq45siw8YxmZZUY9Gzgp61wuf1cli/s400/04+Corse%CC%81+de+yeso-%C2%A9+Miguel+Tovar_a.jpg" width="271" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Una prótesis para la pierna derecha vestida en cuero rojo y
decorada con bordados de origen chino sobre el costado, provee una clave
excepcional para entender el tenor del carácter y envergadura estoica con que
Kahlo afrontara el continuo decaimiento de su condición física. Anudado sobre
el empeine entre las largas agujetas rojas, un par de cascabeles coronan la
bota del pie que ya no está. Para decir en cada paso de la escucha de lo
invisible el triunfo sobre la desaparición; para recordar la sonoridad de un
ritmo al paso que no da por hecho ya ninguna certeza como resguardo corporal;
para nunca olvidar el tiempo, impulso, cadencia y rumor que, a pesar de todo,
trae consigo una pierna ‘a medias’.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbh4Y4IKUffvmldopbotH0p2hyphenhyphenbwmk6a73HMUX8BkUqVMHalUxgvThxTHWsr6PIHBpz1lPReyXQR99RVK9UHgq7IWNGMoRFiUxingwpyaaPuyJJAZOGAHw8OEq3NIiWiDOQjFiIWQGZfx5/s1600/01+Pro%CC%81tesis-+%C2%A9Miguel+Tovar_a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbh4Y4IKUffvmldopbotH0p2hyphenhyphenbwmk6a73HMUX8BkUqVMHalUxgvThxTHWsr6PIHBpz1lPReyXQR99RVK9UHgq7IWNGMoRFiUxingwpyaaPuyJJAZOGAHw8OEq3NIiWiDOQjFiIWQGZfx5/s400/01+Pro%CC%81tesis-+%C2%A9Miguel+Tovar_a.jpg" width="266" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Así sucede que, entre los conjuntos de huipil y falda que
corresponden a algunas de las imágenes fotográficas del archivo del museo en
las que aparece Frida portándoles, entre elegantes zapatos y botas diseñadas e
intervenidas para ‘corregir’ las discapacidades del cuerpo, comparten vitrina
algunas de las ricas joyas, tocados y otros accesorios con que decoraba su
cuerpo, imagen y ánimo. Dejando claro que ese elaborado proceso de confección
de sí misma al escenario público, no era simplemente una estrategia de
visibilidad, afirmación y presencia socio-política y de género en un contexto cultural
que había de ser conquistado por mano propia, sino que cada uno de esos
elementos engarzados, bordados, aplicados y portados sobre el cuerpo, las
manos, el rostro y la cabeza, constituían en sí mismos —cada uno en su tiempo,
textura, lugar, peso, justa combinación y precisa elección— un ejercicio de
resistencia que urgía equilibrar todo aquello que por dentro continuamente
hacía por ‘invalidar’ su cuerpo, ánimo y esperanzas ante la vida.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">En una especie de homenaje a la batalla física, mental y emocional
que dio por resultado la gestación y afirmación de ese particular e inmortal
estilo de vestir que ninguna otra personalidad antes o después de ella, dentro
o fuera de México, ha logrado instaurar e inspirar a generaciones de creadores
en distintos ámbitos, la exposición culmina con una impecable selección de
prendas inspiradas en la ‘estética-Kahlo’ creadas <i>ex profeso</i> por
reconocidos diseñadores como Rei Kawakubo para <i>Comme des Garçons</i>, Jean Paul Gaultier (siguiente imagen) y Riccardo Tisci para <i>Givenchy</i> (creaciones que irán dejando su
lugar a otros diseñadores al ir transcurriendo el tiempo expuesto de la muestra
hasta noviembre 2013). </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGDm45Y2IBPbYnmJ69gnebNwahyphenhyphen8YZdFGNgK9i8XoVGuuOn0SEbrIrcoJhcu512IUzQu4-wv3h_gjasYXxxKoUwmfl9ippPSC9bsNvo5PmCO9h-juHsxfZXNBBjAsU03TtrAPPaY65YOTN/s1600/11+Jean+Paul+Gaultier-%C2%A9+Miguel+Tovar_a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGDm45Y2IBPbYnmJ69gnebNwahyphenhyphen8YZdFGNgK9i8XoVGuuOn0SEbrIrcoJhcu512IUzQu4-wv3h_gjasYXxxKoUwmfl9ippPSC9bsNvo5PmCO9h-juHsxfZXNBBjAsU03TtrAPPaY65YOTN/s400/11+Jean+Paul+Gaultier-%C2%A9+Miguel+Tovar_a.jpg" width="266" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">La mayoría de los diseños elegidos para esta primera fase de la
exposición comparten la elocuente confección del sentido de ese ‘juego’
seductor y mortal que habitó la vida de la pintora mexicana; así, los vestidos,
sacos, corsés y delicadísimas mallas que se reúnen en la llamada ‘sala Vogue’
al final del recorrido de las salas temporales de la icónica casa azul, ofrendan
la fragilidad y perfecta destreza de la elección en contraposición de telas y
texturas, zurcidos, pliegues y encajes, ofreciendo su preciosa y débil
existencia a la herencia en duración del cuerpo roto de una mujer que jamás
cedió ante la contundencia de su propio y evidente existir-en-quiebre (pero
nunca, y a pesar de todo, quebrado).</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Marcela Quiroz Luna</span></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: left;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;">i</span>mágenes: cortesía del Museo Frida Kahlo | Manuel Tovar </span></span></span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-61007323898009835442012-09-24T22:32:00.001-07:002012-09-24T22:42:28.968-07:00Por recorrer la frontera, si tal, entre el cuerpo y el silencio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv0ya48JzDZYRcCObgOWVRw4B-K63Phr7m4K3POIgAZfEx_w0-HhwT3EcIJrXeDks2IJyvhRn1G_46G59JxvE5fu39voCO_onqvTTHJwTH0Pu_w2H6s54_vHVZtW8hFApcCEGk83HiGAOP/s1600/el+centinela1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="100" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv0ya48JzDZYRcCObgOWVRw4B-K63Phr7m4K3POIgAZfEx_w0-HhwT3EcIJrXeDks2IJyvhRn1G_46G59JxvE5fu39voCO_onqvTTHJwTH0Pu_w2H6s54_vHVZtW8hFApcCEGk83HiGAOP/s400/el+centinela1.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Continuar, hasta que el lugar se haga improbable</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[1]</span></span></span></a></span></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-variant: small-caps;">Georges
Perec</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">TERRITORIO</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Quien conoce el agreste y majestuoso
camino que hace la entrada a Mexicali (BC, MX), sabe que la vista que intenta apresar el
valle donde se extiende la llamada Laguna Salada y el Cerro ‘El Centinela’, irremediablemente
fracasa. La mirada, como el cuerpo, se presentan tan incapaces como ineficientes
para reconfigurar ese equívoco horizonte como continuidad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Será por el abrumador contraste entre
volúmenes que viene de La Rumorosa —ese desolado e inclemente universo de piedras
gigantes que conforma, sopesa e interroga la distancia física y simbólica entre
las dos fronteras: Tijuana/San Ysidro y Mexicali/Caléxico. Pues hay que saber
que lo que hace una región fronteriza, además de amedrentar y seducir, es
interrogar. Recorrerla en calidad migrante (legal o ilegal) incita a que uno se
enfrente con una serie de preguntas para las que muchas veces no conseguirá
dibujarse (tampoco) el contorno de una posible respuesta.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Es entonces cuando se hace obligado
repensar las preguntas y su pertinencia si se quiere sobrevivir. Preguntarse
por lo que se sabe para enfrentarlo a lo que se ve; preguntarse por lo que se
ve para desmentir lo que parece; preguntarse, especialmente, qué es lo que uno
hace ahí, de pie, casi paralizado –aún si plenamente conciente de que en
descampado, en una frontera, nunca debe quedarse el cuerpo de pie, casi
paralizado y completamente expuesto, como si velando… apenas El Centinela.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">A pesar de las inhóspitas historias y sus
evidencias, Alejandro J. Carbonel, joven artista peruano de reciente estancia
en residencia en la región fronteriza bajacaliforniana, debe haberse mantenido
un buen rato escuchando el silencio de pie frente al cerro. Queriendo extraer
del enmudecido paisaje éstas y otras preguntas que siguen el rastro
invisibilizado de tantos que han intentado atravesar por esta ruta la
traicionera frontera que distancia intangible ‘el otro lado’. Ese horizonte
imaginado y supuesto, más o menos cercano, que como suele suceder con los
verdaderos peligros, no se ve, ni se escucha; acaso, si se tiene la suerte, se
presiente. Se habrá quedado ahí esperando escuchar algo más allá de lo visible,
sopesando el peso de los silencios, propios y externos.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">La obra que el artista derivó de este
enfrentamiento entre las dimensiones y posibilidades del cuerpo en un contexto
determinado por el carácter extrusivo de su mortal y silenciosa expansividad,
alimenta en el deconstruir de sus cualidades representativas, algunas de las
preguntas fundamentales que permean y penetran a aquellos cuerpos enfrentados,
por decisión o por destino, a explorar la porosidad sonora y/o audible de sus
propias fronteras. Porosidad sonora, porque sabemos que cuando expuesto, el
cuerpo que emite las vibraciones de su estancia, paso o resguardo; lo hace con
o sin conciencia de ello, exponiendo su intento enmudecido para ser ‘capturado’
—sea en auxilio si se manifiesta por voluntad; sea por equivocación si en su
lugar apresa el riesgo, el daño e incluso la muerte. Audible, cuando es la
propia porosidad al llamado interior la que intenta escucharse para saber cómo,
cuando y por dónde moverse. Es un sentido éste, el del cuerpo que aprende a
escucharse a sí mismo, el que se va descubriendo dentro cuando se anda
atravesando territorios, sean o no fronteras; aún cuando sin duda, es el
inhospitalario entorno fronterizo, una de las condiciones/entorno que exacerba esta
potencia audible cuya capacidad suele ignorar el cuerpo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Explorando otro orden de fronteras, aún
si íntimamente relacionadas con esta urgencia por expandir el cuerpo en su
condición y potencia escucha, John Cage aprendió a escucharse-dentro al acceder
a una cámara anecoica en Harvard University en 1951. En diversos escritos y
entrevistas a lo largo de su carrera, el músico señalaría que fue ahí dentro
cuando entendió y experimentó los timbres del silencio y, añado, su inevitable
porosidad. Pues tal como entonces escuchó el silencio en tanto aislamiento
exterior, no fue éste sino un silencio poroso, poblado de los sonidos
interiores que nuestro organismo genera constantemente, independiente de
nuestra disposición y sin que, la mayor parte del tiempo les prestemos
atención. Cage recordaría ese momento como un parteaguas en su historia
personal y estética al haber podido aprehender el cuerpo propio en tanto
sonoridad-ignorada, escucha cotidianamente pospuesta. Dentro de la cámara y su
impuesta nada sonora, escuchar-en-vacío el palpitar de la circulación, el agudo
funcionamiento del sistema nervioso y los acompasados ritmos de la respiración<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[2]</span></span></span></a></span>
constituyeron <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en</i> él un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">don</i> inesperado (como ha de ser el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">don</i> para existir a decir de Derrida<span style="font-size: xx-small;"><span style="font-size: small;">)</span><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[3]</span></span></span></a></span> siempre dependiente
y partícipe del azar, imposible de ser planeado y/o esperado. Imprevisible en
su entrega, dentro de esa cámara anecoica, Cage recibió el don de la escucha
que le develó el cuerpo como caja de resonancia. Habiendo logrado escuchar el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar del sonido dentro de sí</i>, le fue
entonces posible re-situar el sentido de la escucha como disposición cuando
tendida desde la profunda conciencia receptiva interior hacia el exterior. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Sabemos bien que a partir de esta
experiencia de poroso silenciar, el músico derivaría la creación de su obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">4’33’’,</i> comprobando con ella otra suerte
de porosidad —esta vez audible— al invocar el silencio de una partitura en tres
movimientos dispuestos al piano ante un público expectante convocado en una
sala de conciertos. En el acontecer de esta primera interpretación musical
silente<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[4]</span></span></span></a></span>, Cage había
decidido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entregar</i> su aparente nada en
el dar imprevisto del tiempo (de nuevo con Derrida) como obra al otro.
