Al fin del verano de 1945 la historia bélica y el desarrollo armamentista asentaría su potencia con trágica contundencia. Las mañanas del 6 y 9 de agosto, 2 bombas de hidrógeno generaron una emisión energética expansiva y devastadora. Las explosiones pulverizaron a su paso cuerpos urbanos y biológicos.
120,000 víctimas en Hiroshima, 70,000 en Nagasaki…. La cifra ‘final’ aún se ignora pues las secuelas físicas, psicológicas y emocionales de las detonaciones se siguen viviendo en extensión sobre una nación que ha vivido su duelo intentando silenciar la memoria.
Cincuenta años después Shinpei Takeda ha entrevistado a 60 sobrevivientes del exterminio masivo emigrados a diversos países del continente americano. Durante el transcurso del tiempo de viaje al encuentro de sus testigos, Takeda fue ofrendando su cuerpo como escucha y eco de las historias de otros luchando por encontrar en su propia obra la fuerza y formas de configuración que pudieran dar lugar a aquello inenarrable que habita todo testimonio.
DECAIMIENTO | herencia + presente
Cuando un núcleo atómico es violentado –como en el caso de las bombas lanzadas en 1945– emite radiaciones que transforman su masa y nivel de energía. Las ‘partículas alfa’ corresponden a este estado de alteración radiactiva. Son así elementos inestables que liberan una gran cantidad de energía en la búsqueda por reencontrar su equilibrio molecular. Un cuerpo ‘bombardeado’ sufre a nivel celular desajustes similares sobrellevando su ciclo vital como un proceso de deterioro genético en cadena.
La mayor parte del acervo documental que Shinpei Takeda ha acumulado pertenece al archivo de The Nagasaki National Peace Memorial Hall for the Atomic Victims. Sus entrevistas han dado origen al premiado documental “Hiroshima-Nagasaki Download” (2009). [Obra que será proyectada en complemento a esta exposición.]
La intervención artístico-arquitectónica multisensorial DECAIMIENTO ALFA | ALPHA DECAY es de naturaleza íntima e invasiva condensando un proceso de profunda introspección sobre los límites de la naturaleza humana. Revestido del dolor acumulado por otros cuerpos y generaciones que en (in)directo linaje le alimentan, Takeda habla ahora de sus radiaciones exponiendo su propio cuerpo en decaimiento.
INTERVENCIÓN | arte + arquitectura
Entre escombros, un pabellón de cartón diseñado por el arquitecto Gabriel Martínez expone su propia fragilidad. El cartón –material frecuentemente utilizado como resguardo y cobijo en condiciones precarias– fue elegido por el arquitecto como materia simbólica para ofrecer albergue a la intervención artística de Takeda. Capaz de proveer un sólido, aun cuando efímero, soporte estructural, la sutil textura del cartón ofrece al cuerpo y la mirada una estancia poco suntuosa, sincera y hospitalaria.
Sobre el exterior de cada caja de cartón Takeda trazó en grafito la vibración del timbre de voz de 23 sobrevivientes. Sus dibujos son reproducción gráfica de la vibración de la voz. Cada cartón contiene 72 segundos de grabación (1 pulgada = 1 segundo de grabación). Así, los fragmentos seleccionados de cada entrevista reflejan 10 minutos sonoros; entre 8 y 10 tubos comportan el testimonio de cada persona.
La forma del pabellón diseñado por Martínez como caja de resonancia emula 2 de los órganos internos más afectados por las radiaciones –estómago y matriz. La membrana transparente que cubre su exterior provoca un juego visual-luminoso que en determinadas horas del día parece desmaterializar el edificio metaforizando su existencia temporal y perecedera.
La techumbre ascendente del pabellón invoca el sentido reverencial que sugiere al cuerpo la entrada a un santuario –ligeramente inclinado y en silencio. Dispone también al visitante para penetrar su propio cuerpo y enunciar sus heridas. El diseño sutil de cubierta exterior del techo recuerda el flujo acuoso de los ríos de Hiroshima y Nagasaki cubriendo las tramas testimoniales que el espacio construido diagrama; invocación en textura sobre la potencia redentora del agua.
Al interior, la intensidad con que Takeda inflama el espacio engulle al espectador entre tonos, sonoridades y texturas expuestas. Su obra es un ejercicio en violento equilibrio que se despliega como memoria corporal visible. Collage fotográfico, pintura, escritura, audio y video, Takeda expone entre capas su propia historia buscando un tiempo después para la devastación y los restos de un pasado asumido en pérdida. Cinco palabras recurrentes hacen eco sobre los muros …explosión, muerte, miedo, lamentación, divinidad.
DECAIMIENTO ALFA | ALPHA DECAY es una obra integral que nace de la colaboración y germina en la experiencia compartida con el público. Ser parte del DECAIMIENTO significa explotar y explorar desde dentro nuestras propias afecciones para recordarnos que toda destrucción genera también la fuerza necesaria para reconstituirnos.
En una ciudad como Tijuana, acostumbrada a tratar con la violencia y sus desapariciones, DECAIMIENTO ALFA | ALPHA DECAY apuesta por hacer memoria del germen de nuestro presente insistiendo en la potencia crítica del arte y la responsabilidad testimonial-intervencionista del artista.
Querida Marcela, es muy conmovedora y clara tu escritura. Abrazos Lucero
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