24 de febrero de 2010

sobre los alcances de la extensión



los bomberos acudieron a la vivienda de zetterlund tras recibir una llamada de socorro de la afectada, pero cuando llegaron ella ya estaba muerta y su cuerpo carbonizado, lo que obligó hoy a hacer un análisis de adn para identificar sus restos, ya que el cadáver era irreconocible.

la primera vez que me pasó esto del dolor, no me pude mover casi. aunque, a decir verdad, en este momento debo estar anticipando mi propia historia.

empezó todo de otra forma. realmente lo de no moverme pasó después, primero se vino extendiendo por la pierna y por la espalda, una cosa poco a poco invasiva, de esas que te agarran por dentro valiéndose del tiempo y la desconfianza.

cuando le empieza a uno la enfermedad, se le viene encima lentamente; aun cuando es rápido, aunque sea en una tarde es poco a poco, por eso que uno no se preocupe y a veces mejor se unte unas cremitas, así, en lo que pasa.

pero no pasa.

me imagino ahora que lo que sucede en condiciones como ésta, es como lo que decía virginia woolf para la novela, que es como una telaraña muy delgada, ligada muy sutilmente, pero al fin ligada a la vida por los cuatro costados. Yo digo que con la enfermedad sucede lo mismo. uno cree que apenas ataca una parte, la parte de atrás de la pierna derecha, la parte baja de la espalda; pero no. la enfermedad está toda ligada, al principio muy sutilmente, casi impercebitle, también a los cuatro costados. y es con el tiempo que uno alcanza a ver, apenas, entre luces, los tejidos entre una cosa y otra, los alcanes de la telaraña.

la policía cree que el incendio se debió a un cigarrillo mal apagado y que la víctima, que tenía graves problemas de movilidad desde hace un año, se percató cuando las llamas se extendían por toda la habitación.

sucede que cuando uno empieza darse cuenta de las implicaciones de ese primer dolor, el universo se vuelve más grande; más grande mientras los alcances de la enfermedad se multiplican. cuando se duerme la pierna, cuando ya no se puede doblar la espalda, cuando se acalambran los dedos; cuando eso sucede es como si la telaraña se multiplicara al infinito y nada pudiera hacerse para detenerla. se la ve irse, así de rápido. andar libremente por el cuerpo, destrozarlo a impunidad; desbaratarse, fortalecerse. la costrucción de las condiciones adversas es un poco así, se cimenta en fragilidades, en grietas. sobre rupturas se construye con una extraña determinación. quisiera uno a veces, haber tenido al menos un poco de ese poder de decisión que tiene la enfermedad. quisiera uno, a veces. así que, con la misma testaruda actitud, se le frenara en seco, o se le tejiera encima otra capa, igual de sutil en apariencia, para destronar sus redes. Si uno pudiera moverse.

la policía sueca ha identificado hoy el cadáver de monica zetterlund, una de las cantantes más populares de suecia y de toda escandinavia, fallecida después de que se declarara este jueves un incendio en su casa en el centro de estocolmo.

al principio del mismo ensayo de woolf donde asegura lo anterior sobre la novela y su destino tejido con la vida, asegura que la única forma en que una mujer puede hacerse escritora es teniendo un cuarto propio. de tal forma que esa habitación represente, no sólo el espacio infranqueable de silencio; de autosustento, garantía de autoridad sobre el tiempo ahí contenido y sus devenires, sino, y sobre todo, el universo de creación. creación no sólo literaria; incluso, menos que todo litreraria; me imagino que pedía la escritora ese espacio de creación del ser, de autocostrucción, de salvamento; de último reducto frente al peligro de la destrucción. pues resulta que mucho antes de poder crear se necesita detener la destrucción, conseguir la tregua; alcanzar a apagar el fuego antes de que lo consuma todo, porque es muy fácil entonces que el universo se vuelva muy chiquito chiquito, hasta convertitse el mundo en un solo cuarto, sí, propio.


marcela quiroz luna | 1974 | tj | mayo.05
imagen: graciela iturbide. casa de frida kahlo, coyoacán, méxico. 2007

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