Entregando al público escucha no sólo el silencio en torno sino el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">espacio temporal</i> para hacer audible el
acontecer del silencio interior —confirma en la experiencia particular y
conjunta que esos ‘estados del silencio’ existen y nos aparecen reconocibles
sólo cuando la atención está dispuesta hacia todos aquellos sonidos ‘menores’
que les habitan, libres de intención y aconteciendo por azar. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Entendidos pues de la condición porosa
del silencio sobre la que andaremos en este ensayo, sigamos entre la escucha y
la mirada de dos artistas —el músico estadounidense John Cage y el artista
peruano Alejandro J. Carbonel— cuya obra posiblemente no habría de compartir un
espacio fuera de éste, pero que como veremos, sí comparten una condición
atendida del silencio, porosidad y urgente necesidad de un cuerpo cuando, para
sobrevivir, ha de lograr reconocerse en ella. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Al hablar de la porosidad sonora|audible ha
de pensársele en una amplitud espacial, contextual y experiencial, tan amplia
como nuestros intereses alcancen; desde el latir angustioso de un corazón
migrante que recorre enmudecido los linderos de su ser en riesgo, hasta el delicado
rumor del paso de las hojas de una partitura blanca entre los dedos de un
músico que permite en su espera el acontecer de un tiempo mudo que marca sin
huellas su interpretación. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Siguiendo pues los tenores de amplitud de
nuestra propia habilidad porosa para hacernos cuerpos-escucha, andemos entre
espacialidades para entender las relaciones entre dos artistas de obra distante
cuya sonora porosidad enriquecerá los juegos de penetrabilidad entre materias y
vacíos al condensar nuestra lectura en el cuerpo de sus obras. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Para hacerlo, hemos de vencer nuestros
propios miedos y preconcepciones al recorrer del espacio; permitámonos
recordar, extrudir, decantar y reinventar nuestra propia habilidad y
disposición perceptiva desde lugares y memorias tan variados, distantes o
aparentemente ajenos como nos sea preciso, haciendo de nuestra necesidad,
territorio poblado de referentes múltiples cuya sonoridad pervive de una
temporalidad acorde al resto; concientes, a decir del propio Cage, que nuestro
derecho a recorrer este y cualquier otro espacio supone de origen, una fecunda
condición injerta de terminaciones y reinicios que suele menospreciarse: la
posibilidad misma de la simultaneidad<span style="font-size: xx-small;">.<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn5" name="_ftnref5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[5]</span></span></span></a></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">En un pequeño libro de título
especialmente sonoro: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un extranjero con,
bajo el brazo, un libro de pequeño formato</i>, el pensador franco-egipcio
Edmond Jabès, acertaba en entender con claridad y sencillez los perfiles de un
estado dispuesto: “porque escuchar exige, a cambio, el abandono de uno mismo”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn6" name="_ftnref6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[6]</span></span></span></a></span>. Condición
rigurosamente ignorada en la historia de la humanidad, cuando y si acaso se
habla de la escucha como un acto en disposición conciente, se le aduce como consecuencia
obligada del silencio, cual si uno fuera necesariamente complemento o
consecuencia del otro. Siendo que lejos está la realidad y nuestra disposición
ordinaria por encontrar el enlazamiento de continuidad (des)interesada en
disposición de la mirada entre uno y otro, si no parte de un estado radical de
urgencia vital. Así, equívoca y reiteradamente es abandonado, no sólo aquel o
aquello que pide ser escuchado, sino el estado mismo en disposición interna que
potenciaría tal abandono interior en entrega al encuentro exterior.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Resulta entonces consecuente pensar que
desde ese lugar tan efímero como defendido que funda en la crudeza de su
esencia el aparente urgir en defensa de una frontera —sea entre países por
territorio, como sobre la superficie que en su estancia más residual contiene al
cuerpo como reserva de protección y resguardo— podremos acercarnos a escuchar las
condiciones de pensamiento esenciales que nos permitirán habitar no sólo los
estados de encuentro en la obra que Alejandro J. Carbonel tendió ante el cerro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Centinela</i>, sino mantenernos cerca del
pensamiento del músico cuya escucha en inminencia habi(li)ta este encuentro
académico: John Cage. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Hacerlo, asumirnos en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">condición de porosidad</i> nos permitirá recordar,
repensar y por lo tanto re-conocer que su figuración sonora|audible está dispuesta
ante todo desde la escucha del silencio y el reconocimiento del espacio como ejercicio
de visibilidad sobre el vacío. Porosidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tendida-en-escucha</i>
que nos dispondrá y desterrará más allá del (in)estable (por imposible) asir de
nuestros límites entre territorios (físicos o íntimos) y pedimentos estético-filosóficos
disciplinares, estáticos y usualmente infértiles.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver</i>
—como me interesa que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">escuchemos</i> la
obra de ese joven artista que en esta ocasión comparto con ustedes— hemos de
dibujar en palabras su obra, rodeándola, para confirmar que es posible re-aprender
desde el pensamiento ejecutado en la emancipación de sus fronteras físicas y epistémicos
—siguiendo a Cage; una forma <i style="mso-bidi-font-style: normal;">otra</i> de entender
aquellos escenarios que de tanta visibilidad no se sabe escuchar (entonces y
ahora). Situando en este momento y lugar la comprensión del estatuto físico,
ideológico y anímico de la frontera como un intento por cancelar y renunciar a
un estado en disposición vital esencial: llamémosle así ‘porosidad’ a aquella
condición de activa rendición contra la que se funda toda imposición de
frontera. Y recuperemos entonces —de nuevo gracias a Cage— la habilidad
sonora|audible que es (aún) posible no sólo reconocer sino activamente encarnar
frente a aquellos escenarios ajenos y consignadamente adversos ante los que un
joven peruano se interrogó sobre el (des)hacer de la trama de esa vulnerable, atacada
y ciertamente accidentada porosidad que al cuerpo le permite no sólo escucharse
sino respirar en entrega de existencia, duración e intercambio con su entorno.
Accidentada porosidad que silenciosamente fecunda las fronteras y alimenta el
‘necesario riesgo’ de su figura (política) y extensión (geográfica) por aquella
tan temida y siempre latente posibilidad de infiltración.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Seguro de sus formas de concebir la
creación musical en destitución de la estructura, la tonalidad, el método y la
notación convencionales, Cage postulaba el azar como ejercicio de integración
vital en la composición y la interpretación, llegando a describir sus obras como
un “gigantesco repertorio de accidentes posibles”.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn7" name="_ftnref7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[7]</span></span></span></a></span> Recordemos
que desde sus primeros encuentros con el pensamiento oriental en los años 50’s,
Cage adoptaría la consulta del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">I Ching</i>
(<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Libro de las mutaciones</i>) como parte
esencial e incuestionada de su estructura creativa. A su vez, influenciado por
el pensamiento budista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">zen</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">chan</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn8" name="_ftnref8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[8]</span></span></span></a></span>, Cage
asumía el fluir del mundo y la existencia de las cosas al devenir de una suerte
de vacío primordial, fundacional. Ese vacío zen para Cage era empatable con su
reiterado interés por experimentar el silencio, sugiero, como una infinita caja
de resonancia en la que habitan todos los sonidos (audibles o no) pero sí y siempre
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">dados</i> a la porosidad dispuesta de un
ser-escucha. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Siguiendo el pensamiento del ingeniero e inventor
Buckminster Fuller cuyas teorías también influenciaron profundamente a Cage, rescatemos
su concepción del mundo como una serie de esferas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i> las cuales habita ese vacío y de cuya (in)existencia dependen.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn9" name="_ftnref9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[9]</span></span></span></a></span> Derivando
de esta figura, el vacío para Cage era comprensible como un ‘<i style="mso-bidi-font-style: normal;">espacio necesario’</i> que tendemos a
olvidar —a pesar de que, no solamente gracias a su existencia logramos
configurarnos un entorno habitable, sino que gracias a él existe en nuestro
cuerpo esa función indispensable para la comprensividad fenomenológica de este
ensayo: la disposición audible. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Contrario a la atención y tiempo que
debiera merecernos, este ‘espacio necesario’ de acuerdo a Cage es un espacio que
“saltamos por encima, con el fin de establecer nuestras relaciones y conexiones”;
[…ignorándole] “creemos poder deslizarnos, sin solución de continuidad, de un
sonido a otro, de un pensamiento a otro.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn10" name="_ftnref10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[10]</span></span></span></a></span> Cuando
en realidad, afirmaba el músico, en nuestra decidida ignorancia del vacío no
sólo no logramos deslizarnos sobre él, sino que a él caemos inadvertidos. Confirmándonos
también incapaces de reconocer como estancias en potencia y disposición de
habitabilidad, aquellos instantes que atravesamos cuando hacemos por salvar los
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre-espacios</i> que tanto nos afanamos
por anular para configurar, en cambio, conexiones o vínculos ‘comprobables’, más
visibles, tangibles, sonoros. Conexiones que, suponemos, lograrán revertir (o
al menos disimular) el peligro de caer en esa ‘nada’ que por temerosas
convenciones solemos relacionar de manera negativa con el vacío, la
infertilidad, el silencio, la soledad, e incluso la muerte.</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvZvgoF39TJ1zlHx4KDf4E3X3_9-WY8ItTKZO-CsQN1VD8bDBz8MApb3m7IfceRBAnoh8kL-kF-_zGKOCDjc6I5Kq7wAgIBl1pgD5mzozJm6QfXeSki8vPNO6kdS3stkfZjePkKcwaU5M8/s1600/IMG_3728di.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvZvgoF39TJ1zlHx4KDf4E3X3_9-WY8ItTKZO-CsQN1VD8bDBz8MApb3m7IfceRBAnoh8kL-kF-_zGKOCDjc6I5Kq7wAgIBl1pgD5mzozJm6QfXeSki8vPNO6kdS3stkfZjePkKcwaU5M8/s320/IMG_3728di.jpg" width="320" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; tab-stops: 81.0pt;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Será precisamente el tiempo
perceptivo dispuesto a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar lugar</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn11" name="_ftnref11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[11]</span></span></span></a></span> al vacío
denostable o ignorado en la estancia presente —condición necesaria para
reaccionar en reconocimiento del espacio <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i>
‘esferas’ que habitara el imaginario de Cage, siguiendo a Fuller— lo que la
obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Centinela I</i> de Alejandro J.
Carbonel logre hacer confluir con desvelada conciencia. Para intentar comprender
esta afirmación desde los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre-espacios</i>
de su acontecer, sea preciso recorrer los tiempos de silenciosa visualidad-en-vaciamiento
que contiene cada una de las escenas que componen el tríptico. Hacerlo —permitirnos
habitar estas temporalidades (in)determinadas que configura la pieza dispuesta
en tres variaciones sobre un mismo tema o paisaje— hará posible escuchar aquello
que Cage tanto incitara en obra y en palabra: atender con ‘nobleza’ la
existencia de cada registro sonoro o visual, tanto como hemos de saber
reconocer y afirmar el acontecer en(de) su ausencia<span style="font-size: xx-small;">.<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn12" name="_ftnref12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[12]</span></span></span></a></span> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">En la primera imagen del tríptico que
condensa y distiende la condición-en-frontera de la obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Centinela I</i>,<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn13" name="_ftnref13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[13]</span></span></span></a></span> Carbonel
destina su ‘entrada’ sobre el territorio capturado en una fotografía blanco y
negro; imagen de un paisaje que parecería inocuo, a no ser por estar
inclementemente perforado, exponiendo en extracción una gran masa que antes
debiera haber habitado el paisaje; ahora en su sitio se nos muestra solamente un
vacío. El irreversible ahuecamiento que (des)hace la imagen, parece sin embargo
advertirnos sobre el riesgo de un destino revertido en un terreno sobre el que
la mirada, como el cuerpo, no logrará asirse sino de lo que no está. El espacio
negativo que funda su ausencia sobre el valle que anticipa la fundación de
Mexicali se impone por horadación en la imagen. Figura sin masa que, derivamos,
responde al espacio que originariamente, en territorio y en imagen, ocuparía El
Centinela. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Sucede entonces que al primer recuadro
del tríptico ese macizo montañoso que da título a la obra y perfil al
descampado, aparece de primera intención vaciado de sí. El cuerpo que señala su
ser-testigo de la historia del desértico terreno que anticipa la frontera no ha
sido borrado ni intervenido, tampoco suplantado; sino simplemente extraído, desamparando
su entorno como un paisaje residual. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">La fuerza que anima el gesto-en-extracción
comporta el rigor de la inclemencia que sólo podría contener el más profundo silencio;
en su vacío, se evidencia la porosidad de aquello que, sobre lo violentado, aún
se mantiene. Con esta primera imagen el artista funda como condición extrañamente
comprobable ese <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre-espacio</i> del que
hablaba Cage, un vacío —en tanto silenciamiento físico pero también simbólico—
cuya línea seguirán por contorno las razones de su permanente reaparición en
las imágenes que a un lado le acompañan. Vacío que en ellas sucederá <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en restancia</i> (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">en restance</i>)<i style="mso-bidi-font-style: normal;">,</i> siguiendo a
Derrida, para nombrar aquello que resiste aún después de la devastación del
resto; <i style="mso-bidi-font-style: normal;">restancia</i> como condición que
afirma la sobrevivencia y en ello la posibilidad de permanecer.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">En apariencia desauratizando el contexto
del que recorta el cerro y que resta en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">restancia</i>
como imagen, Carbonel asigna al territorio de tránsito migrante una especie de
ciega certeza-por-desconocimiento como germen del empeño y convicción al paso asumido
en condición y/o rendición de vida, de futuro; ajeno incluso y especialmente a
los obstáculos visibles o invisibles. Recordemos, siguiendo a Walter Benjamin,
que una de sus (in)definiciones del ser del ‘aura’ en la fotografía delineaba
sus difusos contornos como una “irrepetible aparición de una lejanía por
cercana que ésta pueda estar<span style="font-size: xx-small;">”<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn14" name="_ftnref14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[14]</span></span></span></a></span>. Contra
lo que pudiera ser no sólo aparente, sino necesario para poder hablar de aura
en esta imagen destronada, ahuecada, centrifugada, la partida del sujeto
retratado no cancela la posibilidad de convocarle, sino que, en su ser
deshabitado, reduce el registro fotográfico a la confirmación —certera en su
evidente desheredo— de aquella condenada lejanía configurada de una ‘trama muy
particular de espacio y tiempo’ que Benjamin avistaba como ejercicio de
percepción (a)temporal en la imagen. En esta obra, esa ‘cercana lejanía’,
sensiblemente perceptible y de nostálgico origen irrenunciable<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn15" name="_ftnref15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[15]</span></span></span></a> </span>(incluso
ante el aparente éxito de la imagen fotográfica por fijar uno de sus instantes
como registro comprobable y duradero) se ve enfrentada de forma radical con la
extracción de aquello que, en calidad de sujeto o motivo central del paisaje,
debió originariamente fundar la toma. El vacío que en su lugar ha quedado comprueba
por ausencia la transfiguración de su sustancia en la siguiente imagen, que,
como veremos, hará por condensar en recuperación su aurática cercanía, aún si
sobre los tenores de otra forma de registro: el dibujo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Pero restemos aún sobre esta primera
imagen para recorrer los vestigios de una presencia cancelada. Nos daremos
cuenta entonces que ese volumen-en-extrusión con el que Carbonel funda el
tríptico que nos ocupa, cancela con su desaparición la claridad de su dimensión
referencial, dejando en su lugar una especie de espectro reflejado ‘antes’<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn16" name="_ftnref16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[16]</span></span></span></a></span> o ‘debajo<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn17" name="_ftnref17" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[17]</span></span></span></a></span>’ del
vacío. Lo que pareciera ser un cuerpo montañoso menor oscurecido, se muestra
todavía, aún cuando ya sin referente para relacionarle, como una sombra tendida
del voluminoso cuerpo superior cuya marca-en-vacío (des)configura de inverosimilitud
la escena y nos orilla a intentar esos saltos entre ‘esferas’ de los que
hablábamos entre Fuller y Cage. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Es entonces cuando se devela que esa ‘cercana
lejanía’ aurática benjaminiana asume una extraña forma de plenitud en su
espectral potencia. Imprevisiblemente incapacitados para resolver visualmente
la distancia entre la estancia y la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">restancia</i>
de los cuerpos fotografiados, el espectador se encuentra de pronto perdido entre
los resabios tonales de la imagen. Se ha revertido la asumida relación visual
figura/fondo, pasmando la percepción diferencial entre lo que acerca y aleja la
mirada que configura y resguarda los tenores del cuerpo de un paisaje. Centrifugada
la (des)estancia de un cuerpo hacia la indefinible densidad residual del otro, la
escena del violentado valle convierte su irreductibilidad compositiva en un juego
dialógico de accidentes topográficos monocordes cuya sonoridad resuena en
paralelo desde el más remoto extremo de su disparidad. Porque resulta que lo
que visualmente, físicamente, en la imagen ‘no está’, acontece en la mirada con
el mismo grado y temporalidad de potencia que lo que de porosa densidad resta. Imposible
afirmar entonces, como se predijo, la desauratización por ausencia;
permaneciendo suspendida en torno al disponer del vacío y sus efectos —donde el
vacío ha fundado un sistema de resistencia por co-fragilidad que mantiene en
tensión el espacio visible y el cuerpo sustraído. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Desde el enmudecimiento que impone a la
imagen ese hueco por desprendimiento que des-perfilada la singulariza, la
mirada se obliga a comprobar el vacío de blanca planimetría que comporta el
registro del gran cuerpo ausente. Perdida la posibilidad de calcular con
certeza la distancia y formas del recorrido que en otro caso activaría en su
entorno, la imagen se abisma entonces hacia un aura de origen impreciso, ilocalizable,
y sin embargo retenida, como si contenida en una suerte de cámara anecoica vuelta
sobre sí misma. Recordemos que las cámaras anecoicas —usualmente entendidas
como supresoras del sonido fuera del resguardo de sus dimensiones— funcionan por
absorción de reverberaciones, es decir, aquellas vibraciones que hacen que el
sonido se traslade, viaje en el espacio y al hacerlo devenga audible. En esta
imagen, el cuerpo extraído parecería cancelar su propia acción reverberante y en
ello, su posibilidad aurática. Sin embargo, el entorno, preso de la memoria por
estancia inscrita en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">antes</i> de ese
cuerpo removido, permanece cargado de una reverberación que hubo ya sido
absorbida y cuya huella por contorno permanece, sobrevive <i style="mso-bidi-font-style: normal;">al borde</i>, en el entre-espacio que tanto le aparta como le une a su
restar en co-presencia.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn18" name="_ftnref18" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[18]</span></span></span></a></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Parecería que esta imagen existe en
confirmación de aquella aguerrida afirmación de Cage a mediados del siglo XX en
la que contundentemente declaraba: el silencio no habrá de ser ya solamente
concebido como una mera pantalla para el sonido.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn19" name="_ftnref19" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[19]</span></span></span></a></span> Al
vaciar el contenido usual de su despliegue y el orden de nuestra atención —es
decir, vaciando el aparecer completo de la forma o cuerpo ‘principal’ y la
centralidad de atención de nuestra mirada sobre ello— el recuadro fotográfico remite
nuestra atención y su tensión interna a un estado perceptivo desmarcado, desenlazado
o ‘previo’ (siguiendo la noción zen sobre el ser del vacío) que nos posibilita reconocer
la duración aurática o reverberada que permanece aún cuando se ha silenciado el
cuerpo, figura o sonido antes reinante. Recorriendo así las ‘reverberaciones de
indeterminación’ que contiene esta imagen (empatables con el tenor buscado por
John Cage en toda su obra) el espectador se encuentra a sí mismo en libertad de
observar aquellas sonoridades decantadas como prescindibles, disponiéndolo a
convivir con una visualidad, sólo en apariencia discontinua, en la que habita
el germen de la indeterminación —siguiendo el sentido de lo indeterminado en
tanto ‘salto hacia la no-linealidad’ insistente e intensamente ejecutado en las
obras de Cage.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn20" name="_ftnref20" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[20]</span></span></span></a></span>
Condición imprecisa, volátil pero extendida de continuidad que sin excepción se
hace sensible al recorrer una frontera y que el artista peruano logra condensar
como evidencia visual en su obra. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Vemos en esta primera imagen del tríptico
“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Centinela I</i>” que el artista
recorre y recurre a diversos estados de indeterminación para plantarse en un
lugar tan incierto como el que perfora la condición migrante. Pero más allá de
los estados de indeterminación visual que conjuga esta primera imagen, sea posible
leer la enajenada extracción que inscribe la irrupción volumétrica en pulcro
ahuecamiento, como un enunciado visual seco y directo sobre la cruenta
porosidad entre fronteras que literalmente desaparece al hombre que intenta perforar
su impuesto y resguardado silencio. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Sea momento de acercar nuestra mirada a la
diferencia etimológica originaria que despliega el decir de la existencia integral
o extensiva del silencio, que Roland Barthes recuperaba en uno de sus último seminarios
impartidos en el Collège de France dentro de la cátedra de Semiología literaria.
En aquel seminario destinado a la reflexión sobre las cualidades y condiciones
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lo neutro,</i> Barthes señaló la
distinción terminológica del silencio siguiendo la etimología de su voz latina con
la intención de recuperar las dos acepciones originarias de la palabra.
Reinscribiendo en la memoria del lenguaje el silencio de la naturaleza o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i> –o como él bellamente le llama
“especie de virginidad intemporal de las cosas, antes de que nazcan o después
de que hayan desaparecido”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn21" name="_ftnref21" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[21]</span></span></span></a></span>; frente
al silencio como decisión o imposición humana —<i style="mso-bidi-font-style: normal;">tacere</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn22" name="_ftnref22" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[22]</span></span></span></a></span> No esté
de más señalar como lo hiciera entonces Barthes, que al andar de la historia,
la enunciación en reconocimiento del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i>/silencio
de la naturaleza, no sólo fue decreciendo en importancia y recurrencia de uso,
sino que el lenguaje del mundo moderno habría de olvidarla por completo. Supeditada
al habla, la palabra que habría de enunciar aquello inexplicable del silencio
originario, desaparecería del habitar cotidiano; cediendo la potencia
contemplativa y dispuesta del ser-escucha al ajustamiento por imposición del
ser que ejecuta o recibe como imposición sobre sí, el silencio.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Recuperando ahora aquella perdida
estancia en disposición de escucha del hombre ante el silencio de la
naturaleza, la imagen de Carbonel parecería convocar en el decisivo carácter de
su gesto injerto sobre la fotografía y el territorio que retrata, el recuerdo
de esta perdida precisión etimológica sustancial. Como si el hombre no sólo se
postulara incapaz de detenerse a la escucha del silencio entorno sino que, para
recordarle (no ya en su sentir por reconocimiento dentro), fuera preciso denunciar
su olvido con la altanera irrupción de un blanco vacío de consecuencias
incalculables; refrendando en una imagen lo que la historia ha convenido en
ignorar. Como si comprobando su desmemoria, el silencio del hombre confesara la
futilidad de su veracidad visible en duración capturada, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a</i>signando en su imagen<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn23" name="_ftnref23" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[23]</span></span></span></a></span> el
accidente topográfico y narrativo que silencia; advirtiendo en plena conciencia
las consecuencias de su ser ignorado.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Sobre las condiciones históricas y culturales
de (im)posición e (im)posibilidad de convivencia entre el silencio, digamos, ‘perenne’
(<i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i>), y el silencio ‘circunstancial’
(<i style="mso-bidi-font-style: normal;">tacere</i>), volveremos más adelante; no
sin apuntalar que, en inadvertida sintonía las intenciones de recuperación
etimológica-lingüística que ocuparon a Barthes, la ya citada partitura de la
obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">4’33’’</i>de Cage dio lugar a la
experiencia de ambas acepciones del silencio al hacer ejecutar una como
precondición <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de temporalidad dispuesta
para la otra. Una más de las posibles lecturas que suman las razones por las
que es ésta una de sus obras más determinantes para el desarrollo del
pensamiento y realización estética de la creación musical y artística de la
segunda mitad del siglo XX.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn24" name="_ftnref24" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[24]</span></span></span></a> </span>Antes
de seguir recorriendo el tríptico del Centinela, es importante mencionar la alegórica
lectura que el artista peruano anticipa para hablar de la desaparición del
cuerpo del cerro en este primer cuadro, en un intento por comprender y visibilizar
con qué asidua facilidad el cuerpo migrante debe consumirse como presa —esperanzada
y trágica— de estos juegos de visión, ignorancia y olvido; no de manera literal
aduciendo a los efectos alucinatorios de la insolación y deshidratación
desértica que bien se conocen, sino con la intención de desplegar (de manera no
carente de ironía y acaso con una cierta por certera crueldad), la potencia del
engaño por minimización de los peligros entre los que se envuelve y condena un
cuerpo desesperado, extremando su urgencia hasta hacer desaparecer montañas si con
ello ha de alimentar su impulso para seguir adelante un paso más. Carbonel
declara así sobre esta pieza que las ausencias impuestas y decantadas que
comportan sus imágenes responden a las formas de desaparición o visualidad comprometida
que acechan al cuerpo migrante.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt;">CUERPO</span></b></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">El
trasfondo rompe su silencio </span></i></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">sólo cuando
hay procesos en el primer plano</span></i></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">que superan
su capacidad de resistencia</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn25" name="_ftnref25" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[25]</span></span></span></a></span>
</span></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; text-transform: uppercase;">P.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sloterdijk</span></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Simplificando a la mirada del complejo
desdoble de visualidades y porosidades sonoras|audibles con que Carbonel inicia
el tendido de su obra al intento por asir la imagen del icónico sujeto
topográfico bien llamado ‘centinela’, el segundo momento del tríptico centra su
atención en las delicadas líneas de un detallado dibujo del cerro cuya imagen
en presencia comprobada, hasta ahora, nos había sido visualmente negada. </span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtzpr8JlTWRwhf8eC1lVYrtPWFhX6ezwNGoFgbMjWfWQkzEZx8utG9kX8x8-KWeGYr4gDVQ1lLtG1IZC5SJ_qIRh3BiHpjl0CStGYGfXrVo8Q5sJgmoc0ud8IBt4jvXnAXh4bEVRxwhONX/s1600/IMG_5030.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtzpr8JlTWRwhf8eC1lVYrtPWFhX6ezwNGoFgbMjWfWQkzEZx8utG9kX8x8-KWeGYr4gDVQ1lLtG1IZC5SJ_qIRh3BiHpjl0CStGYGfXrVo8Q5sJgmoc0ud8IBt4jvXnAXh4bEVRxwhONX/s320/IMG_5030.JPG" width="320" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">En este segundo cuadro, el artista dibuja
en carboncillo el macizo montañoso sobre un límpido papel algodonado de
equivalentes dimensiones a la fotografía que le antecede; entregándonos como
registro de presencia no ya una irreverente incisión, sino la precisa
descripción que hacen los trazos de una mano tan diestra como certera en el
recorrer recuperado de los volúmenes y texturas del cuerpo del cerro. Estudio en
grises oscuros y negros que se ancla en el vacío con la sola fuerza de su
presencia, ajeno a los detalles que, como hemos visto en la escena anterior,
conforman el entorno. Ante nuestra mirada se enuncia el silencio centenario y
pétreo del Centinela, desplantando no sólo simbólica sino físicamente esa
honrosa soledad con que se yergue un cuerpo-vigía. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">A un lado de la fotografía ahuecada, de
silencio impuesta y evidenciada sobre el aura de su propia ausencia, Carbonel recupera
dibujando el antes enmudecido cerro, para postrarlo ahora exento, desprotegido
y desencajado —desvirtuando el requisito compositivo-contextual de ubicación y
distancia por relación.</span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Ensanchado de inmensidad y desafiando el
acecho de su natural entorno, el dibujo da lugar a la plenitud de la vibración
sonora que ha condensado sus trazos. Ese cuerpo primero fotografiado que de
origen nos fue negado, dejando por lugar el vacío para recordarnos la violencia
que encinta la imposición del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tacere</i>
sobre el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i>, es ahora recuperado
como único elemento de la vista que antes fue paisaje. No se escucha ya la extensión
visible de su contexto; se ha dispersado el aura de aquella compleja y lejana
cercanía cuya ausencia paralizaba ante el blanco abismo la imagen anterior. Al
tiempo que el ojo recorre la densidad de su grafía, desaparece de la memoria el
estado impuesto sobre ese mismo cuerpo cuando censurado; se encarna ahora
frente al espectador la tranquila continuidad que incorpora por entrega el silencio
comprometido de una escucha dispuesta. El tiempo de la mirada que cuando
enfrentada al fronterizo paisaje se hizo de preguntas a las que buscó respuesta,
se resguarda en esta imagen contenida en cada uno de los trazos con que la mano
joven recuerda la agrietada y envejecida piel del cerro. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Devuelta la presencia desencajada, el
espectador afina la mirada y templa el gesto, agradeciendo el tiempo que piden
los detalles y el espacio para poder posarse sobre los pliegues en claroscuro
que suponen los registros y accidentes topográficos de aquel cuerpo pétreo y
terroso en tal disposición contemplativa que casi logra hacernos olvidar que su
figura anticipa una frontera en su violenta imposición en quiebre al equilibrio
de una misma geografía. Pero aún, suspendido en contemplación como el cerro
dibujado sobre el papel, aquel que se resguarda entre los trazos de grafito a
la estancia de observación/escucha que esta imagen condensa, comienza a
recordar el tono y cadencia del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i>
y al hacerlo, recupera desde la enseñanza de Roland Barthes la urgente
trascendencia de hacernos recordar ese silencio que hace posible la condición
misma de comunión entre el cuerpo y la naturaleza; como entre la memoria de la
mano guiada por la vista posada sobre la extensión del horizonte y el recuerdo
asimilado del un dibujo que en su contención, resuena. “Golpe de afuera, clamor
del adentro, ese cuerpo sonoro, sonorizado se pone a la escucha simultánea de
un ‘sí mismo’ y un ‘mundo’ que están en resonancia de uno a otro […] con esa
escucha misma en que lo lejano resuena de muy cerca.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn26" name="_ftnref26" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[26]</span></span></span></a></span> Es esto
mismo lo que sucede, descrito a profundidad por Jean-Luc Nancy; y en ese
encuentro silencioso de mundos sonoros evoca desde el cuerpo, ya no sólo en la
imagen, el resonar de lo ‘lejano muy cerca’ o esa ‘cercana lejanía que Benjamin
supo enseñarnos a intuir al mirar.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Relevado del contexto, carente de
distensión por pertenencia territorial, la forma extiende los instantes de
nuestra atención sobre su registro, recuperando en el cuidado y continuidad de su
trazo la blanca sonoridad del terreno cuya cima vigila. En esta segunda imagen,
el desértico entorno al que descenderían las laderas que con maestría capturan
los rasgos del Centinela, ha sido reducido a nada. Al hacerlo, Carbonel nos
confronta así con otra forma y densidad del vacío, enfrentándonos nuevamente, por
oposición, a sus efectos visibles por densidad y audibles de ausencia. Sin
embargo, al hacerlo va confesándonos también sus intenciones decantadas. Pues
bien podríamos creer que a pesar de haberse hecho de un cuerpo denso de
singularidad en sus volúmenes, ese mismo cuerpo montañoso vuelve a encontrarse enfrentado
al blanco vacío; señalando en la descontextualización de su presencia tan sólo
un territorio doblemente desahuciado. Cuando es justamente lo contrario lo que
ha sido puesto en marcha. Ceñida su representación al enmudecimiento de sus
contornos sobre el blanco del papel como superficie ecuánime de austeridad; el
cuerpo dibujado del Centinela reversa el enfrentamiento que antes soportó el
entorno violentado en el perforar de oquedad su centro. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Recordemos que en nuestros
intentos-escucha sobre la primera imagen empatamos su estrategia con el
funcionamiento de una cámara anecoica; hacerlo nos permitió entender el pasmo
aurático de la imagen al removerse el cuerpo central, sujeto de la fotografía.
Retomar la figura y funciones de la cámara anecoica al entender de esta segunda
imagen nos permitirá ahora comprender la precisión de la mirada destinada como tiempo
y detalle sobre los trazos como consecuencia de esa captura de reverberaciones.
Contenidos los trazos dentro de su propia marca y huella, el dibujo del cerro
que antes no vimos nos ofrece ahora una mirada completamente centrada sobre sí.
Como si la luz que le hace visible fuera absorbida por completo, no dejando que
nada rebote para iluminar más allá de sus propios contornos. La colocación de
este dibujo como segunda estancia en la secuencia del tríptico perfila los
intereses descriptivos, operativos, narrativos y simbólicos del artista después
de haber enfrentado el cuerpo/escucha a la violencia del silencio impuesto en
la primera imagen. Es ahora, en la temporalidad en duración confiable que
precisa la calidad del trazo y completud del cerro dibujado, que Carbonel
parece responder en paralelo y de forma integral a la experiencia de Cage
dentro de la cámara anecoica; cuando obligado a desentenderse del entorno y sus
perfiles sonoros y visuales, dispone por entero su atención a un solo cuerpo y
sus detalles, ritmos y condiciones. Así, el dibujo del Centinela dispuesto en
el vacío de un blanco impoluto, parecería existir dentro de una de estas
cámaras, dándonos a ver lo que de otra forma nos sería imposible escuchar.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">De tener tiempo la mirada que migra sobre
una frontera, podría quizá sostenerse así, con calma y en detalle sobre los
cuerpos que despliegan los registros en remanso o entrega de su propia
visibilidad. Como retando este natural apareamiento contextual del tiempo en
apremio como condición de sobreviviencia, Carbonel se atreve a condensar en los
tiempos de la mano los perfiles del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i>
y entrega su temporalidad por entero a la escucha de la piel del cerro —necesidad
que de otra forma alimentaría la mirada, si no supeditada a la urgencia de su
constante movilidad (si acaso lúcida para destinar con tal precisión la porosa
cualidad de sus posibilidades de tránsito). Entre los registros pausados y
respetuosos del dibujo, el artista destina a la visibilidad la fugacidad de una
oportunidad negada: si tan sólo el cuerpo obligado a re-correr estos parajes
supiera absorber en un instante de silencio y vista precisa, certera y fiel su
potencia como disposición de escucha para saber atender el origen e
intensidades de todos esos otros sonidos que construirán o demolerán su
recorrido… La temporalidad que condensa este dibujo se compone así de un tiempo
que no se tiene y que al cuerpo urge enfrentarle sin ver.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Es así que empleando recursos de
silenciación por vaciamiento en apariencia similares, las primeras dos imágenes
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Centinela I</i> hacen cuerpo de distintos
ordenes de porosidad, evidenciando la vitalidad que anima el poder condensar
nuestra habilidad y disponibilidad de escucha ante las distintas acepciones del
silencio cuando ejecutadas desde la indeterminación de su apariencia. Haciéndonos
dudar de nuestra propia capacidad de observación para recordar y registrar los
tonos y formas de nuestras relaciones de coexistencia con el entorno. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Resulta trascendental en este momento detenernos
para reflexionar sobre la elección del dibujo (y no la fotografía) como segundo
momento de la obra; siendo desde su estancia de condicionada ‘veracidad’ que el
artista decide destinar el tiempo de observación intensa sobre el paisaje. Tal
elección parece querer revertir el devenir de la técnica fotográfica en tanto
consignación de fiabilidad histórica. Al hacerlo, la obra de Carbonel deshabita
por partida doble la estancia cuya percepción atiende y en ello reconfigura la
lectura asumible de la imagen entre el cuerpo del vacío y el vacío del cuerpo. En
una suerte de ‘reverso histórico’, la elección que hace Carbonel sobre el orden
de las técnicas que emplea —el regreso al dibujo después de la fotografía—
configura su apuesta por la certeza figurativa y visual de esta técnica
artística primigenia (el dibujo), no como prueba de su maestría, sino como un ejercicio
de escucha que anhelara recuperar(se) en el silencio de la naturaleza. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Será entonces la mano que extiende y
retrae su fuerza sobre la punta del grafito queriendo condensar en el papel la
vista sonora empeñada en recordar los bordes del territorio, quien decida enfrentarse
al profundo silencio por imposición que dejó el gran hueco de su primera imagen
para (re)aprender a escuchar más allá de la herida, del rapto, de la huella de
lo indecible; para (re)aprender a escuchar desde una mirada hospitalaria —es
decir aquella que se confiesa imposibilitada para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver venir</i> la llegada del daño, de lo extraño, del extranjero
(siguiendo a Derrida) y por ende, imposibilitada para aprehender la extensión
del territorio de un solo vistazo; conciente de su condición de imposibilidad
para controlar el horizonte. Esa mirada hospitalaria se entrega así desde los
reductos de sus pequeñas partes, uniendo en el tejido de sus fragmentos lo que
ve y lo que desconoce, lo que ha andado y lo que teme; reconociendo en el
dibujo la relación del trazo consigo que el cuerpo logra extender como ofrenda
de sí al territorio. El artista reconoce y representa el tiempo cuyo respetuoso
asimilar asegura en el cuidado —negada ya la captura en voracidad del instante
fotográfico— con que describe las líneas del cuerpo montañoso entre el vacío
que le da lugar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">temporalidad sonora</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn27" name="_ftnref27" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[27]</span></span></span></a></span> y le
permite expresar la textura de su singularidad.</span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt;">FRONTERAS </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">La posición
aparece, por lo que vemos, </span></i></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">por
plegamiento sobre sí, </span></i></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">o por
obstinarse en permanecer en un lugar inesperado.</span></i><span style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn28" name="_ftnref28" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[28]</span></span></span></a></span></span></span></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; text-transform: uppercase;">P.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sloterdijk</span></span></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisv6MvCZSLH1Qlvpo_Zz2un5ELiVTSWBZLQbPaeoB02QChSlmLFLGG9b1ZWNg4xsKDpqweIL5jWdlN4NriI6LO8cOn4OkfRg-RR18rUqmywloiNAv9gBsyqmS1r5MjXeBPxZn6mV9PgewW/s1600/IMG_5031.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisv6MvCZSLH1Qlvpo_Zz2un5ELiVTSWBZLQbPaeoB02QChSlmLFLGG9b1ZWNg4xsKDpqweIL5jWdlN4NriI6LO8cOn4OkfRg-RR18rUqmywloiNAv9gBsyqmS1r5MjXeBPxZn6mV9PgewW/s320/IMG_5031.JPG" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Dispuesto de nuevo sobre un fondo blanco,
el tercer y último cuadro del tríptico repite el perfil del cerro extraído en
la primera imagen y dibujado en la segunda. La reiteración de la figura
extendida sobre la horizontal, irregularmente puntiaguda entre sus bordes, nos es
por su contorno ya abiertamente reconocible —aún cuando en esta tercera
invocación, en su interior se extiende la faz de un cuerpo ajeno. Entre los
bordes reconocidos vemos una imagen fotográfica en color que retrata un territorio
descampado; vasto tendido sin-cerro que habita los contornos del cuerpo que consigo
desaparece. La indeterminada extensión de horizonte se muestra así apresada en
el replicado contorno de un cuerpo al que, apenas unos minutos antes, habíamos
(re)aprendido a escuchar. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Al ser nuevamente producto de un proceso
de extracción, la forma que el artista ha decidido entregarnos en la tercera
escena nos enlaza de manera más directa con la primera imagen que con el dibujo
que le antecede —acaso por continuar en semejanza con la textura visual de la
técnica fotográfica; quizá por la equivalencia en densidad tendida de un
entorno despojado. Lo cierto es que la reverberación visual que escuchamos
sobre los extremos del tríptico comparten en complicidad su ser impuesto como
vaciamiento. Al recorrer visualmente el tríptico, se hace evidente que ambas
estancias de temporalidad sonora hacen las fronteras exteriores de la pieza
aferrándose a sus extremos como ejecuciones de imposición silente sobre el
paisaje. (Invoquemos a Cage en su consumación de estas formas de ejecución
silente.) El cuerpo en duración dibujado que el artista decide como centro de
la composición, no hace sino corroborar la distancia (visual, técnica y
narrativa) que anima su ser <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i>. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Sucede entonces que a pesar de coincidir
en tamaño, disposición y condiciones sobre el fondo blanco de la hoja, poco
tiempo toma a la mirada asegurar que este tercer registro en recorte perfilado del
cerro vigilante, no resuena en el mismo tenor que el cuadro anterior. A pesar
de compartir la exactitud de los finos recortes que registran su perfil
topográfico sobre el blanco fondo, lo que vemos ahora en el espacio que ocupaba
el peso, tiempo y textura del Centinela, es sólo la forma en residuo de sus
bordes como si hubiera sido inundada por el entorno austero y un tanto anónimo
que aquí la llena.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Deshilvanando las distancias y
consistencias de un paisaje de tránsito migratorio en un estado igualmente
polarizado —es decir, tensado entre el mayor grado de atención que la mirada en
fuga es capaz de sostener y la quebradiza certeza ante la fugacidad de lo percibido
en proporción con el miedo creciente al avanzar del cuerpo cada vez más al
norte— el artista hace culminar el tríptico sobre el registro de su despliegue
escénico en el género de representación más fácilmente empatable con la
realidad: una fotografía a color en buena resolución de un paisaje que no acusa
mayores sobresaltos. Apenas para imponer sobre esta imagen de la imagen una
doble impostura, condensando sobre la conjunción apresada de los silencios
bartheanos, un tercer tenor esquivado de invocación. Es el tenor en el que los
silencios —aquel que hemos recuperado como el silencio de la naturaleza y ese otro,
el del hombre— se enfrentan sin reconocerse luchando por ocupar el tiempo de un
mismo espacio. Cuando esto sucede, ‘algo’ o ‘alguien’ irremediablemente se
pierde. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">En esta tercera imagen, el seco
territorio que anticipa la capital bajacaliforniana y su estancia-en-frontera
con la población de Caléxico, CA, espera cautivo dentro de su propios límites ausentes,
la esperanza vibrada de una huella. En un exiguo intento por escapar a su temporalidad
siempre y sólo recorrida, el valle que abre camino a Mexicali se ahoga entre
los bordes del cuerpo que al migrante señala. Pues sobre la condición de esta
sobreposición visual, se confirma que una vez expuesto como contorno ante la
inclemente vastedad del territorio, ya no hay tiempo para el tiempo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Ahuecando el paisaje en sentido inverso,
Carbonel ha desprendido la forma del cerro de la topografía que re-presenta para
vestirla de apariencia con la imagen rebotada de un falso espejo. Capturado, el
continuo territorial sin-cerro habita su huella blandiendo su nada doblemente
deshabitada. Extrudida la musculosa masa montañosa devasta el volumen mismo de
su representación entre los insignificantes colores de un paisaje sin referentes;
la presencia antes vigilante y guía del trayecto, mirada, tiempo y distancia,
deviene irremediablemente alienada, incapaz de defender su peso frente al desencajado
registro que convoca el espejismo que carga como interior expuesto. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Llegados al límite, Carbonel nos obliga a
ver de nuevo (o por primera vez) ese territorio que hasta ahora habíamos casi
por entero ignorado para preguntarnos si tan sólo, siguiendo en el gesto los
mismos bordes, logramos seguir escuchando los tenores de la montaña. El
recorrido de estas tres imágenes nos confirma que, de un instante a otro,
dentro del resabio cierto de la figura que asumíamos saber distinguir, podemos
estar igualmente perdidos en la más profunda sordera de la mirada —esa que no
sabe ya ubicar, no sólo su cuerpo en el espacio, sino el espacio dentro del cuerpo.
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Una vez que el sentido simbólico de la
representación (en tanto recuperación de la imagen exterior en la memoria
interior) resta por deserción, olvidada o ignorada la perenne presencia cuyo
sólo avistamiento bastaba para recuperar la ruta, se ha perdido la condición
vital del andar, pues no se tiene ya conciencia de la duración del tiempo. Por
ello es que en esta tercera imagen de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
Centinela I</i> encontramos como figura del cerro apenas el juego de un recorte
pueril, deshonrado, impuesto como fachada de un contexto que aunque propio,
resuena esquivo de tanta ceguera; falsamente colocado, saturado de un horizonte
que promete figuras imposibles de cumplir. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">El juego visual que el artista enfrasca
en esta tercera imagen pone de manifiesto otra de las más comunes disposiciones
de entrega desde las que se arriesga el cuerpo migrante. Sugiriendo que, si en la
urgencia de creer que puede alcanzar su destino el cuerpo migrante lo requiere,
habría de encontrar en la topografía una límpida visión como falsa continuidad;
haciendo confundir el silencio impuesto de esta planimetría que se ha emplastado
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">en lugar de </i>como prueba visible de accesibilidad.
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Pero, ¿es que el paisaje, como la mirada,
han de terminar tan reducidos como parece? ¿Es esto lo que el artista en su
obra ha escuchado restando de pie frente al gran cerro que gobierna la Laguna
Salada? ¿Es que la hospitalidad de insistencia conquistada que nos fue
entregada en el segundo cuadro del tríptico no hizo más que detenernos en vano
y en vilo sobre la duración de un pa(i)saje de antemano perdido?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Residual y taciturno<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn29" name="_ftnref29" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[29]</span></span></span></a></span>, el
cerro que ya no está, no sólo desaparece sobre el paisaje que intenta
permanecer como aparente remedo de su propia resonancia. Aún si de primera
vista pareciera confirmar la sentencia que desploma la mirada nublada de
expectativas que carga por la espalda quien se ha visto obligado a reducir su
existencia al enmudecer extranjero, el cerro, acompañante y vigía, no
desaparece sin dejar por huella su contorno. Destinando aún la posibilidad de
duración, de aceptarse la constitución de la propia historia como un entramado
de huellas<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn30" name="_ftnref30" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[30]</span></span></span></a></span>
cuyo rastro impide el borramiento último e irreversible, el del contorno que
asegura no sólo la mirada presente sino el recuerdo de su retorno. Resto
discreto, quizá malentendido de insuficiencia, pero que al ejercerse en memoria
del trazo por duración aprehendido sobre un territorio —cuya vastedad se
confirma de otra forma inaprensible— ofrece todavía al cuerpo la
(in)visibilidad de su último registro en silenciosa (más no silenciada)
sonoridad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Comprendiendo que el migrante depende
esencialmente de la confiabilidad y condiciones de visibilidad del territorio; podemos
entender que este último cuadro en el que el artista concierta el final de su
recorrido sobre el territorio fronterizo, es entregado por complicidad en
conciencia de la potencia de su condición porosa a aquel cuyo cuerpo ha de
aprender a ver-escuchando para leer los registros sonoros del paisaje que pueden
determinar el trazo de su destino. Sabiendo que, cuando enfrentado con la
intransigencia de ciertas densidades que por imposición injerta enmudecen, recordará
cómo convertir el silencio en escucha y la mirada enceguecida en paisaje
destinado.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt;">SILENCIO</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Dado que es urgente recordarnos que —aún
y especialmente en territorios cuyo recorrido se funda sobre la desaparición de
los cuerpos<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn31" name="_ftnref31" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[31]</span></span></span></a></span>—
se puede convertir el gesto en trazo; el trayecto en historia; el riesgo en herida
y el presente en sobrevivencia, ha sido preciso tender la lectura de la obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Centinela I</i> del artista peruano
Alejandro J. Carbonel siguiendo el registro más fino de sus bordes. Sólo
entonces deviene audible su porosa visualidad como un discreto enunciado esperanzado
de hospitalidad —temporalidad y espaciamiento todavía posible— por darse y
reconocerse. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Recordándonos que, conforme más inhóspita
es la condición del entorno, aumenta en proporción la capacidad-escucha del
cuerpo que le enfrenta. Hemos visto cómo en el pasar de una a otra imagen, el
artista cimbra los perfiles del vacío entre cuyas derivas interviene la
legibilidad, comprensión y posibilidad aprehensible del paisaje y su despliegue
bidimensional <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dando tiempo y espacio al
silencio</i>, como lo hiciera John Cage en su ya invocada obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">4’33’’</i>, para evidenciar la irrupción del
silencio como estancia dialógica entre la disposición/imposición que de manera
‘experiencialmente activa’ puede fundar el encuentro entre la obra y el
escucha. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Recuperando una de las concepciones
taoistas cuya comprensibilidad entiendo entre las más alejadas a las formas del
pensamiento occidental sobre el sentido y manera de ejecución del obrar<span style="font-size: xx-small;">,<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn32" name="_ftnref32" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[32]</span></span></span></a> </span>la contundente
claridad que hace acontecer el gesto ‘inactivo’ de interpretación de la obra
silente de Cage, nos acerca a la posibilidad de entender la acción como espera
en confluencia con la existencia integral del entorno. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Está escrito en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dao de jing</i>: “Vacío, no queda exhausto. En movimiento, exhala sin
cesar. Las muchas palabras pronto se agotan: más vale guardar el centro.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn33" name="_ftnref33" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[33]</span></span></span></a></span> Esa
estancia que guarda su centro en condición de observación y escucha,
silenciando los apremios de sus acciones cuando desesperadas intentan sin
descanso seguir enlazando esferas, llenando huecos, ocupando vacíos, nos remite
en la pieza de Cage a una condición similar de asimilación del entorno por la
vía del silencio y la atención pausada que confiesa como lucha y alcance la
obra de Carbonel. Hay en ellas un tenor compartido que, develando el trasfondo
de la imposición, hace evidente el ejercer de su capacidad de resistencia ante
las exigencias que apremian la existencia cotidiana. Sea en el caso del músico
como liberación de las ataduras estructurales del pasado en la historia de la
música que asume sólo para transgredir sus fronteras reconsiderando el
entendimiento mismo de sus elementos esenciales: sonido y silencio —sea en la
confesión de imposibilidad de asimilación de la extensión del territorio en el
perseguir de sus bordes, para jugar en cambio con las posibilidades de
negociación visual, física y conceptual que destinen asible el terreno en la
observación y escucha detenida de sus fragmentos— estas obras asumen el
vencimiento como entrega en prenda de su propia experiencia. [Entendiendo el
vencimiento desde la doble coyuntura significante que la palabra encinta: es
decir, para pensar en un objetivo en lucha por vencer aquello a lo que se
enfrenta; como también entendiendo la disposición vencida como estado de
comprensión dispuesto más allá de lo impuesto, restando así la fuerza de su
carga en la asimilación de nuestro lugar y sentido, no-dependiente de
condicionamientos externos de agresiva presencia o intencionalidad.]</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="background-attachment: scroll; background-clip: border-box; background-image: none; background-origin: padding-box; background-position: 0% 0%; background-repeat: repeat; background-size: auto auto;"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Al comprobar la imposibilidad de
experimentar el silencio absoluto, Cage accionaba ya como estrategia vivencial
en su obra ciertos mecanismos de silenciamiento temporal y espacial específicos
en potencialización de la escucha (tanto del autor como del espectador); mismas
estrategias que más de medio siglo después el joven peruano descubriría a su
modo como única (com)posición disponible y dispuesta para entender el mudo
testimonio de (in)visibilidad migrante que su propia estancia como cuerpo ajeno
al entorno fronterizo le permitiría develar sobre los accidentes audibles y
silenciados del terreno. Acechando los presupuestos ordinarios de asimilación
visual y auditiva, ambos artistas desembalan la plenitud expansible de la
percepción en tanto apremiante irrupción al re-conocimiento del asir cotidiano.
Al obstruir y redireccionar las condiciones usuales de lectura y comprensión estética
de la obra de arte, ambas obras reconfiguran el registro de su penetrabilidad
como potencia de experiencia receptora activando estrategias directas y
esenciales que hacen resonar el tenor de sus encuentros entre sus particulares
procesos creativos a partir de la reducción, discretización, silenciamiento, extracción
y vaciamiento. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="background-attachment: scroll; background-clip: border-box; background-image: none; background-origin: padding-box; background-position: 0% 0%; background-repeat: repeat; background-size: auto auto;"><br /></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Estrategias de disposición a la escucha de
lo ignorado que emergen de un mismo gesto primario o fundacional en ambos
artistas: el trazo como condensación de la estancia de encuentro que anhelan
—para Cage, destina el tiempo en título que comporta y conlleva la obra como
único cuerpo ‘visible’ en el definir de la duración y ejecución de su
existencia silenciosa, durando el tiempo preciso de su ausencia dentro de la
partitura; en Carbonel, como silente confesión de la experiencia y temporalidad
del dibujo en tanto proceso de interiorización de los perfiles de exigencia,
riesgo y cuidado que más allá de su imagen se distienden al recorrer de un
territorio. Ambos trazos son enunciaciones de duración definidas por la
temporalidad que gestan. Estancias de encuentro que, como hemos visto, mantienen
una relación esencial e integral con las dimensiones fenomenológicas del
silencio recuperadas por Roland Barthes.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Venga bien recordar que Cage intentó
también hacer del trazo dibujado por recuperación de bordes, la manera de
registrar la presencia-ausente de cuerpos físicos. Recordemos su serie <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ryoanji </i>en la que trazaría los perfiles
de un sin fin de piedras recolectadas sobre la delicada incisión de la
punta-seca sobre el papel de algodón.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn34" name="_ftnref34" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[34]</span></span></span></a></span> Los
registros empalmados de aquellas piedras, más o menos densos por acumulación y
destino,<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn35" name="_ftnref35" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[35]</span></span></span></a></span>
acontecen sugiriendo el trazo de sus cuerpos y contornos como huellas habitadas
de vacío dispuestas en el espacio contenido de infinitud de la obra de arte.</span></span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6NOPwojJCkgDCzpwFBF0VZctL3JPKUoZywOaG5XbHviNKn6Mn9bJtdxBXnWdVBaW6B5Z8lCt08E51KgWGnnQvNFFU7pYUwYKir0xqkiznOyOl7ord39TmqlRI_zDW6dm3CA9gdRrrF7R-/s1600/whererryoanjiaugust1983.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="172" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6NOPwojJCkgDCzpwFBF0VZctL3JPKUoZywOaG5XbHviNKn6Mn9bJtdxBXnWdVBaW6B5Z8lCt08E51KgWGnnQvNFFU7pYUwYKir0xqkiznOyOl7ord39TmqlRI_zDW6dm3CA9gdRrrF7R-/s320/whererryoanjiaugust1983.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Durante buena parte de su vida adulta, John
Berger mantuvo un significativo intercambio epistolar con su padre, Yves Berger.
En estos diálogos escritos, cada emisario recurriría a sus particulares experiencias
como dibujante, teórico y académico para entresacar configuraciones sobre una
serie de aparentemente sencillas preguntas lanzadas entre sí. En una de sus
cartas, John se refiere a una vieja serie de dibujos hechos por el padre y
sobre ella sugiere una interesante conclusión determinante a nuestros intereses
presentes: “Dices que [tus dibujos] parecen fonemas, pero visuales. Y Joseph
Beuys dice que hablar puede ser una forma de escultura. Si retuerzo juntos
estos dos hilos, podría decir que los dibujos son sonidos esculpidos.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn36" name="_ftnref36" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[36]</span></span></span></a></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Acercar esta sugerente afirmación como
premisa para la lectura entrelazada de las obras cuyas sonoridades hemos venido
siguiendo, nos ofrece asegurar su encuentro justamente en ese espacio
entre-espacios cuya importancia Cage urgía en señalar. Pensar en el dibujo como
‘sonido esculpido’ es colocarle y colocarse ante él en la brecha misma que señala
una frontera —esa franja, perfil o contorno cuya pertenencia neutra se admite
como una suerte de tregua geográfica pues contiene, precisamente, el germen de
continuidad entre ambos territorios. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;">Si ante estas obras nos hemos ocupado en
localizar los bordes que por definición de existencia nos permiten destinar al
sonido sus condiciones y capacidades más allá de su posible estructuración
musical; y al paisaje su fragmentación extensible más allá de su limitación
horizontal fronteriza, lo hemos hecho no para distinguirles, sino para
situarnos en posibilidad de continuar su corporalidad fuera de esos límites que
con mayor o menor visibilidad operan en su expresión y nuestra experiencia.
Intentar definir(nos) en la escucha del dibujo y en el trazo del sonido son
intenciones complementarias que si algo demuestran es nuestra urgencia por
encontrar y disponernos hacia otros espacios y temporalidades de inscripción y
legibilidad —no sólo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i> las artes
(disciplinas, técnicas, formas de expresión artística) sino y especialmente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i> los cuerpos y sus formas de configurar,
ofrecer, recibir, recoger, rescatar y habitar esos gestos de hospitalidad que han
conseguido hacerse durar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">entre</i> la
escucha y el rumor.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">IMÁGENES:</span></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">Alejandro
J. Carbonel. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Centinela I</i>. 2011. Tríptico
- fotografía y lápiz sobre papel de algodón. (Cortesía del artista)</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">John Cage. <i>(7R)/15 (Where R=Ryoanji). </i><i><span style="font-style: normal;">1983. Lápiz sobre papel japonés hecho a mano.</span> </i></span></span></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><br clear="all" /></span></span>
<br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[1]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Berger, Georges. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Especies de espacios</i>.
p 88.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[2]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>En su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Silence</i>, Cage rememora la
primera vez que entró a una cabina o cámara anecoica en Harvard Unievrsity en
1951. Escuchó en su interior dos sonidos, uno más alto o agudo que otro. Al
salir preguntó al técnico encargado qué eran estas sonoridades que había
escuchado; le fue explicado que el sonido más agudo correspondía a su sistema
nervioso, mientras que el sonido de tono más bajo era su sistema circulatorio.
Sonidos inintencionales decía Cage, que producimos todo el tiempo, así no sólo
es imposible sino que carece de sentido tratar de distinguir entre el sonido y
el silencio cuando el silencio estará siempre habitado por sonidos. Al respecto
ver: Cage, John.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Silence” en: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 10pt;">Lectures and Writings by John
Cage</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[3]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dar (el) tiempo</i> Derrida habla del
don como un fenómeno cuya existencia supone una ‘cierta incondicionalidad’; en
ello radica su posibilidad de acontecer. El don como acontecimiento, el
acontecimiento del don afirma Derrida debe suceder como una entrega
desinteresada, irruptiva; “debe desgarrar la trama, interrumpir la continuidad
del relato”; pero, en ello está su paradoja, señala el filósofo pues no podría
haber don sin intención del dar, sin conciencia de entrega —“todo lo que
procede del sentido intencional amenaza también al don con resguardarse, con
quedar (res)guardado en su propio gasto”. Sin embargo, como nos ha enseñado su
pensamiento, el don sucede, es posible en su imposibilidad —y para que se <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de</i> ese acontecer es preciso que haya
azar, encuentro de algo involuntario, incluso inconciente o desordenado.
Derrida, Jacques, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dar (el) tiempo I. La
moneda falsa.</i> pp. 122-123.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[4]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Siendo, como pocas veces se recuerda, que Cage habría de escribir otras 2
variaciones de esta misma pieza 4’33’’. “La primera , 4’33’’ es para uno o
varios músicos. La segunda 0’00’’, indica que una obligación respecto de otro
debe ser cumplida, parcial o totalmente por una sola persona. La tercera
consiste en la reunión de varias personas que practican un juego —puede haber
dos o más jugadores— en una situación que se amplifica. Cualquier juego —por
ejemplo una partida de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">bridge</i>, o de
ajedrez— se convierte en una obra musical que es esencialmente silenciosa.”
Cage. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Para los pájaros</i>. p 260.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref5" name="_ftn5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[5]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
</span><span style="font-size: 10pt;">“El
derecho al espacio […] supone simplemente la posibilidad de simultaneidad.” </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">Ibid</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">. p 203.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn6" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref6" name="_ftn6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[6]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Jabès, Edmond. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un extranjero con, bajo el
brazo, un libro de pequeño formato</i>. p 58.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn7" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref7" name="_ftn7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[7]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
John Cage. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Para los pájaros</i>. p 43.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn8" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref8" name="_ftn8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[8]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Budismo ‘clásico’ como gustan precisar algunos estudiosos, cuyo primer
acercamiento y prolongado interés devino de los cursos impartidos por el monje
y estudioso budista japonés D.T. Suzuki en la Universidad de Columbia entre
1949-1951 en los que Cage participó. En 1962 Cage iría a visitar al maestro
Suzuki en Japón en un viaje organizado por Yoko Ono y </span><span style="font-size: 10pt;">Toshi
Ichiyanagi.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn9" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref9" name="_ftn9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[9]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Explorando a profundidad la figura de la ‘esfera’ como figura epistemológica
paradigmática del siglo XXI, se recomienda el estudio homónimo de Peter
Sloterdijk. En su análisis del sentido ‘esferológico’ de las sociedades,
Sloterdijk las define como “asociaciones agitadas y asimétricas de
multiplicidades-espacios y multiplicidades-procesos, cuyas células no pueden
estar ni realmente unidas ni realmente separadas.” Sloterdijk, Peter. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esferas III</i>. p 49</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn10" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref10" name="_ftn10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[10]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ibid</i>. p 107.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn11" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref11" name="_ftn11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[11]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Pensando en el sentido del ‘dar’ derridiano, ese dar (lo)imposible; ‘dar lo que
no se tiene’, del que habla entre otros escritos en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dar (el) tiempo (la moneda falsa)</i>.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn12" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref12" name="_ftn12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[12]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Cage describía la ‘nobleza’ como la habilidad de dar un tratamiento igual a
todas las cosas; es decir, ser capaces de mantener un sentimiento de igualdad
frente a cada cosa —forma de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">estar en el
mundo</i>, íntimamente ligada con los fundamentos del pensamiento zen.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn13" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref13" name="_ftn13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[13]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Asumo la libertad de poder hablar de una condición-en-frontera desde la cual se
presenta la obra ya desde su primer cuadro, pues, aún si se desconociera la
locación y contexto geográfico/político de la imagen, su estar ‘recortado’,
incontinuo, en extracción, la enfrenta germinalmente con sus propios límites.
Siendo en el momento de la primera aprehensión de su apariencia, cuando aquella
fractura material determina de forma decisiva e irreversible la concepción
estética y la lectura conceptual de la obra desde el registro de sus bordes
como incisiones de violenta imposición sobre la continuidad natural de un
paisaje. La innaturalidad que figura el recorte del cerro Centinela en esta
primera imagen del tríptico predispone al cuerpo y a la mirada haciendo uso de
los mismos elementos y demarcaciones de (im)posibilidad con los que opera y
acciona una frontera política al paisaje faccionado entre dos países.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn14" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref14" name="_ftn14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[14]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
El primer escrito en el Benjamin menciona la figura del ‘aura’ presente en las
antiguas imágenes fotográficas es en la “Pequeña historia de la fotografía”
(1934, p 75); más adelante desarrollará sus reflexiones sobre ella con un poco
más de amplitud en “La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica”
(1935).</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn15" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref15" name="_ftn15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[15]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Recordemos que Benjamin cita sus reflexiones iniciales sobre el aura analizando
aquellas imágenes fotográficas que construyeron los inicios de la historia de
la técnica.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn16" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref16" name="_ftn16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[16]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Hablaremos de un ‘antes’ en la imagen si seguimos la lectura topográfica
narrativa que tanto la pintura como la fotografía de paisaje nos han enseñado a
‘leer’ el cuadro, la escena o el paisaje —esto es del ‘frente’ hacia ‘atrás’
para asimilar sus intenciones y formas de representación de la profundidad
espacial.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn17" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref17" name="_ftn17" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[17]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Denominaríamos la forma por disposición en el cuadro como un ‘debajo’ del
cuerpo ahuecado si sobre la extracción seguimos la escena como compuesto
gráfico, ya no referencial de un cierto terreno recorrible al cuerpo o a la
mirada, como lo supusimos en el nombramiento de ubicación anterior.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn18" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref18" name="_ftn18" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[18]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Valdría recordar aquí esa ‘geometría de vecindad’ a la que se refiere
Sloterdijk en el análisis de las ‘paredes’ que comparten las esferas en el caso
de las burbujas, existiendo por co-fragilidad en la compartición de sus bordes,
que si bien las mantienen al extremo de su cercanía, es esa colindancia extrema
su imposibilidad de cercanía real, siendo su estancia de unión, la misma que
dispone su aislamiento. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op.cit</i>.
Sloterdijk. pp. 48-49.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn19" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref19" name="_ftn19" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[19]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op.cit</i>. Cage. </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">Para los pájaros.</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"> p 37.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn20" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref20" name="_ftn20" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[20]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
La condición de </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">indeterminación,
fundamental en el pensamiento y obra de John Cage, suponía no entenderla como
‘un estado de variedad más o menos perfeccionada de la determinación’.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hablando sobre el tema con el académico
Daniel Charles en el ya citado libro/conversación <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Para los pájaros</i>, Cage: “usted olvida que de una a otra hay un
salto. ¿Y cómo dar ese salto? Mi respuesta es: dejando actuar al tiempo. […] en
vez de reservar las posibilidades, en vez de dejarles solamente la facultad de
presentarse en sucesión, se trata de fracturar su linealidad y acumularlas,
inmediatamente y todas a la vez.” <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ibid.</i></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">pp. 246-47.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn21" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref21" name="_ftn21" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[21]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>No dejemos de atender la cercanía que esta definición o comprensión del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silere</i> entregada por Barthes resuena en
compañía con la comprensión zen del vacío, o ‘la vía’ (el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dao</i>) taoista, en tanto esa existencia de la que no se habla,
indefinible, invisible e incognoscible y que precede todas las cosas.
Recordando que Barthes estuvo también profundamente interesado por el
pensamiento oriental; en su caso específicamente vinculado al pensamiento
taoista –deriva del budismo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">chan</i>
desarrollado en China.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn22" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref22" name="_ftn22" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[22]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Barthes, Roland. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lo neutro</i>. pp.
67-76.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn23" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref23" name="_ftn23" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[23]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Entendiendo con este término que destina tanto como libera su ser ‘signado’
—apelando al prefijo ‘a’ en tanto negación.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn24" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref24" name="_ftn24" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[24]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>La obra en partitura <i style="mso-bidi-font-style: normal;">4’33’</i>’ de John
Cage fue por primera vez ‘interpretada’ en<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>agosto de1952 por el virtuoso David Tudor en el Maverick Concert Hall,
cerca de Woodstock, NY. El espacio es un granero abierto en ambos extremos
rodeado de bosque, de tal forma que los sonidos de la naturaleza que le
circunda son parte integral del lugar. Para su ‘interpretación’ el pianista
debía levantar la tapa del piano, esperar 30 segundos y cerrarla –concluyendo
así el primer movimiento. Al volver a abrir la tapa el segundo movimiento
transcurriría en un lapso de 2 minutos 23 segundos, terminando de nuevo con el
cierre de la cubierta de las teclas. Una última apertura señalaría el inicio
del tercer movimiento llegando al final de la pieza al transcurrir 1 minuto 40
segundos. (Estos son los tiempos impresos en el programa del Maverick Concert
Hall; sin embargo, posteriormente la obra impresa anotaría los tres tiempos en
la siguiente disposición: 33”/ 2’40” / 1’20”.) Cage señalaría la definitiva
influencia que sobre la creación de esta pieza tuvieron las pinturas blancas de
Robert Rauschenberg; acaso intuyendo la multidireccionalidad del diálogo y
relaciones de influencias desde y hacia otras artes entre las que su pieza
extendería sus efectos durante las décadas subsecuentes y hasta el presente.
Los monócromos blancos de Rauschenberg, realizados con pintura blanca para
muros, buscaban condensar las sombras que sobre la fachada de una casa dejara
en huella el andar de un paseante. En 1951 el artista escribía a su galera
(Betty Parsons) sobre nuevas pinturas por él consideradas “casi como si fueran
una emergencia”. Describiéndolas como “grandes lienzos blancos (1 blanco como
hay 1 Dios) organizados y seleccionados con la experiencia del tiempo…”.
Rauschenberg citado por Barbara Rose en “Seeing Rauschenberg Seeing”
[originalmente publicado en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Artforum</i>,
2008]. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">/ Tensando la línea de influencia un paso anterior hay que tener en mente la
obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blanco sobre blanco</i> (1918) del
pintor ruso suprematista Kasimir Malevich; obra por él concebida como paradigma
de su personal búsqueda de espiritualidad en el arte.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn25" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref25" name="_ftn25" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[25]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op.cit</i>. Sloterdijk. p 55.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn26" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref26" name="_ftn26" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[26]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Nancy, Jean-Luc. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A la escucha</i>. p 87.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn27" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref27" name="_ftn27" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[27]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Sugiero el uso de esta figura ‘temporalidad sonora’ hablando del detallado
dibujo del cerro para referir la relación de cercanía-en-distancia-recorrida
que sugiere el trazo delicado y atentamente descriptivo que la conforma.
Considerando el valor de la temporalidad que Cage subrayaba una y otra vez
respecto a la existencia de todo sonido y silencio perceptible por el escucha,
referir en el dibujo un paralelo de esta ‘temporalidad sonora’ nos permite
recorrer con la mirada el orden y condiciones perceptibles como resonancias de
la distancia tendida en este caso entre el cuerpo y el trazo.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn28" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref28" name="_ftn28" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[28]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op.cit</i>. Sloterdijk. p 47.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn29" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref29" name="_ftn29" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[29]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Refiriéndonos a la taciturnidad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">como ese
silencio de algo que puede hablar</i>, como alguna vez lo planteara Jacques
Derrida en un sutil y preciso entendimiento del término por condición de
(in)disposición.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn30" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref30" name="_ftn30" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[30]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: xx-small;">
</span>Recordando que Derrida sugiere entender el destinar como un “dejar constituirse
en sistema de huellas”. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op.cit. Dar (el)
tiempo</i>. p 101.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn31" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref31" name="_ftn31" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[31]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Sabiendo que ese descampado que hace la Laguna Salada y que vigila El Centinela
es, desde hace varias décadas, un extenso y voraz cementerio a cielo abierto,
silenciado de invisibilidad; siendo que su alta densidad salina descompone en
corto tiempo los cuerpos que la violencia entorno destina a desaparecer
sepultándolos entre sus tierras tendidas de impunidad.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn32" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref32" name="_ftn32" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[32]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Dice en Tao: “Actúa sin acción, ocúpate de despreocuparte, saborea el desabor,
ten por grande lo pequeño, ten por mucho lo poco.” <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tao te king</i>, Siruela. p 155.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn33" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref33" name="_ftn33" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[33]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ibid</i>. p 39.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn34" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref34" name="_ftn34" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[34]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
La primera vez que John Cage se acerca al dibujo y a aprender técnicas de
grabado fue por invitación de Kathan Brown en 1978 para una estancia en un
taller destinado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>exclusivamente para su
experimentación en Crown Point Press (California). Más adelante, produciría un
amplio cuerpo de obra entre grabados y acuarelas durante ocho años de visitas
periódicas al taller que Ray Kass preparaba para él cada verano en Mountain
Lake, Virginia, a partir de su primer visita en 1983.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn35" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref35" name="_ftn35" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[35]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Siendo que para trazar estos grabados, Cage utilizó complejas ‘partituras’ que
él configuró como instrucciones de disposición, cantidad y cualidades de línea
dispuestas por la intensiva consulta del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">I
Ching</i>; de tal forma que sus composiciones plásticas participaron de la
misma estructura creativa rigurosamente azarosa que buena parte de sus obras
sonoras.</span></span></span></div>
</div>
<div id="ftn36" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref36" name="_ftn36" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Century Gothic";">[36]</span></span></span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;">
Berger, John. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sobre el dibujo</i>. p 126.</span></span></span><br />
<br />
<br />
<span style="background-color: white;"><span style="color: #666666;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"><span style="font-size: small;">Ponencia
impartida dentro del Laboratorio de Pensamiento · Encuentro Académico
Internacional del Homenaje a John Cage curado por Lucrecia Piedrahita /
Medellín, Colombia · septiembre 2012 </span></span></span></span></div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5662570457782066295.post-10394891781038894082012-08-27T16:13:00.003-07:002012-08-27T17:03:36.120-07:00de colapsos y cuerpos impresos | this mountain collapsed and became a bridge<style>@font-face {
font-family: "Cambria";
}@font-face {
font-family: "Century Gothic";
}p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal { margin: 0in 0in 10pt; font-size: 12pt; font-family: "Times New Roman"; color: rgb(127, 127, 127); }p.MsoFootnoteText, li.MsoFootnoteText, div.MsoFootnoteText { margin: 0in 0in 0.0001pt; font-size: 12pt; font-family: "Times New Roman"; color: rgb(127, 127, 127); }span.MsoFootnoteReference { vertical-align: super; }span.FootnoteTextChar { font-family: "Century Gothic"; color: rgb(127, 127, 127); }div.Section1 { page: Section1; }</style>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQTvIDq1PqEMfBI3MVQD3xSgYWujjmiyHzC1tcPsRT0MWza8-7_JDIGjjo2myIi9nwJGj-hSewdKv4cZ-beMZubAXkj5Zr0rWvgXwturC3UcyktTp9M8a6RJnVwn7JTAZ7MdLVGz1wyYUC/s1600/portada+alex+dorfsman.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQTvIDq1PqEMfBI3MVQD3xSgYWujjmiyHzC1tcPsRT0MWza8-7_JDIGjjo2myIi9nwJGj-hSewdKv4cZ-beMZubAXkj5Zr0rWvgXwturC3UcyktTp9M8a6RJnVwn7JTAZ7MdLVGz1wyYUC/s320/portada+alex+dorfsman.jpg" width="266" /></a><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"> </span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"><br /></span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;"><br /></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">En otros términos, </span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">no es cuestión de registrar
el contexto, </span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">sino de reflejar sus
contornos, </span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt;">de darse a imprimir un
contexto. </span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; font-variant: small-caps;">J. Derrida</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Intentando escribir desde el
despliegue del pensamiento la condición que entrelaza y distancia a la
filosofía de la literatura, Jacques Derrida apela al proceso de traducción como
queriendo encontrar en su cauce una brecha evidenciable sobre los destinos de
una y otra. Supone, tanto como duda, que aquello que puede denunciarse como filosofía
logra sobrevivir a los procesos de traducción, quedando entre una y otra
lengua, esa idea esencial que se sostiene más allá de la palabra —aún si
supeditado a ella. La literatura, por el contrario, podría por completo
desaparecer en el proceso de traducción, perdiendo no sólo su sentido sino su
firma. Nada quedaría <i>en obra</i> de la
literatura de sufrirse consumida por la traducción; de la filosofía sobreviviría
ese filamento de verdad, a pesar de los embates de un idioma sobre el germen
del pensamiento.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Al iniciar así las conversaciones en
<i>El gusto del secreto </i>que Jacques Derrida
sostuvo con Maurizio Ferraris, sus palabras no hacen sino advertirnos que el
gran cisma, la inesquiva alteración, acecha siempre incansable a/en la
escritura. Derrida afirma que, anticipando la deconstrucción, el pensamiento
filosófico hizo por emanciparse del escrúpulo de la verdad y se atrevió a
recorrer las venas de la escritura poética en busca de un <i>hacer acontecimiento</i> que asumía como condición el quiebre ante la
comprobación y en ello guardaba la singularidad como certeza radical.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Cuando la fotografía aparece como mirada
asestada en evidencia sobre el mundo a mediados del siglo XIX, una condición
similar fisuraba el orden de la visualidad. En la literatura, el realismo se
empeñaba en destinar la atención de la palabra sobre la minucia de los detalles
para reducir distancias, se pensaba, para conocer(se) más de cerca; la óptica luchaba
también por favorecer la captación <i>verdadera</i>
de lo cercano, aún si intrascendente o aún incomprensible; el presente hacía
por condensarse en sus detalles en una obsesiva alteración de la conciencia
sobre su propia caducidad; para algunos, la fotografía parecía haber nacido
para ello. Para otros, su decir habría de andar los linderos opuestos al empeño
positivista, aún si compartiendo el derroche de su acontecer como eternización
del presente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Esa desprovista contemporaneidad
cuyas urgencias en estela siguen imprimiendo el presente desbandado sobre el
que fotografía Alex Dorfsman, dialogan entre bastiones cercados por las
posibilidades, <i>todavía</i>, del saber decir
alguna verdad literaria, o capturar —incluso poéticamente— los contornos de
algún despiece filosófico. Lejos estamos de una mirada en registro positivista
y sin embargo, la afición por hacer acontecer sus cualidades atestiguantes,
reverbera en tensión paralela.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Tal es que antes o después de
andar el tiempo de la observación incisiva, Dorfsman narra el accidente sin
denunciar el orden de sus partes. Esa <i>montaña
que se colapsa para convertirse en un puente</i> “es una suerte de gran sismo,
de temblor general, y nada hay que pueda sosegarlo; […] [si] aún el mero enunciado
está sometido a fisión”.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn1" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span></a></span>
Dorfsman ha elegido dejarnos en vilo sobre la grieta que confiesa la verdad que
sus imágenes persiguen o esconden de intuición convencidas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Enunciando en esa primera oración que
hace el título del proyecto —<i>This
mountain collapsed and became a bridge</i>— Dorfsman juega con la verdad <i>como si </i>desafiando los linderos de la
literatura, la filosofía y la fotografía; el violentado y silencioso acontecer
que imprimen sus letras configura el sustento de una superficie que se
desvanece. Re-signado (es decir, marcado de nuevo, <i>inscripto</i> por partida doble, herido por segunda vez; pero también
inscribiendo de nuevo su mirada, en su nombre y su firma después de haber visto
lo que acaso se hubo ya perdido, de nuevo, otra vez, esta vez ¿…para siempre?)
Dorfsman nos participa de un estado desprovisto. Su fotografiar deconstructivo
pone a prueba el ejercicio de la traducción entre la realidad y sus demarcamientos.
Asumido el riesgo en cada disparo, decide sin saber los alcances que
desenvolverán sus efectos, entregado al acecho (in)traducible de lo (in)visto. Pero
Dorfsman sabe esperar los tiempos en los que el resplandor se consume de
opacidad; sabe esperar los quiebres de la apariencia; sabe reescribir las
frases sencillas hasta el enmudecer de su condena. Dorfsman sabe dudar de lo
que se <i>da a ver</i>; para imprimir en
cambio, sobre ello, <i>lo visto</i>. Aquel
que se entrega sabe-sin-saber que ya ha visto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Aseguraba Derrida sobre el sentido
de la escritura como ejercicio de pensamiento filosófico en el querer hacer obra
que “en definitiva es cuestión de producir performativamente no un contexto
general, desde luego, sino cierto contexto, que no haya precedido ni
circunscripto los enunciados pero que haya sido marcado por ellos.”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftn2" name="_ftnref" title=""><span class="MsoFootnoteReference">[2]</span></a></span>
Su llamado a la entrega de sí en la escritura como cuerpo ejerciendo su ser
singular cuando y siempre reconociendo su condición hospitalaria a la huella
del <i>otro</i>, rastrea con tacto
esclarecido el deambular del deseo vuelto visible del fotógrafo que nos ocupa.
Las imágenes de Dorfsman no se sostienen en prenda de una determinada
geografía, ni plantean completarse como tendidos territoriales de
reconocimiento orgánico. Sus encuadres acuden al llamado de una similar
insistencia más allá de los desplantes geográficos y culturales. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">Después de un tiempo de
convivencia desventurada si aferrada entre inquisiciones informativas, en sus
tomas resulta asombrosamente claro el tono que susurran sus filiaciones. <i>Performativamente</i>, en el escrutinio
sensible del entorno y las preocupaciones más íntimas en reverberación del
cuerpo interno, Dorfsman descubre cómo inscribir su mirada de cuerpo vulnerado
en el contexto; no ya a la inversa. Deja atrás los intentos fotográficos de captura
y superioridad del que encuadra como puesta en marcha de una tecnología
reproductiva. No ciñen sus colindancias formales la imposición seriada de un
tema o un tenor, ni siquiera un estado anímico. No puede afirmarse que su
universo visual se comporte entre réplicas hechas de pequeñas variantes
advertidas de paciencia, costumbre y oportunidad. No hay aprendizaje por
repetición, no hay encuentro sin desgarro. No sería así como las montañas se
convirtieran en puentes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">La escritura de su
pensamiento-imagen sucede en la decidida insistencia con que el joven fotógrafo
ha venido configurándose un singular y único contexto. De sobra sabe que no es
suficiente registrar por forma o concurrencia la vista dada de un paisaje —sea microscópico
o inabarcable. A cambio, se da a imprimir dentro de sí la consistencia anímica,
epistémica y climatológica de un mismo y continuado contorno de evidencias
invisibles. Dorfsman ha aprendido a absorber esa duración que comporta lo
visible incomprobable y que, a veces, parece haberse rezagado en el hueco devaluado
de alguna humedad, o dentro del canto añejo de un borde oscurecido de hartazgo.
Es cuando la mirada prefiere recorrer las concentraciones pasadas del presente,
que se advierten sus dislocaciones y nuestra posibilidad de engarzarlas en el
construir de un contexto reconocido, impreso dentro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">De otra forma, cualquiera lo sabe,
resultaría imposible hacerse con una montaña, un puente. No habría en ello
sustancia alguna que soportara el ejercer de la traducción; de imponerse una
figura sobre otra, fracasaría su existencia narrativa como apuesta literaria
tanto como su viabilidad en potencia reflexiva para enfrentarle en condición
filosófica. De otra forma sino dentro, sería imposible soportar el colapso. De
otra forma sino dándose a habitar por los latidos cimbrados de sus encuentros,
sería imposible reconocer entre impresiones la poética verdad del universo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; line-height: 150%; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<b><span lang="ES-TRAD">Marcela
Quiroz Luna</span></b></div>
<div>
<br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD">[1]</span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"> Derrida,
Jacques / Ferraris, Maurizio. <i>El gusto del secreto</i>. Buenos Aires: Amorrortu, 2009, p 22. (<i>Il gusto del secreto</i>, Roma: Gius. Laterza &Figli, 1997)</span></div>
</div>
<div id="ftn">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=5662570457782066295#_ftnref" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD">[2]</span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt;"> <i>Ibid</i>., p 28.</span></div>
</div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com